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Una torre eléctricaEduardo Parra - Europa Press

El conflicto sobre Ucrania sigue trayendo cola. A lo largo de los últimos días, la escalada en los discursos de uno y otro bando solo ha ido en aumento, a la vez que en las reuniones diplomáticas, aunque terminaban sin acuerdo, existía cierto optimismo por parte de los interlocutores rusos y estadounidenses para mantener el contacto. Europa sigue muy de cerca la situación debido a un elemento del que se ha hablado mucho en los últimos meses a causa de su elevado precio: el gas natural.

"En la década de 1990, la mayor parte del gas que Rusia exportaba a Europa cruzaba Ucrania. Pero desde entonces Rusia ha diversificado las rutas", señala Nikos Tsafos, de la Cátedra James R. Schlesinger de Energía y Geopolítica en un artículo recogido por el Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales (CSIS, por sus siglas en inglés).

En 1994 comenzó la construcción del gasoducto Yamal-Europa a través de Bielorrusia y Polonia. En 2006, esta conexión alcanzó su pleno rendimiento. Asimismo, en 2003 se completó el Blue Stream, un gasoducto que conectó por primera vez Rusia con Turquía, mientras que en 2020 se inauguró el segundo enlace, el TurkStream.

Otra vía es el Nord Stream, que conecta directamente con Alemania. El Nord Stream 2 es la segunda canalización que todavía no se ha puesto en funcionamiento y que puede doblar la capacidad de exportación al país germano. Aunque su puesta en uso dependerá sobre todo de lo que pase en este conflicto.

De esta forma, y tras las infraestructuras completadas y en funcionamiento, el gas ruso exportado a través de Ucrania ha caído de los 140.000 millones de metros cúbicos a 42.000 millones en 23 años, lo que supone un 70% menos desde 1998. Así, el número de países que dependen directamente del gas exportado a través de sus tuberías ha descendido drásticamente.

¿A QUIÉN PERJUDICA LA INTERRUPCIÓN DEL GAS EN UCRANIA?

Por el momento, una interrupción de los flujos afectaría, según el investigador, a Eslovaquia, Austria e Italia, "cada uno de los cuales tiene diferentes opciones para hacer frente", que pueden venir a través de otras grandes infraestructuras o por el mar. Estas opciones dependerán de las condiciones del mercado global y la cantidad de gas almacenada en el continente.

"Una interrupción en el tránsito de Ucrania también afectaría a la propia Ucrania. A lo largo de los años, Kiev ha dejado de comprar gas directamente a Rusia. En cambio, satisface sus necesidades de importación a través del 'backhauling' (devoluciones)", afirma Tsafos. De esta forma, se aprovechaba de las devoluciones que se producían a través de las instalaciones que recorrían su país, algo que en el pasado implicaba enviar gas al oeste y reimportarlo al país, mientras que ahora ese proceso se realiza de forma virtual. "Según el operador del sistema de gas de Ucrania, el 89% de las importaciones de Ucrania en 2021 se realizaron a través de un 'backhaul' virtual", sentencia.

LOS CORTES DE SUMINISTRO POR PARTE DE RUSIA

En este sentido, y una vez comience una hipotética guerra, existen varios escenarios en el terreno energético. El primero, en cuanto a los cortes de suministro de gas. Rusia podría usar esta estrategia como presión hacia Ucrania o Europa para conseguir sus objetivos en una negociación. Kiev también lo podría utilizar como forma de atraer a los países del Viejo Continente de su lado. En cualquier caso, esto no tendría graves consecuencias a nivel energético.

En cambio, si el conflicto se desarrollara más allá de Ucrania, Rusia podría cerrar el grifo en las otras rutas anteriormente mencionadas. "La historia nos dice que la energía es un arma pésima para lograr objetivos políticos. Pero aún podría ser manejado. De hecho, algunos argumentarían que Rusia ya está armando el gas, reteniendo los suministros a pesar de los precios récord en Europa. La realidad es un poco más compleja", menciona Tsafos.

Un último escenario es que el conflicto se extienda al Nord Stream 2, el gasoducto que conecta Rusia con Alemania directamente y que todavía no está en funcionamiento. La posición del Gobierno de Berlín por el momento es una incógnita, puesto que se mueve entre la apertura del suministro o la búsqueda de alternativas, aunque la infraestructura ya está construida.

"Si no hay un conflicto inmediato en Ucrania, la posición de Alemania se vuelve insostenible. Debe aprobar la operación del gasoducto o mantenerlo en suspenso en caso de que ocurra un conflicto; en ese punto, la amenaza pierde su valor disuasorio si Rusia concluye que el proyecto está condenado sin importar qué. El equilibrio actual no es estable", afirma este experto.

LAS ALTERNATIVAS A RUSIA

De hecho, la forma que tuvo Rusia de agitar el mercado no tuvo nada que ver con esta conexión, sino dejando de llenar los lugares de almacenamiento en Europa. Es por ello que el investigador sostiene que con esta capacidad es difícil pensar que el Nord Stream 2 dé al Kremlin una ventaja decisiva, "y ningún nivel de diversificación podría permitir que Europa prescindiera del gas ruso en el corto plazo. Esta es la realidad".

"Rusia solo puede culparse a sí misma. Sus mensajes contradictorios sobre el suministro de gas han alienado incluso a quienes aceptan el papel de Rusia en el sistema energético europeo. Si bien es posible no esté utilizando la energía como un arma abierta, difícilmente puede afirmar que es un proveedor confiable como lo ha sido en el pasado", opina.

Ante este contexto, Europa ha construido diferentes infraestructuras para importar gas a través de los barcos y moverlo a través de las tuberías por el Viejo Continente. Es por ello que la dependencia de Ucrania ya no es tal, aunque pudiera provocar algún problema puntual. De hecho, tal y como afirma Seth Jones, vicepresidente senior del CSIS y director del Programa de Seguridad Internacional, uno de los principales apoyos de Estados Unidos, en caso de que el conflicto vaya a más, será la exportación de gas a través de los barcos, de tal forma que se pueda suministrar también a Ucrania.

Estos nuevos puertos, construidos a partir de 2008 y 2009, otorgan al conjunto del continente de una mayor independencia de Rusia, eliminando una de las armas que puede usar de cara a una negociación.

"La tolerancia de Europa a tal dependencia y las payasadas de Rusia podrían estar disminuyendo. Ese es el frente para observar a medida que se desarrolla esta crisis", concluye Tsafos.

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