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El Gobierno de Italia ha intentando matizar el impuesto que anunció este martes sobre los beneficios extraordinarios de los bancos, después de que el sector se desplomara en bolsa tras la medida.

En un comunicado hecho público por el Ministerio de Economía y Finanzas a última hora del martes, el Ejecutivo italiano precisó que la medida está justificada por "las normas ya existentes en Europa en materia de márgenes bancarios extraordinarios".

No obstante, en un intento de tranquilizar a los inversores, que vendieron con fuerza acciones de la banca italiana porque el impuesto no era esperado, el organismo añadió que "la medida, con el fin de salvaguardar la estabilidad de las entidades bancarias, prevé también un tope máximo para la aportación que no puede superar el 0,1% del activo total".

En este sentido, el Ministerio precisó que "la base imponible del impuesto" se determinará en función de unos parámetros fijados por el Banco de Italia, relacionados con la subida del "margen de intereses" de cada banco en los ejercicios 2022 y 2023.

Así, el impuesto se aplicará sobre el 40% de los beneficios extraordinarios de la mayor de dos medidas: la diferencia entre los ingresos netos por intereses en 2022 y 2021, en exceso de una ganancia del 5%, o la diferencia en los ingresos netos por intereses entre 2023 y 2021, por encima de una ganancia del 10%.

Además, el organismo indicó que los bancos que siguieron las recomendaciones del Banco de Italia del pasado 15 de febrero sobre la remuneración a los depósitos "no tendrán impactos significativos". Aunque, debido al desplome de todas las entidades cotizadas, ninguna de ellas había seguido esa recomendación.

JUSTIFICACIÓN DE LA MEDIDA

El lunes, tras realizar el anuncio a última hora, el vicepresidente del Gobierno, Matteo Salvini, justificó la medida al señalar que "no hay más que ver las últimas cifras de los bancos del primer semestre de 2023, incluso teniendo en cuenta la subida de tipos del Banco Central Europeo, para darse cuenta de que no estamos hablando de unos cuantos millones, sino de unos cuantos miles de millones", en referencia a las ganancias del sector bancario.

El dirigente razonó así que los bancos paguen en impuestos el beneficio que han conseguido por las subidas de los tipos, y que no están trasladando a los consumidores mediante la remuneración de los depósitos. Una dinámica muy similar a la registrada en España.

"Sin embargo, no ha habido un aumento igualmente rápido y significativo para los consumidores que tienen depósitos en cuentas corrientes. Por lo tanto, si el coste del dinero se ha duplicado para los prestatarios, las familias y las empresas, no ha aumentado de manera proporcional lo que se le da al titular de la cuenta corriente", argumentó Salvini.

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