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Jerome PowellSharecast / public domain image

La Reserva Federal (Fed) se enfrenta a un auténtico dilema. Aunque las advertencias sobre la relajación monetaria son claras, y últimamente los miembros del banco central, incluido su presidente Jerome Powell, no hacen más que hablar de que los tipos podrían seguir altos durante más tiempo, los últimos datos macroeconómicos que se han conocido en EEUU han dado alas a algunos expertos para volver a apostar por una primera bajada de los tipos en la reunión de julio. "Es posible, pero no probable", opinan de hecho en Berenberg sobre una bajada entonces, aunque sus expertos son más prudentes que el mercado en general y hablan de diciembre como el momento en el que empezará el ciclo de recortes.

"La Reserva Federal no tiene necesidad de recortar los tipos rápidamente", defienden los expertos de la firma alemana, que creen que a medida que la política fiscal expansiva de Estados Unidos siga compensando el impacto de la postura de la Fed de unos tipos más altos durante más tiempo, Powell y los suyos "pueden recostarse y observar los datos".

Unos datos que han dejado una cierta sensación de alivio al otro lado del Atlántico. Y es que las últimas cifras conocidas sobre el Producto Interior Bruto (PIB) y sobre el mercado laboral han dado un ligero respiro a los mercados, que desde que empezó 2024 no han hecho más que recortar sus perspectivas sobre la relajación monetaria del banco central estadounidense.

"Tras una serie de sorpresas alcistas, los datos recientes de Estados Unidos se han suavizado modestamente", apuntan desde Berenberg. Sus analistas señalan que tanto el PIB real del primer trimestre, como algunas encuestas de confianza, entre ellas el PMI, y el aumento del empleo no agrícola "han estado por debajo de las expectativas". Y aunque esto "parece ser un regreso a la normalidad más que el comienzo de una verdadera tendencia bajista", lo cierto es que ha aliviado en cierta medida las elevadas preocupaciones.

Sobre el PIB, estos expertos señalan que "si bien la actual reducción de existencias y un enorme aumento de las importaciones redujeron el crecimiento del PIB a una tasa anualizada del 1,6% en el primer trimestre, el sólido aumento anualizado del 2,7% en la demanda interna final es un mejor indicador de la tendencia subyacente". Creen, de hecho, que en este contexto los datos más débiles se ajustan a su previsión de que el crecimiento de la demanda interna final "se desacelerará desde su rápido ritmo en el primer trimestre hasta tasas anualizadas de alrededor del 1,8% durante el resto de este año". Y de ser así, dicen, el crecimiento del PIB real "se ubicaría justo por debajo de su tasa tendencial del 2% a partir del segundo trimestre de 2024 en adelante".

Y en consonancia con esta "modesta desaceleración del crecimiento económico", Berenberg apunta que no se puede olvidar que las presiones inflacionarias subyacentes "parecen estar estabilizándose en Estados Unidos". En este sentido, la firma germana apunta que "si bien el aumento interanual del 3,9% en los ingresos medios por hora en abril todavía no es del todo coherente con el objetivo de inflación del 2% de la Reserva Federal, ha aliviado las preocupaciones de que la inflación salarial pueda volver a acelerarse significativamente".

Por eso estos expertos opinan, dadas las tasas actuales de inflación salarial, que la inflación del PCE puede situarse por debajo del 3%. Y "para la Reserva Federal, con su doble mandato de estabilidad de precios y pleno empleo inclusivo, ese resultado probablemente sería suficientemente bueno", dicen. Bajo su punto de vista, "mientras el exceso de inflación siga siendo modesto, la Fed no querrá arriesgarse a un aterrizaje forzoso con un aumento importante del desempleo, es decir, un importante incumplimiento de su objetivo de empleo, para mantener las presiones salariales y la inflación bajo control".

De ahí que no tenga prisa en iniciar la relajación monetaria. Como apuntan los analistas de Berenberg, "una modesta desaceleración del crecimiento y una inflación estable deberían allanar el camino para una modesta flexibilización en el futuro". En la firma germana no esperan un primer recorte de 25 puntos básicos hasta el mes de diciembre, seguido de tres bajadas más en 2025, "a medida que el actual estímulo fiscal se desvanezca con el tiempo".

"Los riesgos para nuestra estimación están sesgados hacia un inicio más temprano del ciclo de recortes de tipos, ya que el mercado ahora está descontando nuevamente una bajada el 31 de julio, seis días después del informe anticipado sobre el PIB del segundo trimestre". En su opinión, "es posible, pero no probable". Y es que "si los datos no indican una necesidad clara de actuar, la Reserva Federal tal vez prefiera esperar hasta que las elecciones estadounidenses de noviembre hayan pasado".

Especialmente, comentan estos estrategas, porque el resultado de la votación "puede darle a la Fed más claridad sobre el probable curso futuro de la política fiscal". Sobre todo teniendo en cuenta que "si cualquiera de las partes obtiene una victoria clara (presidencia y control firme de ambas cámaras del Congreso), la política fiscal estadounidense puede volverse más expansiva nuevamente con nuevos recortes impositivos significativos (republicanos) o nuevos aumentos del gasto (demócratas)".

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