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Rodrigo Rato afirma que nadie le avisó de que existiera un problema en la valoración de las acciones de Bankia en el balance de BFA antes de la salida a bolsa de la entidad. No lo hizo su firma auditora, Deloitte, ni el socio encargado de la auditoría, Francisco Celma, que también está imputado en el caso Bankia y que en su declaración en el marco de la instrucción afirmó que había avisado de ello a los bancos colocadores de la salida a bolsa de Bankia, un acto que Rato califica de “sorprendente” y “de una oficiosidad notable”.

“Celma, que era el auditor de Bankia, cuando se produce este proceso dice que él se lo dijo a los bancos colocadores, lo cual es muy sorprendente, que una persona que trabaja para Bankia le diga a los bancos colocadores que hay un problema siendo nada más ni menos el auditor”, apuntó el expresidente de Bankia durante la sesión del juicio oral celebrada el miércoles en la Audiencia Nacional.

Uno de los aspectos que llevó a la reformulación de las cuentas de BFA correspondientes al ejercicio 2011 ejecutada en mayo de 2012 fue el ajuste en la valoración de la participación que la matriz de Bankia tenía en la entidad. En las cuentas originales, el 52,4% que BFA tenía en Bankia estaba valorado en unos 12.000 millones de euros, cuando su valor en bolsa era de unos 1.300 millones.

Francisco Celma, en su declaración en el marco de la instrucción del caso Bankia, afirmó que había avisado a los bancos colocadores de la Oferta Pública de Suscripción (OPS) de Bankia de que podía existir este "problema" o diferencia de valoración en la participación que BFA tenía en Bankia, según explicó la fiscal del caso, Carmen Laúna, en la sesión del juicio oral del miércoles.

En todo caso, Celma no compartió esta información con Bankia, según Rato. “A mí, desde luego, el auditor ni entonces ni en otro momento me dijo nada. No lo dijo en ningún sitio en Bankia”, señaló el expresidente del banco, añadiendo que el hecho de que Celma compartiera esta información con los colocadores de la Oferta Pública de Suscripción (OPS), si es cierto, habría sido “de una oficiosidad notable”.

Rato considera que las acciones de Bankia que BFA tenía en su balance no estaban disponibles para la venta, sino que ese trataba de una inversión a largo plazo, por lo que tenían unas “urgencias de valoración distintas” a las de una participación que se tiene en cartera con el objetivo de venderla a corto plazo. Es decir, que no tenían por qué ser valoradas desde un primer momento a precio de mercado.

El único momento en el que alguien mencionó que hubiera un problema en la valoración de las acciones de Bankia en BFA fue a finales de 2011, cuando la entidad llevaba varios meses cotizando, momento en el que el auditor solicitó al banco “una valoración de cifras de caja”, siempre de acuerdo con la versión de Rato.

“Las normas contables exigen que a partir de un año se pueda discutir el tema de los descuentos que puedan existir en el mercado en una determinada acción. Sorprendentemente, Celma y Deloitte nos lo plantearon a finales de 2011 para el ejercicio 2011”, explicó Rato, insistiendo en que ni el FROB ni el Banco de España mostraron preocupación por el valor teórico contable de la participación de BFA en Bankia.

Además, Rato explicó que, en ese momento, algunas compañías auditadas por Deloitte, precisamente, no estaban valorando sus participaciones a precio de mercado porque no las tenían disponibles para la venta, como ocurría con la porción de BFA en Bankia.

CONTACTOS CON EL BANCO DE ESPAÑA

El expresidente de Bankia recordó que el socio de Deloitte encargado de su auditoría estaba “constantemente” en la sede de Bankia. Preguntado por la fiscal sobre si es habitual que se reúna tanto con el consejero delegado del banco como con el Banco de España, Rato contestó que sí. “El Banco de España habla con el auditor. No sé si debe, pero lo hace”, apuntó, para después añadir que no le sorprende “nada” que haya contactos entre ambos.

“El Banco de España es la autoridad relevante, contable y financiera de un banco. Un auditor, que además audita a casi todos los bancos de España, debe hablar con el Banco de España”, concluyó.

Celma y Deloitte no han sido los únicos objetivos de los dardos de Rato en su exposición en el juicio oral, pues el expresidente de Bankia ha apuntado contra todo tipo de autoridades. En sus casi nueve horas de declaración, que continuarán el lunes, ha descargado su responsabilidad en la gestión de Bankia en el Banco de España, el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero (y, más concretamente, en Elena Salgado), en la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) y en el Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB). Además, ha acusado directamente a Mariano Rajoy de ser el responsable de su “dimisión” de la presidencia de Bankia, en mayo de 2012.

La declaración de Rato continuará el próximo lunes, pues la fiscal aún no ha terminado con su interrogatorio y debe dar respuesta también a las cuestiones que plantee el FROB, así como a su propio abogado, tras rechazar hacerlo con las acusaciones.

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