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Antonio Brufau y Josu Jon Imaz en la Junta de Accionistas de RepsolEUROPA PRESS - Archivo

Una nueva debacle de los precios del crudo sin previsiones optimistas para el próximo mes. El petróleo West Texas vivió este lunes la mayor caída de la historia, hasta caer en negativo, y provocó un efecto dominó en el sector energético. De rebote, el barril de Brent camina en la misma dirección (aunque con caídas más moderadas) y pone en tela de juicio las previsiones para lo que queda del año.

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Uno de los efectos colaterales corresponde a Repsol. La compañía española ha dejado aparcado su plan estratégico para el periodo comprendido entre 2020 y 2025 que debía presentar este mes de mayo. No lo hará como consecuencia de la crisis del coronavirus, al menos hasta que se “vislumbre una mayor estabilidad social y de negocios”, según anunció el 25 de marzo, ya en pleno estado de alarma.

En lugar de una hoja de ruta para los próximos ejercicios, adelantó un “plan de resiliencia 2020”, en el que asume un “entorno macroeconómico muy exigente para el resto del año”. En él, el barril de Brent, el de referencia en Europa, promediaría a 35 dólares.

Ese precio, a día de hoy, está lejos. Tras la caída de este lunes, el Brent con vencimiento en mayo se situaba por debajo de los 26 dólares y este martes ha caído hasta 20. Esa referencia de los 35 dólares que contempla Repsol no se alcanzaría, según los futuros Platts, hasta octubre; mientras que en junio se llegaría a 29 dólares y en julio a 31. Superar esa barrera sería posible en noviembre y diciembre, cuando esos futuros se estabilizarían en 36 dólares.

PREVISIONES DE MORGAN STANLEY

La previsión de Repsol, una estimación media para el conjunto del año, está por encima de los precios de los futuros de mayo pero por debajo de lo que estiman analistas. Por ejemplo, el último informe elaborado por Morgan Stanley sobre Repsol contempla un escenario estimado de 39 dólares el barril de Brent para el conjunto de 2020. La firma es más optimista para los dos próximos años, donde prevé 41,3 dólares en 2021 y 44,9 en 2022.

En ese contexto, la firma coloca a Repsol un precio objetivo de 7,8 euros el título. Al cierre de este lunes, la acción de la petrolera se situó en 7,73 euros.

En su valoración, Morgan Stanley tiene en cuenta “la reciente debilidad de los precios del crudo que ha sido impulsada por la incertidumbre en la demanda". Por ello, prevé que se vea reflejada en unos menores márgenes en los segmentos de refino y productos químicos. Además, la firma espera un menor Capex de entre 1.000 y 2.900 millones de euros, en línea con las últimas previsiones de la compañía, que ya ha anunciado un recorte de inversión de 1.000 millones de euros. “También anticipamos que Repsol reducirá su dividendo en un 30%” para proteger su balance, según indica Morgan.

Hasta ahora, Repsol ha protegido su dividendo y confirmado que, para el mes de julio, está prevista una remuneración de 0,55 euros por acción, bajo la fórmula de ‘scrip dividend’, que debe aprobar en la junta de accionistas del próximo 8 de mayo.

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