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Meliá abre un nuevo resort de lujo en CubaMELIÁ HOTELS - Archivo

Meliá resiste en bolsa la incertidumbre de las demandas por los hoteles que opera en suelo expropiado en Cuba. La hotelera mallorquina no se ha movido ni un centímetro de su mensaje de calma y, hasta el momento, el mercado y los analistas están convencidos. Los títulos de Meliá han avanzado casi un 9%, hasta los 8,56 euros, en lo que va de mes.

Sus títulos no han recuperado todavía el terreno perdido por la espantada de los grandes fondos pero los expertos ven un impulso claro al alza. A principios de mayo, la acción de Meliá empezó una cuesta abajo que le llevó a perder casi un euro, sin rebasar la frontera de los 8 euros por título.

La culpa la tiene el Brexit y el impacto de la incertidumbre que genera (18 millones de británicos visitan España cada año y las islas españolas se llevan una buena parte de ese flujo), así como las dudas de los grandes fondos extranjeros sobre la salud del turismo en la región.

Desde que se activó el capítulo III de la ley Helms-Burton, norma que regula el embargo sobre Cuba, los hoteleros españoles con negocio en la isla han estado bajo el foco mediático. Meliá había recibido varias peticiones de compensación por hoteles que opera en suelos expropiados por el castrismo pero no ha sido hasta esta semana que los avisos se han transformado en demandas.

PRIMERA DEMANDA EN ESPAÑA

El juzgado de primera instancia de Palma de Mallorca tramita desde este jueves una demanda civil contra la hotelera interpuesta por los antiguos propietarios de unos terrenos expropiados y donde se ubican dos complejos hoteleros, Paradisus Río de Oro y Sol Río de Luna y Mares, ambos bajo gestión de Meliá. El demandante reclama los frutos y rentas de la explotación de esa propiedad, recoge EFE. La pretensión de la familia Sánchez Hill se remonta a 2004 -antes de la reactivación de la norma estadounidense- pero no ha logrado nada por parte de la hotelera.

Aun así, la ley Helms-Burton en Estados Unidos está generando titulares en los medios pero el ruido no se ha trasladado por el momento a los títulos. La posición de la empresa es clave en esta percepción. Su vicepresidente y consejero delegado, Gabriel Escarrer, ha sido claro: la apuesta por Cuba es incondicional y las posibles consecuencias de la ley estadounidense se han magnificado, como declaró a El Economista.

Los hoteles cubanos en disputa no son propiedad de Meliá sino de grupos estatales cubanos como Gaviota que ceden su gestión a operadores extranjeros como Meliá. No es la única hotelera que sigue este modelo en la isla caribeña: Iberostar gestiona otros seis hoteles de Gaviota.

Aunque el riesgo de estas reclamaciones es bajo, las hoteleras españolas se enfrentan a un escenario desconocido ya que es la primera vez que se activa una medida así. Desde el Gobierno y la Unión Europea ya han lanzado un capote: se han posicionado de parte de los empresarios españoles indicando que estas medidas impuestas unilateralmente por EEUU no pueden aplicarse de forma extraterritorial y se plantean medidas para no reconocer las sentencias que se dicten en los tribunales estadounidenses.

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