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El presidente francés, Emmanuel Macron.

Francia enfrenta este fin de semana y el próximo (primera vuelta, el 20 de junio, y segundo vuelta, el 27 de junio) "la última prueba del estado de ánimo popular" antes de las elecciones presidenciales de abril de 2022. Y es que se celebran dos rondas de las elecciones regionales galas que, aunque no cambiarán mucho la vida de los ciudadanos francesas dado que las 18 regiones tienen competencias limitadas, si suponen un test importante para saber qué va a pasar con Emmanuel Macron el año que viene.

La cuestión clave es si seguirá él o un sucesor reformista de centro-derecha el próximo año, que termine el trabajo "inacabado" de Macron, o si ganará la ultraderechista Marine Le Pen y "oscurecerá las perspectivas de Francia y la eurozona en su conjunto", plantean los expertos de Berenberg.

"Por ejemplo, los resultados de Valérie Pécresse y Xavier Bertrand en sus respectivas regiones de origen, Île-de-France y Hauts-de-France, podrían determinar si alguno de ellos, o ambos, intentarán presentarse a las presidenciales como potenciales abanderados del centro derecha", añaden desde la firma alemana.

VOTO DE PROTESTA

Berenberg advierte de que los votantes podrían utilizar estas elecciones regionales para emitir un voto de protesta en mitad de la legislatura. Al fin y al cabo, es un hecho que los franceses no están muy contentos en los últimos tiempos con Macron ni con la gestión que ha hecho de la pandemia. Además, el voto regional puede favorecer a los partidos con fuerte arraigo local o con maquinarias de partido bien establecidas.

"Como resultado, el centro-derecha tradicional, algo cansado, y la extrema derecha de Le Pen pueden hacerlo mejor contra el todavía nuevo partido LREM (La République En Marche) de Macron de lo que lo harían en unas elecciones nacionales. Los titulares tras las votaciones regionales podrían ser desfavorables para Macron", advierte Berenberg.

¿QUÉ DICEN LOS SONDEOS?

Los sondeos de opinión nacionales sugieren que Le Pen podría ganar por poco la primera ronda de las elecciones presidenciales de abril próximo, pero perder la segunda vuelta contra Macron por aproximadamente 47% frente e 53%. En relación con 2017, cuando quedó por detrás de Macron por 34% a 66%, ha recortado distancias. A pesar de algunos avances de los Verdes de centro-izquierda, el centro de gravedad político en Francia se ha desplazado hacia la derecha desde 2017.

"Según los sondeos, Le Pen ha desintoxicado su imagen lo suficiente como para ganar contra cualquier candidato de centro-izquierda, mientras que probablemente perdería contra cualquier candidato centrista o de centro-derecha. Pero pueden pasar muchas cosas de aquí a abril. La ventaja de Macron en las encuestas es demasiado pequeña como para estar cómodo", apuntan estos analistas.

EL RIESGO ESTÁ AHÍ... AUNQUE ES BAJO

"Una presidencia de Le Pen podría significar problemas para Francia y Europa", remarcan estos expertos, que inciden en la idea de que el riesgo está ahí.

"Sus inclinaciones proteccionistas podrían perjudicar el potencial de abastecimiento del país. En lugar de superar a Alemania en términos de dinámica de crecimiento, Francia podría quedarse más atrás. En el ámbito de la UE, su actitud estrecha y casi 'trumpiana' de 'yo y mi país primero' podría causar constantes conflictos y paralizar la UE en cierta medida. Aunque no podría hacer retroceder la integración de la UE, sí podría bloquear los avances. Afortunadamente, eso no es más que un riesgo bajo. Macron o algún otro reformista de centro parece que se impondrá en 2022", concluye Berenberg.

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