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La representatividad de los bancos en los índices bursátiles ya no es lo que era. El peso que tienen las entidades financieras en el EuroStoxx 600 se ha reducido a más de la mitad en los últimos doce años, en lo que ha tenido mucho que ver la caída de la rentabilidad por las incertidumbres de la economía, los bajos tipos y, sobre todo, por cuestiones concretas del sector que les han penalizado en todos los parqués, como la entrada de nuevos competidores, las reestructuraciones y la regulación bancaria.

Antes de que la crisis financiera dinamitara los mercados y cambiara las reglas del juego, en 2007, las entidades financieras representaban, más o menos, un 22% del EuroStoxx 600, el índice que agrupa a las 600 compañías con mayor capitalización bursátil de Europa. Entre ellas se encuentran los principales bancos españoles, así como otros europeos, como ABN Amro, BNP Paribas, Commerzbank, Crédit Agricole, Danske Bank, Deutsche Bank, ING, Intesa Sanpaolo, Société Génerale o UniCredit.

Tan solo doce años después, el peso no solamente ha caído, sino que se ha reducido a más de la mitad, al 9,5%. Algo similar ocurre en el Ibex 35, aunque la diferencia es mucho menor. En 2007, los bancos presentes el selectivo español eran seis (Santander, BBVA, Popular, Sabadell, Bankinter y Banesto) y su peso era de, aproximadamente, el 34%. En la actualidad, cuando el número de bancos del índice es el mismo aunque cambien los nombres (Santander, BBVA, CaixaBank, Bankia, Sabadell y Bankinter), su relevancia ha caído al 20%.

El ROE (rentabilidad sobre recursos propios), la unidad que se utiliza para medir la rentabilidad de los bancos, en los europeos era del 15,5% en 2007 y más de diez años después aún no ha conseguido igualar esos niveles, con una rentabilidad media en ese periodo del 2,2%. Mientras, en el mismo periodo, el ROE medio del EuroStoxx 50 sin tener en cuenta el sector financiero fue del 10,1%, pasando del 8,8% en 2007 al 16,3% en 2017.

En el caso de los bancos españoles, la rentabilidad media de los seis del Ibex 35 en el primer semestre de este ejercicio se situó en torno al 8%, aún lejos del coste de capital aunque en niveles similares a un año antes pese a la perenne situación de bajos tipos de interés que reina en la eurozona, con un posible recorte en el horizonte.

¿Por qué se ha producido esto? La respuesta, para el analista Jorge Losa, de Cartesio Inversiones, está clara. “La pérdida de relevancia del sector bancario en los índices europeos ha venido motivada por una simple razón: la incapacidad de generar rentabilidades para el accionista superiores a su coste de capital”, resume.

En estos años se han visto afectados los dos componentes necesarios para obtener el ROE de una empresa: el beneficio y los fondos propios. Mientras que las ganancias (el numerados) se han visto impactadas por una caída de los tipos de interés, el incremento de los requerimientos regulatorios, los costes de diferentes reestructuraciones, la emisión de instrumentos de capital y la irrupción de las fintech, que se ha llevado parte del negocio, los fondos propios (el denominador) se ha incrementado, dado que han aumentado los requerimientos para mejorar la solvencia de los bancos, que han tenido que ampliar su base de capital y reducido su apalancamiento.

“En definitiva, los bancos se encuentran ante la tormenta perfecta que ha mellado mucho su rentabilidad y eso ha tenido una respuesta inexorable en los precios, que han corregido en consonancia”, concluye el analista de Cartesio Inversiones.

EXPECTATIVAS FRUSTRADAS

La responsable de Gestión Activa de Ibercaja, Beatriz Catalán, por su parte, añade otro elemento al combo que ha hecho a los bancos perder peso en los índices europeos: las expectativas de inflaciones muy bajas a futuro que retrasan cada vez más las potenciales subidas de los tipos de interés.

En su opinión, la incertidumbre política derivada de los populismos, especialmente la llegada de Italia, donde la estabilidad política quiere escapar de nuevo, así como la económica, con la amenaza de una recesión que el Banco Central Europeo rechaza, entre otros elementos, también lastran las capitalizaciones de los bancos en bolsa.

Esta situación, sin embargo, trae una consecuencia positiva para los bancos. Según Catalán, implica que “las valoraciones del sector en términos bursátiles cada vez son más atractivas”, tanto en términos de PER relativo frente al mercado como de valor en libros. Así, la rentabilidad por dividendo de los bancos, al menos en España, se ha disparado.

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