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Julio Rodríguez y Joan Molins (Cementos Molins)EUROPA PRESS

90 años de historia en la industria del cemento son los que suman los Molins al frente de la empresa que lleva su nombre y que cotiza desde los años 40 en el mercado de corros de la Bolsa de Barcelona. Un linaje que ha dado figuras como el político de CiU Joaquim Molins o el benjamín de los 11 hermanos que se reparten el control de Cementos Molins, Pau Molins, conocido por ser el abogado de la Infanta Elena y del expresidente del Barça, Sandro Rosell.

De actualidad esta semana a raíz del ‘caso Abidal’, por el que presuntamente Rosell habría cometido una ilegalidad en el transplante de hígado del secretario técnico del Fútbol Club Barcelona, el menor de los Molins ha salido en defensa del también empresario acusando a la Policía de “filtraciones interesadas a la prensa de Madrid”. Su firma, Molins & Silva, que mantiene un convenio con Roca i Junyent, también formó pare del equipo de letrados que ha defendido a la Infanta Cristina en el caso Nóos. Asimismo, asesoró a Fèlix Millet en el caso Palau.

Poco tiempo ha tenido Pau Molins para dedicarse al oficio familiar, entre su fructífera carrera profesional y su otra faceta al frente del grupo ‘PorFinViernes’, cuyos conciertos son habituales en Barcelona -llegó a tocar con con Sabino Méndez, el combo de Loquillo en su época de los Trogloditas-. Junto a Joaquim Molins -recientemente fallecido-, destacado miembro de la extinta CiU y conseller en la época de Jordi Pujol, son los herederos del abuelo Don Juan Molins Parera, fundador de la compañía en 1928, que menos tiempo han pasado en el consejo de administración del grupo catalán.

LOS MOLINS AMAT, AL FRENTE DE LA CEMENTERA

Tres ramas familiares se reparten el control y 19 miembros ocupan diferentes puestos en el Grupo Cementos Molins. Además de una extensa producción nacional, entre los 80 y los 90 la compañía culminó un proceso de expansión internacional en Argentina, Mexico, Bolivia, Uruguay, Bangladesh o Túnez, a través de la compra de acciones de cementeras locales de las que es accionista mayoritario o tiene una importante participación.

Hace justamente un año, la batuta pasó a manos de Joan Molins Amat a causa del fallecimiento de Casimiro Molins Ribot, a los 97 años y tras décadas presidiendo el grupo. Desde entonces, otra rama de la familia, los Molins Amat -a la que pertenecen Pau Molins y también Joaquim Molins-, ha pilotado la cementera y bajo su mando se han afrontado varias decisiones clave.

La más reciente, la incorporación como consejero delegado independiente del actual presidente de la Fundación Natrugy (antigua Gas Natural Fenosa), Rafael Villaseca Marco, que abandonó la dirección de la gasista a principios de febrero de este 2018, cuando Francisco Reynés, hasta entonces vicepresidente y consejero delegado de Abertis, fue nombrado presidente ejecutivo de Naturgy.

Pero desde luego, no ha sido la más amarga. La empresa, muy vinculada a la población de Sant Vicent del Horts, de la que es alcalde el exvicepresident de la Generalitat, Oriol Juqueras, y con estrechas relaciones con el nacionalismo catalán se unió en octubre del año pasado al éxodo empresarial que asoló Cataluña. Ahuyentada por “la situación política y social que se vive en Cataluña y a la inseguridad jurídica que ello provoca”, según explicaron en un comunicado a la CNMV, se mudaron a Madrid.

LA ASIGNATURA PENDIENTE: EL SALTO AL CONTINUO

La Junta de Accionistas de 2018 también ha aprobado una abultada ampliación de capital, del 50%. Es decir, de casi 10 millones de euros. El objetivo: culminar el proyecto que lleva cinco años de retraso de dar el salto al Mercado Continuo. Con este fin, la Junta de Accionistas de finales de junio ha prorrogado la anterior disposición de 2013 por la que facultaba al Consejo de Administración a ejecutar la salida a las Bolsas de Valores de Madrid, Bilbao y Valencia, así como su inclusión en el Sistema de Interconexión Bursátil Español (SIBE).

Fuentes cercanas a la compañía esperan que con esta ampliación se logre el ‘free float’ requerido por el Continuo. En la actualidad, además de la familia, en el capital figuran importantes fondos ‘value’ como azValor y Munda Valor, además de otros accionistas como EDM Gestión, Gesiuris, GVC Gaesco, Mirabaud, March Gestión y Santander Private Banking.

Este reto se acomete con un beneficio neto de 89,1 millones de euros en el 2017, lo que representó un crecimiento del 39,5% respecto del año anterior. En el primer trimestre de este año ganó 20,4 millones netos, un 0,1% menos que un año antes. El peor comportamiento en España fue compensado con las sociedades internacionales del grupo, que aportaron un beneficio neto de 23 millones (+4,5%). La cifra de negocio cayó un 5,5% y se situó en 150,7 millones. Pero antes de dar el salto bursátil, hay tiempo de remontar estos resultados: el límite fijado es junio de 2023.

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