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El presidente de Rusia, Vladimir Putin.-/Kremlin/dpa - Archivo

La escalada en torno a Ucrania es evidente. Al envío de tropas rusas, cerca de 100.000, a la frontera, EEUU contestó esta semana con el acercamiento de 3.000 soldados al este de Europa. El conflicto no parece tener fin en el corto plazo, una tesis que defiende el profesor de EAE Business School y experto en geopolítica Francisco Verdera.

“A Europa y EEUU les interesa que no pase nada en Ucrania”, defiende este analista en declaraciones a Bolsamanía, que añade que "Rusia no puede permitirse que no pase nada, porque seguirá perdiendo influencia". “No es que quiera tener una guerra, pero al Kremlin le interesa este movimiento en los países que antes estaban en su esfera y se han ido pasando a la OTAN y la UE”.

En las últimas semanas los dirigentes políticos se han reunido en varias ocasiones para intentar acercar posturas, algo que no han conseguido debido a las líneas rojas marcadas por Moscú. La principal es la no inclusión de Ucrania ni en la OTAN ni en la Unión Europea, algo que desde Occidente no se garantiza. Vladimir Putin, presidente ruso, acusó a Washington de no atender a sus peticiones.

Estos movimientos que está planteando Rusia en Ucrania se ven como una forma de ganar poder de influencia, según Verdera, algo que pueden imitar desde otras partes del mundo. “Si Europa y EEUU no demuestran que son fuertes, China tomará nota de los movimientos que pueda hacer el Kremlin”. El objetivo, según este analista, sería repetir esa misma estrategia en sus áreas de influencia.

“El objetivo de Putin es meter miedo y que no se metan misiles directamente en la frontera. Esa es la guerra que EEUU sabe hacer. Rusia ahora mismo está jugando otra de inteligencia, desinformación y ciberataques. El tipo de guerras es totalmente distinto”, argumenta.

LAS POSIBLES SANCIONES Y EL GAS

Una de las armas con las que Occidente pretende presionar a Rusia son las sanciones económicas y financieras. Se ha llegado a especular con la exclusión de los bancos del país del sistema internacional SWIFT, lo que las dejaría sin poder realizar transacciones con el resto del mundo.

También está en el centro de todo el conflicto el gas del que Europa es dependiente y que tiene un peso muy importante en la balanza exterior rusa. Según Verdera, 2 de cada 3 euros de las exportaciones rusas a la UE son de energía. “Esto demuestra el drama que supondría cortar el suministro”, afirma. Sin embargo, ve posible este escenario “si Moscú decide tomar cartas en el asunto e invadir militarmente Ucrania o desestabilizarla con un golpe interno”.

Ante este extremo, Europa tendría una alternativa, aunque mucho más cara. Por un lado, podría importar una “tibia” cantidad de gas de Noruega, además de recibir gas natural licuado (GNL) de Arabia Saudí. La regasificación y el transporte en barco incrementarían los precios de esta materia prima.

En el otro lado, Rusia no tiene muchas alternativas para colocar el gas. Vía gasoducto, solo tendría la opción de Turquía, que está en la esfera de la OTAN. Todos los demás países que tiene al este son productores de gas y petróleo o mercados minoritarios.

EUROPA PUEDE HACER DAÑO

En cuanto al resto de medidas que se pueden llevar a cabo, quien puede hacer realmente daño es el Viejo Continente y no Estados Unidos. Más allá de la energía, existen unas relaciones comerciales que son importantes para Rusia. Eso sí, éstas se vieron mermadas tras la anexión de Crimea en 2014 y las sanciones recibidas, que han hecho mella en su economía.

En la actualidad, algunos estados de la UE siguen teniendo unas estrechas relaciones con Moscú en este sentido, lo que dificulta la posibilidad de marcar una línea conjunta en el conflicto. A esto se le suman los países que se están mostrando cercanos al Kremlin, como Hungría.

Es impredecible cuál será la respuesta de Rusia al conflicto”, sostiene Verdera. “Moscú no se despeina por tomar Crimea. La diferencia es que los ciudadanos de Crimea eran prorrusos. Rusia puede permitirse ocupar dos o tres zonas más que sean prorrusas pero no está interesada en eso. Está interesada en amenazar para que Ucrania no entre en la OTAN”, sentencia.

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