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Tuit TradersAlberto Sánchez

Una de los mejores consejos que puede darse a un inversor y que alguna vez ha comentado Buffett, es el de aprender de los errores y si es posible de los ajenos, ya que esos salen gratis.

El problema más grande viene cuando no nos hacemos responsables de nuestros errores y le echamos la culpa a otros. Esto tiene mucho que ver con el sesgo de atribución; por el cual, si algo sale bien es por nuestro saber hacer y capacidades, y si sale mal se debe a factores externos. En este sentido, la conducta de muchos estudiantes es un ejemplo de manual: Aprobé el examen vs me suspendió el profesor. Este sesgo llevado a la bolsa nos llevaría a asumir toda la culpa de la ganancia o la plusvalía de las buenas operaciones y buscar culpables en caso de tener pérdidas.

Nuestro ego se defiende y no quiere asumir ese fallo.

Esta conducta infantil es muy utilizada por algunos inversores (que tire la primera piedra, quien al empezar a invertir no le haya echado la culpa de un error de inversión a terceros). Los sospechosos o en este caso los culpables habituales en la diana de las excusas suelen ser brokers, CNMV, el CEO de la compañía (que curiosamente era el mismo cuando decidimos invertir), la política monetaria de la Fed o la persona que recomendó determinada acción.

Además, el ego le dirá que no necesita mejorar ni aprender, ya que usted ya sabe lo necesario para ganar, aunque sus resultados no lo demuestren.

Echarle la culpa a los demás evita el aprendizaje y que nos convirtamos con el paso de los años en buenos inversores. El error debe ser nuestro principal maestro.

Cada vez que escucho a un inversor, ya sea experto, profesional o amateur, decirle al mercado lo que tiene que hacer o lo que va hacer, siempre me viene a la cabeza la frase del gran Jesse Livermore: “Los mercados nunca están equivocados, las opiniones a menudo”. Es decir piense en términos estadísticos y no en certezas, siga la tendencia del mercado, no busque giros, fluya con el mercado, no pelee contra él, ya que casi siempre saldrá perdiendo.

Puedes ser un inversor pésimo, que compre chicharros, empresas endeudadas al borde de la quiebra, que corte ganancias pequeñas y deje correr grandes pérdidas, que promedie a la baja, que se apalanque demasiado, que tenga exceso de ego, que quiera llevar la razón por encima de todo y le diga al mercado lo que tiene que hacer, pero mientras tenga capital, siempre está en la oportunidad de poder mejorar y evitar los errores de los que sin duda se pueden sacar grandes lecciones.

Hay inversores que llevan pocos años y van aprendiendo y hay inversores que llevan décadas, que parece que no han aprendido nada. No sea usted de los que se engaña, limite su ego y aprenda de cada error. Pocas cosas son tan rentables como esa.

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