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El proceso de ajuste estratégico en el negocio de Credit Suisse, cuya adquisición por UBS se completó la semana pasada, conllevará implementar "decisiones difíciles", según señala el consejero delegado de la entidad, Sergio Ermotti, quien toma como referencia la "masiva reducción" implementada en la banca de inversión durante su primer mandato en UBS.

"El verdadero trabajo apenas comienza ahora", reconoce Ermotti en un artículo de opinión, publicado por el rotativo suizo 'Tages-Anzeiger', donde defiende que las perspectivas de UBS son mejores que nunca, aunque hubiera sido deseable que las circunstancias en las que se produjo esta adquisición fueran diferentes.

"La tarea que tenemos ante nosotros es exigente y llevará tiempo, y habrá que tomar decisiones difíciles", resume el ejecutivo, para quien la cuestión sobre qué pasará con el negocio suizo de Credit Suisse "debe ser bien pensada".

En este sentido, Ermotti recuerda que ambos bancos han reducido masivamente sus balances desde la crisis financiera de 2008 y pone como ejemplo su primer mandato como consejero delegado de UBS, que se caracterizó por una "reducción masiva del banco de inversión".

"Estos ajustes estratégicos, que ahora también implementaremos para Credit Suisse, reducirán los riesgos del banco combinado para Suiza. Hay aún más oportunidades para esto", apunta.

El pasado lunes, UBS anunció que había completado la adquisición del que fuera su gran rival, Credit Suisse, poniendo así fin a casi tres meses de incertidumbre desde que el pasado 19 de marzo, con la intervención de las autoridades suizas, las partes pactaran la mayor fusión bancaria en Europa desde la crisis financiera.

La culminación de la transacción puso así punto final a los 167 años de historia de Credit Suisse dando origen a un nuevo gigante bancario, que publicará sus resultados financieros consolidados correspondientes al segundo trimestre de 2023 el 31 de agosto de 2023.

GARANTÍA PÚBLICA

Días antes de completar la transacción, el Gobierno de Suiza y UBS suscribieron un acuerdo por el que las arcas públicas cubrirán hasta 9.000 millones de francos suizos (9.256 millones de euros) en posibles pérdidas de una cartera de activos de Credit Suisse una vez completada la adquisición.

En concreto, la garantía pública surtirá efecto "sólo si las pérdidas derivadas de la realización de estos activos superan los 5.000 millones de francos suizos (5.142 millones de euros)" y estará limitada a un máximo de 9.000 millones de francos.

De este modo, UBS soportará el impacto de los primeros 5.000 millones de francos suizos de posibles pérdidas realizadas en una cartera designada de activos secundarios de Credit Suisse, equivalente a aproximadamente el 3% de los activos combinados del banco fusionado y que incluye principalmente préstamos, derivados, activos heredados y productos estructurados de la unidad "non-core" de Credit Suisse.

La Comisión Europea aprobó el pasado 25 de mayo sin condiciones la fusión entre las entidades financieras suizas UBS y Credit Suisse, poco más de dos meses después del colapso de esta última, tras constatar que la operación no planteará problemas de competencia en el Espacio Económico Europeo (EEE).

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