• Las negociaciones, que llevan casi seis meses desde que ganó Syriza, están envueltas en una serie de 'conspiraciones'
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Si de poder económico, teoría de juegos y conspiraciones se trata, las negociaciones con Grecia -que van a llegar ya a los seis meses-, se convertirá en la serie con los mejores ingredientes para convertirla en un éxito. No hay acuerdo aun, lo que hay es un impago disfrazado de prórroga en el desembolso de la deuda con el FMI. Lo que hay es una Europa que parece encontrarse entre la espada y la pared. Y una Alemania cada vez más dividida.

"En los momentos más críticos de las negociaciones con Grecia, la canciller alemana Angela Merkel y su ministro de Finanzas, Wolfgang Schäuble, han estado representando con muy buenos resultados los papeles de 'poli bueno' y 'poli malo'. Los últimos pasos de ambos dan a entender, sin embargo, que se han metido tanto en el papel que ya no están de acuerdo en la estrategia a seguir", destaca en una crónica El Mundo.

En su artículo recuerda que durante la celebración evangélica del Kirchentag, en la que la máxima representante de la iglesia luterana Margot Kässmann llamó a "perdonar las deudas" a Grecia, el evangélico Schäuble declaró que "la condonación de la deuda griega ni siquiera está en cuestión", al tiempo que desautorizaba las negociaciones y adelantaba que "no hay razón para el optimismo". Y no era la primera vez que lo hacía. El ministro de finanzas alemán, a quien Merkel tiene que rebajarle el discurso cada cierto tiempo, ha sido un hueso duro de roer para Grecia desde el primer momento. Schäuble no ha rebajado sus peticiones y Grecia no ha conseguido convencerlo de sus necesidades. Tantas son las diferencias que el ministro de finanzas alemán ha llegado a plantear la posibilidad de una segunda moneda en Europa, que tenga que ser creada para Grecia si las conversaciones de rescate del país fracasan.

Schäuble no está dispuesto a ceder. No está dispuesto a ceder en el compromiso de la austeridad para llegar al equilibrio. Una austeridad que sin embargo empieza a dividir a Europa.

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La razón es muy simple. Schäuble no está dispuesto a ceder. No está dispuesto a ceder en el compromiso de la austeridad para llegar al equilibrio. Una austeridad que sin embargo empieza a dividir a Europa. El Mundo recuerda al respecto que en las últimas palabras de Schäuble había amargura, "se ha quejado incluso de que las negociaciones con Grecia estaban resultado agotadoras y ha manifestado problemas de confianza, pero a la luz de lo que sabemos desde hace solo unas horas, no hablaba de confianza con Tsipras, sino con Merkel. La noche anterior, la canciller había invitado a una cena, en la que estaban también presentes el presidente francés, François Hollande, y el presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, a la directora del FMI. Christine Lagarde. y al presidente del BCE Mario Draghi. Se trataba de una reunión de crisis en toda regla en la que se dirimía el futuro de la cuestión y Schäuble ni siquiera estuvo al tanto. Un funcionario del Ministerio de Finanzas ha reconocido que Schäuble lo supo "tarde" y "por casualidad", destaca el diario.

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El Mundo informa además que en la reunión en la Cancillería de Berlín, se compuso la última propuesta para Atenas y se habló abiertamente de nuevas concesiones por las que Schäuble no está dispuesto a pasar, como una prolongación de los pagos de la deuda griega de hasta 50 años que para sus técnicos significa firmar que los acreedores jamás volverán a ver su dinero y aceptar la ruptura con las políticas de austeridad presupuestaria que Schäuble ha defendido con enseña propia. Desde el partido de ambos, la Unión Cristianodemócrata (CDU), se pone en duda incluso la continuidad del ministro después de esta ruptura. "Schäuble no permanecerá ahí si hay un compromiso con Grecia que dañe su credibilidad", comentado un destacado miembro de la formación política, Hans Michelbach, que recuerda que a sus 72 años, Schäuble tiene más motivos para defender su herencia política que cualquier ambición, destaca el artículo.

Hay que destacar además que según un funcionario griego citado por Reuters, Tsipras, Merkel y el presidente francés, François Hollande, sostuvieron en la noche del jueves una conferencia telefónica.

...En las últimas palabras de Schäuble había amargura, se ha quejado incluso de que las negociaciones con Grecia estaban resultado agotadoras y ha manifestado problemas de confianza...

LAS OTRAS PRESIONES...

Así las cosas, la situación no sólo es crítica para Grecia, Alemania enfrenta su propia ruptura interna en medio de las presiones que generan el ambiente de referéndum de Reino Unido para decidir si permanece dentro del bloque europeo y los mensajes que llegan desde EEUU sobre su postura respecto a Grecia. Estados Unidos lo tiene claro: no quiere que Grecia entre en la órbita de influencia de Rusia, aunque este viernes Tsipras ha mantenido una conversación telefónica con el presidente ruso, Vladimir Putin.

Según Efe, que cita fuentes del Gobierno griego, durante la conversación, que se ha desarrollado en un "muy buen ambiente", Putin y Tsipras han abordado temas relacionados con la cooperación entre los dos países y la visita que el primer ministro griego realizará a San Petersburgo, donde participará en un foro económico entre el 18 y 20 de junio.

A inicios de semana, Ben Bernanke, el ex presidente de la Reserva Federal, comentaba que Grecia y sus acreedores necesitaban llegar a un acuerdo, que incluya un compromiso por ambas partes. Estas palabras de Bernanke reforzaban la idea de que el banco central de Estados Unidos está jugando un papel clave, aunque en un segundo plano, para presionar a Grecia y a sus acreedores con el objetivo de alcanzar un acuerdo.

Hay que recordar también que el ministro de Finanzas griego, Yanis Varoufakis, se reunió en Washington, el pasado mes de abril, con el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, mientras los mandatarios de la Unión Europea advertían de que el desembolso del siguiente tramo del rescate podría quedar bloqueado. En ese momento fue una clara señal de que Atenas está dispuesta a acudir a los canales más altos de la diplomacia internacional para asegurar su futuro en la zona euro. Obama no obstante, había mostrado ya su apoyo al Gobierno de Alexis Tsipras, pidiendo una solución rápida y equitativa a la crisis de deuda del país. "No podemos seguir exprimiendo a los países que están en mitad de la crisis", dijo Obama el pasado mes de febrero, tras la victoria de Syriza en las elecciones griegas.

¿Y Grecia? El país heleno enfrenta también sus propias conspiraciones. A primera hora de este viernes, el viceministro de Seguridad Social, Dimitris Stratoulis, un político de línea dura afirmaba que el gobierno de Grecia podría llamar a elecciones anticipadas si los prestamistas internacionales del país no suavizan sus términos para un acuerdo de dinero a cambio de reformas.

"Los prestamistas quieren imponer medidas duras. Si no se retractan de este paquete de chantaje al Gobierno (...) habrá que buscar soluciones alternativas, elecciones," declaró según destaca Reuters. ¿Y ahora qué? Solo queda esperar...

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