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El primer ministro británico, Boris Johnson, expone este lunes los términos de la negociación que iniciará con Bruselas para decidir la relación futura que mantendrán las partes una vez acaecido el Brexit, el pasado 31 de enero. Lo hará en su primer discurso tras este histórico acontecimiento, en el que impondrá duras condiciones para las conversaciones que están por venir. Eso sí, asegura que Reino Unido "prosperará" incluso si no es capaz de lograr el acuerdo que busca con la UE.

El 'premier' tiene previsto aprovechar esta intervención para hacer hincapié en su mensaje de que está dispuesto a abandonar las conversaciones sobre una futura relación comercial con la UE si no logra seguir el camino que tiene en mente, después de que el negociador de Bruselas para el Brexit, Michel Barnier, haya dicho que no puede haber un tratado para realizar intercambios comerciales libres (sin aranceles ni inspecciones de productos) si Reino Unido se aleja de la legislación comunitaria, ya que esto podría dar ventaja a las empresas británicas si se suavizan las exigencias a su actividad.

El problema es que Johnson está adoptando un tono más duro, diciendo que los británicos no se adherirán a las normas y reglamentos del bloque así sin más. De hecho, dejará claro que si la UE no acepta un acuerdo comercial que permita el comercio de bienes sin aranceles ni cuotas, similar a los términos que el bloque tiene ahora con Canadá, Reino Unido buscará un acuerdo mucho más flexible, como el que tiene Australia.

Ambas partes quieren lo mismo, un acuerdo de libre comercio, pero en términos muy diferentes. "No hay necesidad de que un acuerdo de libre comercio implique la aceptación de las normas de la UE en materia de política de competencia, subvenciones, protección social, medio ambiente o cualquier otra cosa similar, más de lo que la UE debería estar obligada a aceptar las normas del Reino Unido", dirá Johnson, según extractos de su discurso distribuidos por Downing Street.

Johnson aludirá a que la UE ya ha ofrecido un acuerdo de libre comercio en la línea del que tiene con Canadá, que no tiene que seguir las reglas del bloque. "Hemos tomado nuestra decisión: queremos un acuerdo de libre comercio, similar al de Canadá, pero en el caso muy improbable de que no lo logremos, entonces nuestro comercio tendrá que basarse en nuestro actual Acuerdo de Retirada con la UE".

"La cuestión es si acordamos una relación comercial con la UE comparable a la de Canadá, o más bien como la de Australia", dirá el primer ministro británico, según recoge Reuters. En Reino Unido están bastante disgustados con la UE, a la que acusan de retractarse del acuerdo de divorcio acordado al sugerir que Londres debe adherirse a las reglas del bloque comunitario para asegurar el acuerdo de libre comercio.

Bruselas ha insistido en la "igualdad de condiciones", es decir, que haya reglas compartidas sobre normas ambientales, regulaciones laborales y ayuda estatal para que las empresas europeas y las británicas cuenten con los mismos derechos y obligaciones. De hecho, la UE ha advertido repetidamente a Reino Unido que el nivel de acceso al mercado único dependerá de hasta qué punto los británicos aceptan adherirse a tales normas.

Johnson quiere cumplir su promesa de "recuperar el control" y por eso, en su discurso, sugerirá que Reino Unido prosperará ya sea con un acuerdo al estilo canadiense o con un arreglo más flexible. "No tengo ninguna duda de que Reino Unido prosperará", dirá Johnson. "Y, por supuesto, nuestra nueva relación con nuestros vecinos más cercanos irá mucho más allá del comercio".

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