• Su llegada al corazón de la ciudad puede suponer un auténtico mazazo para el comercio más tradicional
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El atractivo del centro de Madrid es innegable, tanto que incluso ha logrado conquistar a grandes empresas como Ikea, Leroy Merlin o Media Markt. Todas ellas han decidido emprender un 'viaje' desde los polígonos de la periferia hasta el corazón de la ciudad para apostar por una nueva forma de hacer negocios y de vender sus productos, mucho más cercana al cliente.

Su llegada al centro es una nueva aventura, hacia un modelo de negocio urbano que contrasta completamente con el modelo de negocio que desarrollan en la periferia

Dentro de poco ya no hará falta coger el coche y desplazarse hasta grandes centros comerciales de la periferia de Madrid para comprar un mueble de Ikea, una televisión en Media Markt o material de bricolaje en Leroy Merlin. La política de mayor proximidad con el cliente ha llevado a estas empresas y a otras, como Decathlon, a recalar en el centro de Madrid, donde tienen la oportunidad de experimentar con nuevos servicios y de potenciar la experiencia de compra.

Su llegada al centro es una nueva aventura, hacia un modelo de negocio urbano que contrasta completamente con el modelo de negocio que desarrollan en la periferia, donde cuentan con grandes naves y un stock importante de productos. A las tiendas de la periferia los clientes suelen ir en fin de semana y con las compras bien estudiadas, mientras que en el centro los productos a la venta están cuidadosamente seleccionados y la experiencia de compra es totalmente distinta, mucho más inmediata y compulsiva, y estas compañías quieren beneficiarse de ello.

Aunque también quieren aportar un valor diferenciado, por lo que estas compañías van a usar estas tiendas en el centro como 'laboratorio' para experimentar con nuevos servicios. Por ejemplo, Ikea tiene previsto abrir este verano en la calle Serrano, una de las arterias comerciales de la capital, una tienda temporal. Estará abierta durante seis meses y, si funciona bien, podría convertirse en permanente. Los clientes podrán customizar productos e incluso acudir a talleres o cursos. Además, este Ikea urbano contará con un servicio de interioristas y ofrecerá el bordado gratuito de sábanas, entre otras cosas.

Por su parte, Media Markt acaba de abrir una tienda en la Plaza del Carmen, en las proximidades de la comercial calle Preciados y a unos 100 metros de la Puerta del Sol. En ella va a potenciar más la experiencia de compra de sus clientes con un espacio de realidad virtual o un área para 'gamers'. Y Leroy Merlin podría desembarcar dentro de poco en la calle Raimundo Fernández Villaverde, muy cerca de El Corte Inglés de Nuevos Ministerios y del Zara más grande del mundo que acaba de abrir sus puertas en pleno Paseo de la Castellana.

MÁS COMPETENCIA PARA LAS PYMES Y EL CORTE INGLÉS

“Estas tiendas tienen más un concepto de 'showroom' y se usan para dar a conocer algunos productos al público”, dice José Manuel Vega, escritor y estratega de la agencia de creatividad digital 'Equipo E', que explica que si son un éxito se convertirán en tiendas permanentes y si no, habrán servido como experiencia para acercarse más a los clientes, ya que “ir al centro es mucho más sencillo que desplazarse a la periferia”. Además, apunta que estos locales no están pensados para ser un gran éxito de ventas o para ser rentables en sí mismos, sino para “hacer marca”.

No obstante, su llegada al corazón de la ciudad puede suponer un auténtico mazazo para el comercio más tradicional, para las pequeñas y medianas empresas que luchan día a día contra las grandes cadenas y los centros comerciales. Luis Pacheco, presidente de la Confederación del Comercio Especializado de Madrid (COCEM), así lo cree. Tal y como indica, el “descontento” entre las pymes es muy alto porque la llegada de estas empresas al centro a va “influir de manera notable en los comercios circundantes”.

“Permitirles acceder al centro puede ser demoledor para la ciudad”, dice Pacheco, no sólo por cómo van a perjudicar al tejido empresarial tradicional, sino también porque van a “aumentar el volumen de tráfico, y por tanto la contaminación, distorsionando la vida de los madrileños”. “No nos parece una buena idea, Madrid ya está perfectamente dotada”, insiste el presidente de COCEM, que pide a las administraciones que no acometan políticas “erróneas” y “cuiden” al sector de las pymes que tanto ha sacrificado durante la crisis para mantenerse.

Las nuevas aperturas en el centro de Ikea, Media Markt o Leroy Merlin “hará daño”, tanto que Pacheco no descarta que sean muchos los comercios, entre 50 o 60, que tengan que echar el cierre por este motivo. “La llegada de estas firmas produce una desertización en varios kilómetros a la redonda. Los comercios con los que compiten acaban cerrando ante la imposibilidad de mantener el negocio”, insiste el máximo responsable de COCEM, que recuerda que en la Comunidad de Madrid el 98% de los comercios censados son pymes. “Es el momento de hacer un guiño al comercio de proximidad, de barrio”, dice.

Desde COCEM recuerdan que en la Comunidad de Madrid el 98% de los comercios censados son pymes y se muestran contrarios al desembarco de estos grupos

Aunque este es sólo un punto de vista. El otro lo ofrece José Manuel Vega, que señala que las pymes no van a encontrarse con ningún problema nuevo, “ya lo tenían antes, dado que las grandes superficies se han llevado a muchas tiendas de barrio por delante”. En su opinión, estos comercios tienen que “hacer valer” el servicio que prestan y la cercanía con la que atienden a sus clientes si quieren sobrevivir no sólo a la llegada de Ikea y compañía, sino a los nuevos hábitos de consumo.

Una línea similar a la que defiende Pascual Fernández Martínez, decano del Colegio de Economistas de Madrid (CEMAD). Según afirma, no se sabe si la llegada de los grandes grupos al corazón de la ciudad, que considera una “buena noticia”, afectará o no al pequeño y mediano comercio, y dice que al final “dependerá de las características de cada uno”. En su opinión, si el comercio tradicional es competitivo y se preocupa por innovar, no tiene por qué verse afectado por estas nuevas aperturas. Su futuro estará asegurado, remarca este experto, siempre y cuando presten un servicio que sus clientes piensen que “vale la pena”.

Y como muestra, un botón. Según Fernández Martínez, son muchas las empresas que conviven con otro gigante como El Corte Inglés al lado y que son capaces de mantenerse sin problemas. “Estos debates sobre la protección de algunos sectores económicos son absurdos” porque hay tendencias que son “imparables”, como el avance del comercio electrónico, dice. Según el decano de CEMAD, lo principal es que las pymes sepan adaptarse al nuevo entorno, sean imaginativas y busquen la forma más adecuada de competir. “No se puede intentar resolver los problemas limitando el libre comercio”, remarca.

Según el Directorio Central de Empresas (DIRCE) publicado por el Instituto Nacional de Estadística (INE) con los últimos datos disponibles, a 1 de enero de 2016, en la Comunidad de Madrid del total de empresas activas, 96.556 corresponden al sector Comercio, es decir, un 18,6%. De ellas, según explica COCEM, 53.423 son empresas de comercio minorista.

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