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Naturgy ha pedido el cierre en 2020 de la central térmica de Meirama, en A Coruña, según han confirmado fuentes de la empresa a Europa Press. La medida afectará a unos 180 puestos de trabajo, 70 de plantilla y unos 100 restantes de auxiliares.
La compañía comprometió hace más de tres años, en 2015, una inversión de casi 100 millones de euros para adaptar la factoría, pero esa cuantía nunca se llegó a ejecutar, por lo que tampoco se desarrollaron las actuaciones de renovación tecnológica.
La energética que preside Francisco Reynés solicitó el cierre de la térmica de La Robla, en León, a finales de año. Semanas antes había echado el cierre a su central térmica de Anllares. La decisión de la compañía se enmarca en el proceso de transición energética y el nuevo contexto regulatorio: las normas sobre emisiones marcadas desde la Unión Europea que entran en vigor el año que viene exigen un elevado nivel de inversión para la reconversión de las plantas para que puedan seguir operando más allá de 2020. En la situación actual del mercado, con el coste de los derechos de emisión de CO2 disparado y mayores impuestos medioambientales, la viabilidad económica de las centrales térmicas queda en entredicho.
No es la única energética que ha optado por cerrar parte de sus instalaciones térmicas. Endesa ha solicitado el cierre de otra planta leonesa, la de Compostilla, y de la central de Andorra, en Teruel.
