ep gabriel escarrer consejero delegado melia

El conflicto independentista sigue lastrando los resultados de las hoteleras en Cataluña. Aunque la situación ha mejorado, 2018 fue "nefasto" para Meliá, ha asegurado su vicepresidente y consejero delegado, Gabriel Escarrer. El golpe se notó, sobre todo, en la categoría cinco estrellas en todo Barcelona, donde los ingresos por habitación disponible (RevPar) se desplomaron un 20% para todo el sector. A Meliá le ha costado 3 millones en los ingresos de sus hoteles en toda Cataluña, confirma la hotelera a este medio.

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"Después de toda la inestabilidad política, creo que hemos vuelto a una relativa normalidad. Hay una clara mejora en las reservas en Barcelona, pero estamos lejos de llegar a los niveles previos al 1-O", ha asegurado el ejecutivo en referencia al referendum ilegal celebrado el 1 de octubre de 2017. Meliá tiene actualmente once hoteles en Cataluña, seis de ellos en Barcelona.

Las cuentas de la hotelera hasta septiembre ya anticipaban la situación. Los ingresos de los principales hoteles en la Ciudad Condal se desplomaron un 24%. Es más, la compañía esperaba una mejora del RevPar durante el último trimestre del año y ya avanzaba que a Barcelona no alcanzaría. La incertidumbre política ha pasado factura tanto al segmento alto como al de reuniones y convenciones (MICE, por su sigla en inglés). El conflicto político ya impactó el cierre de 2017, con una pérdida de 3 millones de euros en el último trimestre, y el golpe para todo en 2018 habría sido similar.

Para Escarrer, el efecto del conflicto político en el turismo ha echado por tierra el trabajo de promoción que se ha hecho tanto desde Barcelona como desde la comunidad.

BARCELONA, LUGAR COMPLICADO

A pesar de que el turismo en Barcelona ha avanzado un 8% en 2018, el sector hotelero sigue mostrando su preocupación por el impacto del conflicto político en su operación.

Desde Barceló Hotel Group advierten también de que la situación se mantiene complicada en Barcelona. Los resultados de la hotelera de Simón Pedro Barceló también fueron peores en el último año, pero achacan la caída no sólo a la inestabilidad política, sino por la percepción que tienen los turistas sobre la inseguridad en la ciudad.

"Barcelona puede pasar de ser un lugar magnífico para los turistas y empresarios a ser un lugar complicado", ha afirmado Raúl González, consejero delegado de Barceló Hotel Group para la zona EMEA. Según el ejecutivo, el pasado ejercicio fue "claramente peor" que 2017. Si bien durante la primera mitad del año todavía se conservaba cierta "inercia" positiva, en el global del año han apreciado "una caída importante de la rentabilidad". Los niveles de ocupación siguen siendo buenos, pero los precios han caído un 8%, "lo que ha provocado la notable caída de la rentabilidad", explica González.

El mismo escenario describe Room Mate, la hotelera de Kike Sarasola. La cadena cerró 2018 con una facturación de 83 millones de euros, un 3,8% más que en 2017, indicó su presidente durante un acto en Fitur. En Cataluña la ocupación se mantuvo en buen nivel durante todo 2018, pero desde abril a noviembre, la caída libre del precio medio en hasta un 20%, ha lastrado su rentabilidad. "Cuando hay incertidumbre política, hay incertidumbre turística", subraya Sarasola.

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