Tímido rebote de la libra este martes, después de haber marcado nuevos mínimos de 2020 en 1,2940 dólares, nieveles no vistos desde el 24 de diciembre, en la pasada madrugada. La moneda se ha embarcado en una recuperación desde este precio hasta los 1,30 dólares, donde trata de asentarse a pesar del nuevo choque entre el primer ministro británico, Boris Johnson y la Unión Europea (UE) en los primeros pasos para encarar las negociaciones de la futura relación comercial.
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"A una cierta presunción de que la Unión Europea podría mostrarse algo más abierta con el Reino Unido y tratar de llegar a un acuerdo amplio en materia comercial se opone un discurso insólita e injustificadamente duro de Johnson, que solo él debe saber a que apunta", comenta Adrián Aquaro, analista de Trader College. "Con semejante nivel de incongruencia, no extraña que la vapuleada libra crezca centenares de puntos que pierde inexorablemente en pocas horas, como sucede en estos días", agrega.
En el caso de este martes, la moneda trata de remontar parte del declive de más de un 1,8% desde el inicio de la semana, cuando sobrevolaba los 1,32 dólares alcanzados el viernes. Frente al euro, las caídas han sido menos agudas, hasta las 0,8540 libras.
Las partes tienen hasta fin de año, cuando expirará el período de transición que se han dado los antiguos socios, para asegurar un acuerdo sobre comercio y relaciones futuras, pero Johnson decidió imprimir a sus primeras palabras un tono duro, diciendo que Gran Bretaña no se adherirá a las reglas y regulaciones del bloque.
La UE, por otro lado, advirtió a Reino Unido que el acceso a su mercado único de 450 millones de personas dependerá del grado de aceptación de Londres a tales reglas sobre regulaciones ambientales y laborales.
"Otra vez la libra deja de ser un buen negocio. Están quienes opinan que no hay mejor estado que este para operar: movimientos de 200 puntos en 5 o 6 horas, que a priori parecen ser los más productivos. Con el tiempo, y con la experiencia, queda claro que quien gana con estos vaivenes solo logran utilidades pasajeras, y nadie sostiene esas ganancias siquiera por unos pocos días", añade Aquaro.
