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Junqueras, Puigdemont y Turull, antes de la reunión de GovernGENERALITAT/R.MORENO

Las relaciones entre ERC y el PDeCAT -o lo que queda de él y la suma de JxCat más Crida Nacional- hace tiempo que son muy malas. No es ningún secreto que los socios de gobierno en Cataluña aguantan sólo por preservar las apariencias. La fragilidad de su coalición es tal que resistirá a duras penas la contienda de los tres procesos electorales de esta primavera, con el foco en los comicios europeos del 26 de abril y el cuerpo a cuerpo entre el ex President de la Generalitat, Carles Puigdemont y al exvicepresident, Oriol Junqueras.

Los rumores de una ruptura del Govern y una inevitable convocatoria de elecciones anticipadas han vuelto a sonar con fuerza después de conocerse las listas con que ambos partidos concurrirán, no sólo a estas elecciones, sino también a las generales y autonómicas. Los dos líderes encabezaran las candidaturas europeas y descartada cualquier posibilidad de unión entre los puigdemontistas y junqueristas, la competencia por copar el espacio independentista hará insostenible el pacto en el Palau de la Generalitat. Por si esto fuera poco, el tercer partido independentista, la CUP, ha anunciado que ejercerá presión sobre el president de la Generalitat, Quin Torra, para que avance las elecciones en Cataluña.

Los motivos se apilan para que "este año se produzca una convocatoria de elecciones", aseguran fuentes parlamentarias, "es inevitable", enfatizan. No obstante, "la división entre las dos fuerzas políticas, que ya es una evidencia, no se verá materializada por el momento", prosiguen, y habrá que esperar a otoño.

En primer lugar, diputados de ambas formaciones explican que "van a intentar aguantar esta especie de falsa unidad en el independentismo entre ERC y JxCat" hasta que se supere la cita con las urnas del 28 de abril y el 26 de mayo. "Cuando se conozcan los apoyos de unos y otros, es probable que asistamos a una ruptura de facto entre estas dos formaciones y de la mayoría parlamentaria de estas fuerzas en el Parlament de Catalunya", argumentan fuentes próximas.

No obstante, apuestan por que la convocatoria de elecciones no llegue hasta que se conozca la sentencia del juicio al 'procés' que se desarrolla en el Tribunal Supremo. La decisión de los magistrados de la Sala de lo Penal, que dirige el juez Manuel Marchena, no se prevé antes de julio.

Por si todo esto fuera poco, también denuncia Raúl Moreno, diputado del PSC, que, por tercer año consecutivo, "tenemos unos presupuestos prorrogados en la Generalitat", lo que casi imposibilita la acción de gobierno". "Muchos de los compromisos adquiridos con colectivos como funcionariado, profesionlaes de la sanidad, bomberos o Mossos d'Esquadra, no se van a poder llevar a cabo", lamenta el socialista. Esta situación, prevé Moreno, desembocará en una contestación social en forma de protesta por el "desgobierno en Cataluña", pasado el verano.

TORRA DEBE CONVOCAR ELECCIONES

Hay un elemento que se debe tener en cuenta, no obstante, y es que la potestad de convocar elecciones la tiene Torra. Todo apunta a que el espacio surgido del PDeCAT y los afines a Puigdemont va a retroceder ante los republicanos, que las encuestas dan como ganadores en Cataluña en las generales. A falta de conocer cómo podría quedar la configuración de las alcaldías, fuentes próximas aseguran que el jefe del Govern no dará el paso hasta evaluar el veredicto de los votantes esta primavera y hasta que no cuente con datos favorables en las encuestas.

Por otra parte, los partidos independentistas también deben valorar otra variable y es que las malas relaciones entre las dos formaciones más votadas puede dejar paso a un cambio en el tablero político catalán. En este sentido, fuentes consultadas indican que tras estas hipotéticas elecciones se puede dar una suma de formaciones que sea más transversal y menos orientada a la construcción de la "inexistente" república catalana que el Ejecutivo actual.

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