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Joe Biden, presidente de EEUU, y su homólogo ruso, Vladimir Putin.

Joe Biden, presidente de Estados Unidos, ha anunciado en la tarde de este martes la prohibición a las importaciones del gas y del petróleo rusos, una medida que también llevará a cabo Reino Unido de forma gradual, tal y como ha confirmado el ministro de Energía británico, Kwasi Kwarteng, en su cuenta oficial de Twitter.

"Hemos tomado esta decisión junto a nuestros aliados", ha afirmado el presidente estadounidense, justificando la medida en que son exportadores netos de energía, "por eso podemos tomar esta medida, a diferencia de otros países".

"Este es un paso que hacemos para infligir más daño a Putin, pero tendrá un coste para EEUU. Seré sincero, va a tener un coste Republicanos y demócratas entendemos eso, pero tenemos que hacerlo", ha añadido. De hecho, ha sido claro al hablar de que los precios de la gasolina subirán. Por ello, ha anunciado que su Gobierno liberará 30 millones de barriles de las reservas estratégicas, la mitad de los 60 millones de barriles que se pondrán en circulación a nivel mundial.

Este paso adelante de Estados Unidos ha sido aplaudido por el Instituto del Petróleo Americano (API, por sus siglas en inglés), que en un comunicado ha mostrado su apoyo al Gobierno liderado por Biden. "Compartimos el objetivo de reducir la dependencia de fuentes de energía extranjeras e instamos a los legisladores a promover el liderazgo energético estadounidense y expandir la producción nacional para contrarrestar la influencia de Rusia en los mercados energéticos mundiales”, recoge el escrito que han publicado.

Esta medida llega después del acuerdo en el Congreso de EEUU entre demócratas y republicanos para dar la posibilidad al presidente de EEUU de llevar a cabo esta medida. El acuerdo, además, recogía otras medidas, como otorgar a Biden la autoridad de aumentar los aranceles sobre productos rusos y bielorrusos; solicitar la expulsión de Rusia de la Organización Mundial del Comercio (OMC) y detener la adhesión de Bielorrusia; y otorgar la autoridad al presidente de EEUU de restablecer las relaciones comerciales normales con Rusia y Bielorrusia sujeto a ciertas condiciones y la desaprobación del Congreso.

La prohibición del petróleo ruso es una de las sanciones más duras que quedaban todavía por aplicar. El mercado energético es una de las principales vías de financiación del Kremlin. En los últimos días, desde la Casa Blanca se ha dejado ver las intenciones de la Administración Biden a este respecto.

Ya el sábado Jen Psaki, responsable de prensa, anunció que Washington sopesaba reducir las importaciones del crudo ruso, aunque tenían muy en cuenta que si se reduce la oferta del mercado de gasolina aumentarán los precios de la gasolina, afectando así a las familias estadounidenses.

El domingo, el secretario de Estado de EEUU, Antony Blinken, señaló que "estamos conversando con nuestros aliados europeos y nuestros aliados para analizar de manera coordinada la posibilidad de prohibir la importación de petróleo ruso mientras nos aseguramos de que hay una oferta suficiente de petróleo en los mercados globales. Las conversaciones son muy activas".

Los socios europeos han sido reacios, hasta el momento, a aplicar esta medida, puesto que el mercado energético del Viejo Continente es dependiente del petróleo y el gas ruso. En este sentido, el Kremlin ha amenazado con cortar el Nord Stream I en respuesta a las sanciones impuestas sobre Rusia.

En esta línea, el ministro británico de Energía, Kwasi Kwarteng, ha confirmado en su cuenta de Twitter que Reino Unido también reducirá gradualmente sus importaciones de petróleo ruso. "El Reino Unido eliminará gradualmente la importación de petróleo y productos derivados del petróleo rusos para fines de 2022. Esta transición le dará al mercado, las empresas y las cadenas de suministro tiempo más que suficiente para reemplazar las importaciones rusas, que representan el 8 % de la demanda del Reino Unido", ha escrito.

SHELL YA ANUNCIÓ QUE DEJARÁ DE COMPRAR PETRÓLEO RUSO

Esta posición, sin embargo, no ha servido para que algunas de las principales empresas del sector ya se hayan pronunciado al respecto. Es el caso de Shell, que ha anunciado que dejará de comprar gas y petróleo rusos y que cerrará todas sus gasolineras en el país. "Somos muy conscientes de que nuestra decisión de la semana pasada de comprar un cargamento de crudo ruso para refinarlo en productos como la gasolina y el gasóleo -a pesar de haberse tomado pensando en la seguridad de los suministros- no fue la correcta y lo lamentamos", han indicado en el escrito distribuido en la mañana de este martes.

"Nuestras acciones hasta la fecha se han guiado por las continuas discusiones con los gobiernos sobre la necesidad de desvincular a la sociedad de los flujos energéticos rusos, manteniendo al mismo tiempo el suministro de energía. Las amenazas de hoy de detener los flujos de oleoductos hacia Europa ilustran aún más las difíciles decisiones y las posibles consecuencias a las que nos enfrentamos al tratar de hacerlo", añadían.

EL "SHOCK DE SUMINISTRO"

Este contexto está llevando a la cotización del crudo a niveles récord no vistos desde hace varios años. Sin ir más lejos, este lunes el barril de Brent llegó a rozar los 140 dólares, máximo desde julio de 2008, mientras que el West Texas Intermediate llegó a superar los 130 dólares, niveles no vistos también desde esas fechas.

"El mercado del petróleo se enfrenta a un gran y prolongado shock potencial de oferta por parte de Rusia. Occidente querrá evitar tal resultado, pero el aislamiento global de Rusia podría llevarle a reducir sus exportaciones de energía", indican desde Goldman Sachs. En su último informe, estos expertos creen que China "tendrá el papel crucial de elegir cómo el mercado petrolero deberá reequilibrarse y cuánto terminarán reduciéndose las exportaciones rusas de petróleo por vía marítima".

De hecho, para evitar que la cotización del 'oro negro' despunte aún más aumentando los precios de los combustibles, la Casa Blanca está estudiando, tal y como adelantó 'CNN', la posibilidad de aliviar las sanciones del petróleo venezolano para compensar las sanciones impuestas a Rusia.

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