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Josep Borrell en el CongresoEDUARDO PARRA/EUROPA PRESS - Archivo

La investigación del posible uso de información privilegiada por parte del ministro de Exteriores, Josep Borrell, en Abengoa puede tener consecuencias también para la CNMV. Su presidente, Sebastián Albella, trató de silenciar la multa en el consejo del 27 de septiembre, mientras que una semana después sí se decidió hacer público el expediente a Telepizza por el posible engaño en la salida de Marcos de Quinto, según fuentes conocedoras de la situación. Con este intento, Albella pretendía evitar un enfrentamiento con el Gobierno.

Los hechos comenzaron en el consejo de la CNMV celebrado el 27 de septiembre, en el que se acordó el cierre del expediente abierto a Borrell con la correspondiente multa (cuya cuantía no ha trascendido), pero no su publicación. El pasado viernes 5 de octubre se reunió el comité ejecutivo (órgano más restringido), que trató la apertura del expediente a Telepizza por el asunto de De Quinto y se decidió hacerlo público. Algo que sorprendió a varios consejeros por la diferencia de trato con el ministro.

El supervisor bursátil tiene competencias para publicar lo que denomina "actuaciones tempranas", es decir, la apertura de expedientes o la imposición de sanciones en primera instancia. Solo es obligatorio darlas a conocer en el BOE cuando son firmes en vía administrativa. Y, en este caso, Albella utilizó esa discrecionalidad para silenciar la multa al titular de Asuntos Exteriores y exconsejero de Abengoa.

Un portavoz de la CNMV explica que esa discrecionalidad se aplica solo al inicio de los expedientes pero no a las sanciones hasta que no son firmes (se pueden recurrir ante el Ministerio de Economía). Por tanto, lo que se podría haber anunciado fue el inicio de la investigación a Borrell en 2016, pero la entonces presidenta, Elvira Rodríguez, prefirió no hacerlo.

¿Por qué esa diferencia de trato? Pues para tratar de evitar un enfrentamiento con el Gobierno, ya que este anunció habría puesto en la picota a otro ministro (como así ha sido finalmente), tras la dimisión de Carmen Montón y cuando aún no está del todo claro si la titular de Justicia, Dolores Delgado, podrá aguantar en el cargo.

LA TRIFULCA SE FILTRA AL PP

No es la primera vez que Albella toma decisiones con este fin, a pesar de que su puesto no corre peligro tras el cambio de Gobierno. Como adelantó Bolsamanía en agosto, el presidente de la CNMV ofreció al Ejecutivo del PSOE el sillón que dejaba vacante en el consejo la 'popular' Beatriz Viana. Oferta que Economía aceptó con el nombramiento de Dolores Beato para el puesto. De esta forma, solo quedan como representantes del PP en el consejo la vicepresidenta Ana María Martínez-Pina y Juan Manuel Santos-Suárez.

Pero esta vez el tiro le ha salido por la culata. La indignación de algunos de los consejeros hizo que el asunto llegara a oídos de algunos cargos del PP coincidiendo con la reciente visita a España del exministro Luis de Guindos, actual vicepresidente del BCE. El principal partido de la oposición no iba a dejar pasar un 'caramelo' así y ha lanzado una operación de acoso y derribo contra Borrell porque sabía que le estaban investigando antes de acceder a la cartera.

Tras la publicación de la noticia en 'La Información', la CNMV no tuvo más remedio que emitir un comunicado en que reconocía la sanción al ministro. La situación puede volverse ahora contra el propio Albella por este intento de ocultación, aparte de poner en serios aprietos a Borrell.

NO ES EL PRIMER CASO DE INFORMACIÓN PRIVILEGIADA EN ABENGOA

El ministro ha utilizado el mismo argumento que cuando aseguró que le habían estafado 150.000 euros en un chiringuito financiero: no hay delito porque he perdido; si hubiera tenido información privilegiada, habría ganado. En esta ocasión, la sanción deriva de la venta por parte de su exmujer de 9.000 euros en acciones de Abengoa en noviembre de 2015, el mismo mes en que los medios revelaron su inviabilidad y la acción se desplomó. En ese momento, Borrell estaba en el consejo de la compañía sevillana y se supone que conocía la precaria situación de la empresa, aunque parece una cantidad ínfima comparada con los dos millones de euros que se embolsó como emolumentos por ese puesto.

No es el único exalto cargo de Abengoa sobre el que se ha sospechado de información privilegiada. El antiguo consejero delegado, Manuel Sánchez Ortega, fichó por la gestora de fondos BlackRock, que inmediatamente se puso bajista en el valor. Una actuación por la que le imputó la Audiencia Nacional, si bien al final sobreseyó el caso. El propio Borrell también tuvo que declarar pero no fue imputado.

Como es sabido, Abengoa al final logró salvar el concurso de acreedores gracias a las fuertes quitas asumidas por sus acreedores y a una nueva inyección de liquidez, pero el mes pasado tuvo que volver a refinanciar su deuda para evitar la suspensión de pagos.

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