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Jerome Powell y Donald Trump, que se ha convertido en su mayor crítico

La Reserva Federal de Estados Unidos (Fed) afronta este miércoles una de sus citas con los mercados más complicadas de los últimos años. Esto pese a la situación de pleno empleo que disfruta EEUU, gracias al ciclo económico expansivo más largo de su historia y en un escenario de nulas presiones inflacionistas.

En los últimos meses, el mensaje que ha lanzado Jerome Powell, presidente del organismo, es que la Fed podía permitirse ser "paciente" durante todo el año, es decir, podía mantener los tipos de interés sin cambios porque ya han alcanzado un rango neutral (actualmente se encuentran en el 2,25-2,50%) en el que ni restringen ni sobrecalientan el crecimiento económico.

Wall Streeet, tras la corrección del 20% que registró en los últimos meses del año pasado, ha vuelto a rebotar hasta muy cerca de máximos históricos, por lo que las condiciones financieras se han suavizado de manera notable. Sin embargo, todos estos factores positivos no son suficientes.

El mercado de bonos, con la inversión de la curva de tipos entre los rendimientos del bono a 3 meses y 10 años, y los futuros sobre los fondos federales, están anticipando que la Fed recortará los intereses en dos o tres ocasiones en 2019, pese a que las proyecciones del propio banco central indican que se mantendrán sin cambios.

El principal temor de los inversores es el proteccionismo económico de Donald Trump, que ha emprendido una auténtica guerra comercial y tecnológica con China. Desde que el presidente americano impuso una nueva ronda de aranceles a las importaciones chinas en el mes de mayo, las expectativas de un recorte de tipos se han disparado. Las manos fuertes anticipan que la Fed tendrá que actuar para contrarrestar el efecto negativo de la guerra comercial.

Además, las constantes críticas de Donald Trump hacia la Fed y el propio Jerome Powell (según Bloomberg quiso expulsarlo del cargo en febrero) alimentan la sensación de urgencia en el mercado, en un clima cada vez más crispado debido a las tácticas poco ortodoxas de Trump. El presidente americano es capaz de amenazar con más aranceles a México, criticar a la Fed por no bajar los tipos y al mismo tiempo atacar a Mario Draghi por su promesa de más estímulos, todo ello mientras confirma en el mismo día que se reunirá con Xi Jinping en la cumbre del G20 para reanudar las conversaciones comerciales con Pekín.

Así las cosas, los analistas consideran que Powell y el FOMC, el Comité Federal de Mercado Abierto de la Fed que decide la política monetaria, se encuentran muy presionados, lo que aumenta la posibilidad de que su mensaje termine decepcionando al mercado. Sobre todo porque aunque EEUU y China reanuden sus negociaciones tras la cumbre del G20, que se celebrará a finales de junio en Japón, la tensión comercial seguirá vigente mientras Trump esté en la Casa Blanca.

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¿QUÉ ESPERAN LOS ANALISTAS?

Gary Kirk, gestor de Vontobel AM, espera que la Fed analice el resultado de la cumbre del G20 y cómo afectará al sentimiento subyacente y a los fundamentales de la economía. En su opinión, la “retórica va a ser más interesante que la propia decisión”.

Con una probabilidad implícita del 96% de un recorte de 25 puntos básicos en la reunión de julio y del 97% en la de septiembre (no hay reunión de agosto), "el mercado se ha preparado para decepcionarse si los comentarios de la Reserva Federal se interpretan como demasiado hawkish (duros)”.

Para Kirk, “la posición de Powell es delicada, ya que tiene que seguir una línea muy delgada para mantener el equilibrio de las expectativas con la incertidumbre geopolítica como telón de fondo".

Stefan Kreuzkamp, CIO de DWS, señala que “la Reserva Federal (Fed) no modificará los tipos de interés el miércoles. Sin embargo, podría estar preparando el terreno para un recorte de tipos en un futuro próximo. Esto estaría menos relacionado con el clima económico actual, y mucho más con la presión externa e interna que está enfrentando”. Este experto espera que la Fed revise su postura de "ser paciente" con los tipos y anuncie que reaccionará "adecuadamente" a los acontecimientos.

Los expertos de RBC comentan que “un recorte en junio parece extremadamente prematuro. Sin embargo, la Fed realizará algunos ajustes de comunicación que al menos abran la puerta a un recorte en julio, en función de cómo evolucionen las negociaciones entre China y EEUU”.

Pese a que el mercado está descontando un recorte el próximo mes, el hecho de que el proteccionismo sea la principal variable debe otorgar más variabilidad a este resultado, ya que "no creemos que si se reducen las tensiones la Fed recorte los tipos", aunque también añaden que "si la tensión comercial aumenta, la previsión de crecimiento para el segundo semestre se reducirá y empeorarán las condiciones financieras" (bajada de las bolsas, crisis de confianza, mayores diferenciales de crédito).

David Page, gestor de AXA IM, señala que la Fed debe gestionar "el sentimiento débil del mercado" por el alto nivel de incertidumbre creado por los mensajes y las políticas de Trump. "La Fed tendrá que juzgar la escala de flexibilización que proporciona basándose en el supuesto de que el incumplimiento de las expectativas del mercado dará lugar a un mayor endurecimiento de las condiciones financieras, lo que además afectará a la economía", afirma este experto.

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Desde Bank of America Merrill Lynch, afirman que la 'paciencia' de la Fed se está agotando. Su prevision es que la Fed señale que está "lista para actuar según corresponda para sostener la expansión", en línea con las últimas declaraciones de Powell. El banquero central más poderoso del mundo tendrá que hilar muy fino en la rueda de prensa para "mantener las opciones abiertas con la posibilidad de un recorte en julio, pero sin un compromiso previo".

En la misma línea, TD Securities señala que la Fed confirmará "que está preparada para actuar pero sin comprometerse a corto plazo" y que "probablemente enfatizará que están monitorizando los riesgos para la economía y que tomarán las medidas apropiadas para sostener la expansión". No obstante, este mensaje puede "decepcionar" a los inversores que descuentan medidas más agresivas.

Por último, desde Deutsche Bank opinan que esta reunión supone un "delicado acto de equilibrio" para Powell. La inflación sigue sin repuntar, los datos económicos anticipan un menor crecimiento y la tensión comercial seguirá tras el G20. En su opinión, la Fed adoptará la postura de "actuar como sea apropiado para sostener la expansión", un mensaje blando (dovish) que seguramente “será reforzado por Powell en la rueda de prensa”.

Esto brindaría un margen suficiente hasta julio para obtener una imagen más clara sobre el posible camino a seguir después de la reunión del G20. Su escenario base es que la Fed recortará tipos tres veces en 2019 (julio, septiembre y diciembre).

Sin embargo, añaden que si Powell no es capaz de "navegar y alcanzar el equilibrio y decepciona al mercado, las condiciones financieras pueden endurecerse y desencadenar una respuesta más agresiva de la Fed en julio". Así las cosas, Powell y la Fed se la juegan en otra reunión vital para las bolsas mundiales.

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