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La onza de oro perdió más de un 4% de su valor en 2018 y estuvo navegando sin rumbo fijo por la cota de los 1.200 dólares desde junio. Y eso que se recuperó en diciembre, ya que hasta noviembre había caído más de un 8%. Ahora, las perspectivas para el metal precioso se vuelven optimistas. De hecho, WisdomTree prevé que superará los 1.500 dólares en 2019, con un mercado alcista.

Para que se cumpla este pronóstico, la Reserva Federal de Estados Unidos (Fed) tiene que subir las tasas como mucho una vez, según ha apuntado el director de Análisis de WisdomTree, Nitesh Shah, en un encuentro con periodistas. Esta situación es muy factible, ya que en varias ocasiones, el presidente de la Fed, Jerome Powell, ha destacado que el organismo va a ser "paciente y flexible" a la hora de establecer su política monetaria para 2019.

Además, la inflación en EEUU tiene que situarse en el 2,5% y el rendimiento del bono estadounidense a 10 años en el 2,9%. Estas cifras aún están lejos, ya que la inflación cayó hasta el 1,9% en enero y el rendimiento del bono estadounidense se encuentra en 2,68% al cierre de la sesión de este viernes. También hay que mirar al índice del dólar estadounidense, que tiene que ubicarse en el entorno de los 92 puntos y que actualmente está en los 96 puntos.

El precio del oro, considerado un activo refugio, tiende a subir ante las incertidumbres geopolíticas que puedan hacer caer los mercados. Una vez solventado el cierre de Gobierno en EEUU, que impulsó al metal precioso en los primeros compases del año, la atención está puesta en el Brexit.

Con una salida de Reino Unido de la Unión Europea (UE) sin acuerdo, el interés en el oro seguirá creciendo, según el último informe mensual sobre materias primas de WisdomTree, elaborado por Nitesh Shah. “Los inversores odian encontrarse a sí mismos en una situación de retroceso y el oro proporciona una solución para el posicionamiento defensivo”.

En el caso de que acechen los osos, con un mercado bajista, la previsión es que la onza de oro baje hasta el entorno de los 1.100 dólares, una cota en la que no se mueve desde enero de 2017. En este caso, la Fed tiene que subir los tipos tres veces en este año, la inflación debe situarse en el 1,7% y el rendimiento del bono a 10 años en el 3,5%.

Desde WisdomTree contemplan un caso más. Si 2019 no se decide claramente por el toro o el oso, la onza de oro rondaría los 1.300 dólares.

LOS ESPAÑOLES BUSCAN ORO Y PETRÓLEO

La gestora de fondos pasivos WisdomTree desembarcó en España el pasado febrero tras haber registrado sus ETF para la venta y encomendó la dirección del mercado ibérico a Adrià Beso, como jefe de Distribución para España. A finales de 2017, la entidad había comprado el negocio europeo de ETF a la también gestora de fondos pasivos ETF Securities.

Según Beso, los inversores españoles están muy interesados en activos como el oro, por su marcado carácter conservador, pero también por el petróleo, que usan de forma más táctica. De los 19.000 millones de euros que tiene el grupo en Europa, 11.000 millones están en productos de oro. En opinión de Shah, el oro debería pesar, como mínimo, un 5% en cartera sea cual sea la fase del ciclo en la que se encuentre el mercado.

Más allá del oro y el petróleo, la firma es conocida internacionalmente por sus ETF sobre la bolsa de Japón (centrado en las empresas más grandes con dividendos del parqué nipón y que, al menos, un 20% de sus ganancias sean exportaciones) y sobre materias primas, una estrategia esta segunda que está “optimizada”.

WisdomTree ha aterrizado en España en un momento donde se ha puesto freno a los ETF. En octubre, Hacienda confirmó que estos fondos cotizados no podrán tributar como los fondos tradicionales y, por tanto, seguirán siendo fiscalmente equiparables a las acciones comunes. La consecuencia más directa es que los ETF no podrán llegar al inversor final mediante compra directa. No obstante, Beso defiende su incursión en España: “Es un mercado interesante, aún en crecimiento, pero en expansión”. El directivo prevé que el crecimiento de estos vehículos de inversión “va a ser más lento en la banca privada y el asesoramiento financiero”, pero “seguro que su uso se va a incrementar”, estima.

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