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El Banco de Inglaterra (BoE) no se ha atrevido a ir a lo grande y emular los pasos de la Reserva Federal de EEUU (Fed) o del Banco Central Europeo (BCE) y su Comité de Política Monetaria ha votado por unanimidad a favor de subir su tipo de interés básico en 50 puntos básicos, en lugar de optar por un incremento del 0,75% en su reunión de septiembre. Así, la tasa de referencia del supervisor monetario británico se ha ubicado en el 2,25% desde el 1,75% anterior, en su intento de combatir una inflación que sigue siendo cinco veces superior a su objetivo.

Esta es la séptima subida consecutiva de 'la vieja dama de la calle Threadneedle' -la segunda consecutiva del 0,5%- y lleva los tipos de interés del Reino Unido a un nivel visto por última vez en 2008.

Sin embargo, el Comité de Política Monetaria del Banco de Inglaterra ha estado dividido, y mucho, en la decisión de hoy sobre los tipos de interés. Cinco miembros -el gobernador Andrew Bailey, los subgobernadores Ben Broadbent y Jon Cunliffe, el economista jefe Huw Pill y la miembro externa Silvana Tenreyro- han votado a favor de subir los tipos medio punto porcentual, hasta el 2,25%.

Tres -los miembros externos Jonathan Haskel y Catherine Mann, más el vicegobernador Dave Ramsden- abogaron por una subida mayor, de 75 puntos básicos (que habría sido la mayor desde 1989). Y el miembro más reciente del Comité de Política Monetaria, Swati Dhingra, votó a favor de subir los tipos sólo un 0,25%.

La decisión del banco se produce en un contexto de creciente debilidad de la libra esterlina, que ha acariciado los 1,12 dólares, previsiones de recesión, la crisis energética europea y un programa de políticas económicas que introducirá la nueva Primera Ministra Liz Truss.

En este contexto, el Banco de Inglaterra teme que el Reino Unido esté ya en recesión, en parte debido al día festivo con motivo del funeral de la Reina. Así, han rebajado sus previsiones de crecimiento y ahora prevén que el PIB se reducirá un 0,1% en el tercer trimestre del año.

Esto seguiría a la caída del 0,1% registrada en abril-junio, lo que supondría la segunda contracción trimestral consecutiva. Hace un mes, en cambio, el banco central había previsto que la economía crecería un 0,4% en el periodo julio-septiembre.

Sin embargo, un crecimiento más débil de lo previsto, de sólo un 0,2% en julio, y el día festivo del lunes por el funeral de Estado, le han llevado a recortar sus previsiones.

El BoE también ha advertido de que el tope a los precios de la energía por parte del Gobierno de Truss hará subir la inflación a medio plazo. Al reducirse la subida de las facturas de la energía, los hogares tendrán más dinero para gastar en otros bienes y servicios. Así, pese a que "reduce la inflación a corto plazo, también significa que el gasto de los hogares será probablemente menos débil de lo previsto en el informe de agosto durante los dos primeros años del periodo de previsión".

"En igualdad de condiciones, y en relación con esa previsión, esto aumentaría las presiones inflacionistas a medio plazo", agrega, lo que se interpreta como una señal de que la política monetaria puede tener que ser más agresiva en el futuro, lo que significa tipos de interés más altos durante más tiempo.

Así, predice que la inflación alcanzará probablemente un máximo en octubre, justo por debajo del 11%, menos que el máximo del 13% previsto el mes pasado, antes de que se anunciara el límite de dos años para las facturas.

Las actas de la reunión advierten, sin embargo, que la inflación se mantendrá en dos dígitos más tiempo: "No obstante, las facturas de la energía seguirán subiendo y, junto con los efectos indirectos del aumento de los costes energéticos, se espera que la inflación se mantenga por encima del 10% durante los próximos meses, antes de empezar a retroceder".

La decisión del BoE es el colofón de una semana de incrementos de tasas de interés de los supervisores bancarios con el fir de poner coto a la subida del IPC. La Reserva Federal de EEUU y el Banco Nacional de Suiza han elevado las tasas también en un 0,75%, después de que el BCE acometiera a inicios de mes un alza de sus tipos de referencia de igual tamaño, la mayor de su historia.

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