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A380 LufthansaLUFTHANSA

El grupo alemán Lufthansa ha lanzado esta semana un profit warning sobre sus resultados del primer trimestre. Las pérdidas entre enero y marzo serán mayores de lo previsto, situándose en los 336 millones a nivel operativo en el trimestre tradicionalmente más débil para el sector. El año pasado ganó 52 millones entre enero y marzo.

La cifra es casi el doble de lo que preveían los analistas y la culpa la tiene el petróleo caro, la sobrecapacidad de plazas en los cielos europeos y, aunque con menos intensidad, los coletazos del Brexit. El rally alcista del petróleo -el Brent alcanzó este miércoles un máximo anual a 72 dólares el barril- sumará 202 millones a sus costes, indicó el grupo alemán.

Además del combustible, la sobrecapacidad en los cielos europeos está forzando una guerra de precios en busca de la rentabilidad de cada ruta y las aerolíneas del grupo Lufthansa (Lufthansa, Swiss Air, Austrian Airlines y Eurowings) no son las únicas que sufren esta presión.

PRESIÓN DE LAS TARIFAS

La británica easyJet avanzó a principios de mes que el cierre de su primer semestre fiscal será también complicado: las pérdidas serán mayores de lo previsto, 275 millones de libras antes de impuestos -por encima de los 212 millones del primer semestre del año anterior- y, casi peor, la temporada de verano será más floja de lo esperado a causa de la zozobra de sus clientes ante el Brexit, sus posibles consecuencias, y la incertidumbre macroeconómica, aseguraba la compañía en un comunicado.

Las aerolíneas europeas están cerrando un ejercicio complicado, marcado por las huelgas tanto de controladores aéreos como de sus tripulaciones. A las alertas lanzadas por Lufthansa y easyJet siguen los pasos de Ryanair. La irlandesa ha recortado dos veces desde octubre su previsión de resultados, la última vez en enero.

La low cost cerró ejercicio el pasado 31 de marzo y su previsión de beneficio se sitúa entre los 1.000 y los 1.000 millones, un 25% por debajo del máximo de 1.350 millones estimado inicialmente. El problema está en los ingresos de la temporada de invierno, que caerán alrededor de un 7% debido a la oleada de ofertas que activó para contrarrestar el efecto de las huelgas de tripulantes del año pasado.

La aerolínea, que presentará sus cuentas anuales en mayo, también carga contra el efecto que la saturación de oferta está teniendo sobre las tarifas aéreas y prevé bajos precios durante una temporada más. La situación, consideran los analistas, seguirá presionando los ingresos de todos los grupos y pondrá contra las cuerdas a las aerolíneas que no puedan capear el alza del precio del combustible. La consolidación del sector aéreo europeo se coloca como efecto y solución de sus dolores de cabeza.

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