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"Merece la pena tener en cuenta a los bancos europeos en las carteras". Así de contundentes son los expertos de Schroders, que en uno de sus últimos informes analizan la situación del sector ahora que la mayoría de entidades financieras han presentado resultados, y ofrecen cinco razones por las que creen que la inversión en la mayoría de bancos del Viejo Continente es atractiva actualmente.

Ben Arnold, especialista en inversión value de Schroders, es claro: "El sector bancario europeo atrae la atención y, esta vez, por razones positivas". Como dice el experto de la gestora, en lo que va de año los mercados de renta variable se han caracterizado por la "desvalorización", es decir, la caída del precio que los inversores están dispuestos a pagar, mientras que "las expectativas de beneficios siguen siendo elevadas".

En el contexto actual, y dado que la recesión parece inevitable, esas previsiones de beneficios "son susceptibles de ser rebajadas a medida que los consumidores empiezan a sentir el impacto de la crisis del coste de la vida". De hecho, no son pocas las empresas que han revisado sus perspectivas para lo que resta de año o que incluyo han emitido un 'profit warning'.

Sin embargo, "el sector bancario se ve cada vez más como una excepción en la que los beneficios van a mejorar drásticamente". Es cierto, dice Arnold, que esto no es algo que pueda aplicarse a todas las empresas del sector, pero, en general, en Schroders creen que hay cinco razones que hacen que la inversión en la mayoría de los bancos europeos sea un acierto. Son las siguientes:

1. Valoraciones bajas

Normalmente los bancos cotizan con descuento respecto al mercado de valores en general. Esto se debe, entre otras cosas, al "carácter cíclico de sus beneficios", dice Schroders. Los bancos estadounidenses se encuentran actualmente entre los más caros del sector y, teniendo en cuenta los desafíos en el Reino Unido y Europa, las valoraciones están mucho más baratas.

"En la actualidad, el sector bancario europeo cotiza aproximadamente un 35% por debajo de su media a largo plazo, y es el más barato desde hace una década", apunta la gestora. Según Andy Evans, gestor de fondos de value europeo en la firma, se trata de "profundizar en la cifra de valoración del sector en su conjunto. Evidentemente, se trata de una media y hay una serie de bancos que cotizan con mayores descuentos".

El sector tiene "valoraciones atractivas, dado que las perspectivas de los bancos son hoy más halagüeñas de lo que han sido durante mucho tiempo, sobre todo debido a la subida de los tipos de interés y a la solidez de los balances".

2. La subida de los tipos de interés y el impacto en los beneficios

Y precisamente eso nos lleva a la segunda de las razones que ha identificado Schroders para invertir en la banca europea. "Las acciones de los bancos están, en general, positivamente correlacionadas con la subida de los tipos de interés", recuerda la gestora. Justin Bisseker, analista de bancos europeos de la firma británica, asegura que "la última década muestra una clara relación entre la bajada de los tipos de interés y el deslucido comportamiento relativo de las cotizaciones de los bancos, salpicado de breves repuntes a raíz de las subidas de tipos".

"En cuanto a los tipos de interés, más de una década de recortes se ha revertido en cuestión de meses. Sin embargo, la relación entre los tipos de interés y la rentabilidad de las acciones de los bancos en relación con el mercado no se ha movido hasta el momento como solía hacerlo", comenta, y "creemos que este desajuste será temporal y ofrece una oportunidad a los inversores".

Mientras que los tipos de interés suelen bajar al entrar en una recesión, esta vez "los bancos centrales están desesperados por sofocar una inflación en rápido aumento subiéndolos", destaca Schroders. "El entorno económico actual tiene pocos precedentes históricos y es uno de los que los bancos pueden beneficiarse". Y es que sus modelos de negocio están orientados a que "pequeñas subidas de los tipos de interés puedan suponer un aumento drástico de los beneficios". Esto se debe a que el incremento de los ingresos se traslada a los resultados finales con un aumento mínimo de los costes.

Ahora, destaca también la gestora, los bancos están, por primera vez desde la crisis financiera mundial, en "la cúspide de una mejora muy significativa de la rentabilidad".

