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Sede de BankiaBANKIA - Archivo

Pedro González, quien fuera el director del departamento de inspección encargado de Bankia en el momento de su salida a bolsa ha tachado de “conjetura” la opinión de José Antonio Casaus, inspector de cabecera de la entidad en ese momento, de que Caja Madrid cerró el ejercicio 2010 con un déficit de provisiones de unos 6.200 millones de euros. En opinión del jefe, lo de Casaus eran “opiniones”, dado que “en ningún informe está establecido ese importe”.

“Es una opinión como la puedo tener yo. Todas las opiniones son válidas. Será una conjetura, pero no una prueba”, ha apuntado González sobre las afirmaciones vertidas por Casaus durante su declaración como testigo en la causa penal que investiga la salida a bolsa de Bankia, cuando apuntó que la entidad necesitaba al cierre de 2010 saneamientos por 16.000 millones, mientras que solamente dotó unos 9.800 millones. En todo caso, González ha reconocido que tanto él como otros superiores de Casaus estaban informados de las estimaciones del inspector, dado que la relación que había entre ellos era “fluida”.

El exdirector del departamento ha explicado que Casaus estaba de acuerdo con la formación del SIP. Para demostrarlo ha citado un mail que el propio inspector envió a González en el que describía una reunión que había mantenido con el gobernador del Banco de España, entonces Miguel Ángel Fernández Ordóñez.

En él Casaus sintetizaba la opinión de los inspectores sobre la integración: “El SIP resulta necesario para la viabilidad de las siete cajas participantes”.

La defensa de Rato ha solicitado que este email se incorpore a la causa, algo a lo que ha accedido el tribunal con la oposición de la fiscal. Carmen Launa ha explicado que debía oponerse por el principio de igualdad de parte: no tiene ningún problema en que se incorpore esta prueba, pero no puede estar a favor después de que el tribunal rechazara incorporar correos electrónicos de Casaus de 2012 en una situación idéntica.

En realidad, Casaus no se mostró en contra de esta integración durante su declaración como testigo, sino que solamente apuntó que los inspectores no estaban de acuerdo con la estructura de doble banco BFA-Bankia, que llevó al banco a estar en “caída libre” ya en abril de 2011. También explicó este extremo el exinspector Pedro Bravo.

A pesar de que Casaus dijo que en el primer semestre de 2011 ya se sabía en el Banco de España que BFA era inviable, González, que era director del departamento de Inspección IV, que se encargaba de la supervisión de determinadas entidades, entre ellas Bankia, en ese momento, ha apuntado que esta situación no se dio hasta finales de ese año. “Hasta el último trimestre de 2011 no tuvimos conciencia de que BFA no era viable”, ha apuntado González.

EL BANCO DE ESPAÑA NO FORZÓ EL SIP

González ha reconocido que el Banco de España intervino en el proceso de constitución del Sistema Institucional de Protección (SIP) que dio lugar a Bankia, pero no llegó a forzar ninguna decisión, sino que fueron las cajas las que concluyeron que era su mejor alternativa gracias al real decreto 9/2009, que propiciaba este tipo de integraciones “siempre que vayan destinadas a la mejora de su perfil de riesgo”.

“Les decíamos [a las cajas de ahorro]: os vais a casar y no hay posibilidad de divorcio, así que tenéis que conoceros bien antes. Este conocimiento que vais a tener de vuestra realidad va a determinar el interés de cada uno, la gobernanza (…) Claro que intervenimos”, ha apuntado. En todo caso, ha señalado: “No veo ningún aspecto del Banco de España que haya forzado la integración. Fue una decisión de ellos [los gestores de las cajas]”.

El exdirector del departamento de inspección encargado de la supervisión de Bankia ha explicado que desde el Banco de España vislumbraban ya en 2009 que “las entidades centradas en el inmobiliario podían tener serios riesgos a futuro”. “Nosotros planteamos que podría haber dificultades”, ha apuntado, añadiendo que desde el supervisor se aventuraba una situación económica muy diferente a la que finalmente tuvo lugar.

“Aunque Caja Madrid la teníamos mejor valorada, el resto estaba en un esquema de semáforos en amarillo y alguna pequeña ya en rojo, es decir, que podían tener serias dificultades a futuro”, ha señalado, para explicar después que a estas entidades el Banco de España les transmitió que debían buscar una solución.

NIEGA PRESIONES A LOS INSPECTORES

González ha rechazado que se produjeran presiones desde la cúpula o los jefes a los inspectores. "Jamás he perturbado el criterio de un inspector ni a mí me lo han hecho", ha dicho. Este aspecto es especialmente relevante teniendo en cuenta que Casaus reconoció durante su declaración que sus superiores le obligaron a poner en uno de los informes de seguimiento, el de marzo de 2011, un párrafo en el que indicaba que Bankia tenía provisiones suficientes para los siguientes dos años. Esta afirmación ha sido utilizada por la mayoría de los encausados para justificar que el Banco de España estaba de acuerdo con la buena marcha de la entidad.

En un primer momento, el inspector achacó esta circunstancia a que no tuvo coraje para negarse a incluir el párrafo, si bien más tarde dijo que igual pudo deberse a "dejadez" por su parte. En todo caso, González ha explicado que, cuando leyó el borrador del informe, detectó que faltaba una conclusión sobre este aspecto, razón por la cual pidió a Pedro Comín, quien estaba jerárquicamente entre González y Casaus, que se pusiera una conclusión.

Poco depués, Comín le informó de que se había incluido ese párrafo. "Pedro [Comín] nunca ha dicho que se le haya forzado a meter ese párrafo (...) No hubo debate sobre eso", ha explicado el jefe de los inspectores. Casaus, sin embargo, dio otra versión. El exinspector explicó en sede judicial que Comín pidió a los inspectores que incluyeran su opinión, pero "sin comprometer las cuentas" de Bankia.

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