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El Banco de Inglaterra (BoE, por sus siglas en inglés) podría estar a punto de entrar en una vorágine de subidas de tipos que pueden llevarle a situar el tipo de interés final por encima del de la Reserva Federal estadounidense (Fed). Así lo creen los expertos de diversas firmas, que coinciden al señalar que el organismo que dirige Andrew Bailey va a acometer un endurecimiento monetario mucho mayor para compensar las medidas fiscales anunciadas por el Gobierno de la nueva primera ministra, Liz Truss, y para sostener a la libra.

"Se espera que el tipo de interés final del Banco de Inglaterra sea más alto que el de la Reserva Federal". Así lo afirman los estrategas de Bank of New York Mellon (BNY Mellon) en uno de sus últimos comentarios, en el que analizan la situación que atraviesa Reino Unido tras las medidas de Truss y el fuerte desplome que ha protagonizado la libra en los últimos días.

Creen estos analistas que el Comité de Política Monetaria del Banco de Inglaterra "podría modificar los tipos de interés entre 150 y 200 puntos básicos en su reunión de noviembre" en un intento por "cerrar la brecha de credibilidad" que se ha abierto en el país tras las medidas del Gobierno y que han provocado la caída de la divisa británica ante las dudas que plantean la nueva estrategia fiscal.

"Dado que la Reserva Federal sigue revalorizando el riesgo y que EEUU no se enfrenta a la misma escala de dudas fiscales, se ha producido un desacoplamiento total en el rendimiento del GBP/USD frente a las expectativas de tipos", defienden los expertos de BNY Mellon, y remarcan que "hace apenas dos semanas el Banco de Inglaterra, en el mejor de los casos, tenía alguna esperanza de simplemente igualar a la Reserva Federal".

Ahora el banco central británico podría incluso superar al organismo que dirige Jerome Powell. "Si el tipo de interés oficial del Banco de Inglaterra alcanzara el 6% -más alto que el 5,75% anterior a la crisis financiera mundial-, las consecuencias para la economía británica serían probablemente profundas", estiman estos analistas. Lo cierto, recuerdan, es que el mercado prevé un mínimo de dos recortes de tipos en 2024, y aunque la Fed ha señalado que la contención de la inflación justifica un 'mayor tiempo', apuntan que "las vulnerabilidades únicas del Reino Unido sugieren que es poco probable que el BoE siga sus pasos". Es decir, que una "recuperación sostenida a medio plazo podría resultar difícil".

En JP Morgan, por su parte, hablan de una "reacción desmesurada" de los mercados a la relajación fiscal de Truss, aunque reconocen que aunque "exagerada", lo cierto es que ahora "la responsabilidad recae en el Banco de Inglaterra para reiterar su compromiso de hacer frente al riesgo creado por la relajación fiscal y cumplir con su objetivo de inflación".

La pelota está en el tejado de Bailey y los suyos, y tienen que actuar. Goldman Sachs, sobre este asunto, afirma en uno de sus más recientes informes que "dada la mayor persistencia de la inflación, ahora esperamos que el Banco de Inglaterra realice una subida de 100 puntos básicos en noviembre y diciembre (frente a los 75 puntos básicos anteriores), situando el tipo de interés final del banco en el 5% (frente al 4,5% anterior)".

Y en Credit Suisse también han analizado la situación que atraviesa Reino Unido tras los últimos acontecimientos. Los expertos del banco suizo creen que los tipos básicos podrían situarse en el 6%. "Esperamos que el impulso fiscal del 1,6% del PIB anunciado por Truss -el mayor de los últimos 50 años- requiera un endurecimiento monetario mucho mayor para compensarlo", destacan.

Recuerdan que el país "ha alcanzado sus limitaciones de la oferta" y que el desempleo "está en el nivel más bajo de los últimos 42 años", mientras que el crecimiento de los salarios "es un 3% más alto de lo que se necesita para alcanzar el objetivo de inflación del Banco de Inglaterra". "Creemos que el desempleo tiene que aumentar hasta el 6% para controlar el crecimiento salarial y conseguir que la inflación vuelva a ser la adecuada", remarcan, y dicen que la caída del 8% de la libra esterlina desde el 1 de agosto debería añadir un 1,3% más a la inflación a corto plazo.

Por eso esperan que el BoE se vuelva mucho más duro de aquí a final de año. "Creemos que el Banco de Inglaterra tendrá que ser muy agresivo para estabilizar la libra esterlina", concluyen.

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