3. Sensibilidad a los tipos de interés

No obstante, apunta Schroders, los inversores deben tener en cuenta que "el grado en que cada banco se beneficia cuando los tipos suben no es ni mucho menos uniforme en todo el sector". Es una cuestión que depende de las diferencias en la combinación de ingresos, la velocidad de revalorización de los activos y el apalancamiento operativo, detalla. Sobre todo porque, en igualdad de condiciones, "el banco con mayor apalancamiento operativo tiene más que ganar que los que no lo tienen".

Es vital recordar que los modelos de negocio "varían enormemente entre los bancos", ya que algunos se centran más en actividades que no están relacionadas con los tipos de interés, como la gestión de patrimonios, y otros, que se centran más en la banca minorista, están más orientados a los diferenciales de interés neto (la diferencia entre los tipos de interés de los préstamos y de los créditos).

Por lo tanto, "buscar la sensibilidad a los tipos de interés parece una jugada sensata a medida que los tipos suben, pero hay que tener cuidado, ya que hay otras cuestiones que afectarán a la capacidad de un banco para sacar el máximo provecho de cualquier aumento de los márgenes de interés netos", concluye la gestora.

4. Buenos balances

Una de las preocupaciones, que probablemente mantiene bajas las valoraciones, es el nivel de provisiones que un banco debe reservar para cubrir posibles pérdidas y deudas incobrables de clientes y empresas que dejen de pagar sus préstamos en una recesión. "A medida que la economía europea se ralentiza, el mercado espera que esto erosione gran parte de la mejora de los márgenes que se deriva de las subidas de tipos", comenta la gestora.

Sin embargo, para la mayoría de los bancos, la escala de los beneficios de los ingresos derivados de la subida de los tipos de interés es "tan grande" que debería compensar "con creces" la carga de las mayores pérdidas crediticias, sobre todo si se tiene en cuenta que "la mayoría de los bancos todavía cuenta con provisiones preventivas para pérdidas de crédito establecidas durante la pandemia de Covid-19".

"El impacto potencial de una recesión es preocupante, pero varios bancos europeos ya están muy bien capitalizados", destacan desde Schroders. Y es que en una recesión típica, las provisiones aumentan entre dos y tres veces el nivel medio de un ciclo económico. "Las provisiones tendrían que aumentar más de seis veces para que se perdieran todos los beneficios del sector". Además, las pérdidas de provisiones solo se producen una vez y, en cambio, los beneficios de los ingresos derivados de unos tipos más altos deberían repetirse.

Si se observan los ratios de capital básico de Tier 1 (la métrica clave de adecuación de capital y apalancamiento del balance en la que se fijan los reguladores para la salud financiera de un banco), son mucho más fuertes ahora que antes de la crisis financiera. Entidades como CaixaBank e ING tienen alrededor de un 15% de capital Tier 1, y algunos bancos nórdicos tienen más del 20%, y hace 15 años, en los albores de la crisis financiera, muchos tenían un capital de un solo dígito.

5. Rentabilidad por dividendo

El último punto que destaca la gestora es el nivel de dividendos que se espera que los bancos paguen a los accionistas. Las expectativas del consenso para la rentabilidad de los dividendos en 2023 son mucho más altas de lo que han sido durante más de una década, comenta.

Bisseker ha señalado al respecto que "la rentabilidad por dividendo agregada de los bancos europeos se sitúa en torno al 7,5% en 2023. Con una cobertura de dividendos saludable, además de la solidez de los balances y las provisiones, esto ofrece una atractiva rentabilidad para el accionista incluso en ausencia de movimientos en el precio de las acciones".

Con una inflación más alta que quizás se mantenga, y unas expectativas de crecimiento más débiles a nivel mundial, en Schroders ven posible que los dividendos "desempeñen un papel más importante en la rentabilidad total exigida por los inversores de renta variable". Y esto, apuntan, "podría atraer a más accionistas a los bancos y elevar las valoraciones desde los niveles actuales".

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