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Tranquilidad en las divisas en una jornada en que los principales motores de los mercados: el Brexit y la guerra comercial China-EEUU se hallan en un período de calma. La reunión del mes de octubre del Banco Central Europeo (BCE) ha cobrado absoluto protagonismo, no por su contenido, ya que ha sido un cónclave de "trámite", sino porque ha significado la despedida del banquero central que salvó la eurozona, Mario Draghi.

El euro ha cedido a mínimos de la sesión durante la comparecencia de Draghi y se cambia de manos en 1,1117 dólares, apenas un 0,6% por debajo de sus recientes máximos de dos meses cerca de los 1,12 dólares, alcanzados a la calor del optimismo del Brexit. La moneda cede un 0,14% y es que nadie esperaba grandes movimientos en la divisa única durante la última comparecencia del italiano, ya que el instituto emisor no ha ofrecido anuncios después del paquete de estímulos de septiembre. Sí ha ahondado en los detalles del legado de Draghi y ha dejado paso a que el banquero central se haya reivindicado.

En su última comparecencia tras la reunión del Consejo de Gobierno el banquero italiano ha insistido en que aún hacen falta más estímulos y ha pedido "más esfuerzo fiscal" a los países más endeudados. Durante la rueda de prensa, Draghi ha ido cediendo a las preguntas de la prensa sobre su mandato. Finalmente, ha reconocido que se siente "orgulloso de la forma en que el Consejo de Gobierno y yo hemos tratado de cumplir nuestro mandato". Nuestro legado es el siguiente: "Nunca te rindas", ha declarado.

Para la historia queda la mítica frase de julio de 2012, poco después de asumir la tarea de liderar la política económica de la entidad: "The ECB is ready to do whatever it takes to preserve the euro", y nadie puede negar que así ha sido. Dos años después, en 2014, la divisa alcanzaba los 1,40 dólares, en una clara muestra de que el banco central se empleaba a fondo en dotar de contenido aquella declaración.

El mandato de Draghi, que se inició en el momento más inestable de la crisis económica, ha transformado el BCE hasta tal punto de que se ha convertido en la única entidad claramente supranacional de la eurozona. Ocho años en los que ha tenido que hallar el equilibrio entre los intereses colectivos y nacionales, así como lidiar con las tensiones con Alemania, que ha sido la más férrea opositora a sus medidas.

El tiempo le ha dado la razón, pero la fragilidad de la eurozona revela dos aspectos: que el banco central por sí mismo no es capaz de culminar la integración del proyecto europeo. Se necesita la unión fiscal que Draghi tanto ha reclamado. Y que hay problemas crónicos que el banquero central no ha sido capaz de resolver. Sin embargo, su testamento es indiscutible: nadie se atreve a hablar ya de la ruptura del euro.

La moneda le despide hoy más estable que a su llegada y con la convicción de que, a pesar de que ya tiene sustituta -Christine Lagarde-, él es insustituible.

LA LIBRA, EN CALMA

La divisa europea se ha movido, no obstante, las últimas jornadas en consonancia con la libra. La divisacae por debajo de los 1,29 dólares después de que el parlamento británico respaldó un acuerdo de retirada, pero rechazó el apretado calendario del gobierno, mientras que los miembros de la Unión Europea (UE) debaten si otorgar una extensión de tres meses a la fecha de salida del 31 de octubre.

La libra se ha disparado un 6% en dos semanas muy volátiles desde que el primer ministro británico, Boris Johnson, negoció y cerró un acuerdo con la UE sobre los términos de la salida del país del bloque comunitario.

"La libra sigue siendo el centro de atención para los mercados de divisas", dijo Michael McCarthy, estratega de CMC Markets y lo seguirá siendo en las próximas jornadas.

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