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Entrada d'una oficina de CaixaBank. EUROPA PRESS - Archivo
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CaixaBank registró un beneficio de 1.985 millones de euros en el ejercicio 2018. Este importe supone un incremento del 17,8% respecto a las ganancias de 2017. El beneficio se ha visto impulsado por el crecimiento de los ingresos bancarios, así como los correspondientes a las participadas, una mayor aportación de BPI y a una reducción de las pérdidas por deterioro de activos. Teniendo en cuenta solo España, el resultado de CaixaBank alcanzó los 1.605 millones de euros, un 6,4% más.

El margen bruto de la entidad se elevó un 6,6% gracias al crecimiento del 4,2% de los ingresos core, que se situaron en 8.217 millones de euros, pero también a una caída del 66,8% en las pérdidas por deterioro de activos financieros y otras provisiones, hasta los 567 millones.

En este epígrafe se recogen las pérdidas por deterioro de activos financieros, que cayeron hasta los 97 millones, un 87,9% menos respecto al ejercicio 2017, así como las otras dotaciones a provisiones, que disminuyeron un 48,4%, hasta los 470 millones. La operación de recompra del 51% de Servihabitat dio lugar a un resultado negativo de 204 millones en la cuenta de resultados de 2018.

Los recursos crecieron hasta los 358.482 millones de euros (+2,6%), mientras que el crédito a la clientela se situó en 224.693 millones de euros (+0,3%). El margen de intereses, por su parte, creció un 3,4%, hasta los 4.907 millones de euros, gracias a la mejora de la rentabilidad del crédito, la gestión de la financiación minorista y el ahorro en los costes de la financiación institucional.

Al mismo ritmo avanzaron las comisiones netas, que se situaron en 2.583 millones. Las del negocio bancario realmente cayeron un 2,2%, si bien las correspondientes a los fondos de inversión, carteras y sicavs se impulsaron un 12,6% por el incremento del patrimonio gestionado durante los primeros nueve meses del ejercicio. No obstante, la volatilidad de los mercados incidió negativamente en la evolución del patrimonio en el cuarto trimestre, en el que las comisiones por este concepto disminuyeron un 2,8%.

La entidad registró un cargo negativo de 48 millones de euros y 14 puntos básicos sobre la ratio de capital CET1 tras formalizar en el cuarto trimestre la venta de su negocio inmobiliario a una compañía de nueva creación de la que Lone Star tiene el 80% del capital, mientras que el 20% queda en manos de CaixaBank.

Los gastos de administración y amortización recurrentes crecieron un 3,7%, a menor ritmo que los ingresos core. Los gastos generales se incrementaron principalmente debido a la transformación del modelo de distribución con la incorporación de las oficinas Store e InTouch, un mayor gasto en tecnología y nuevos requerimientos normativos. El margen de explotación se situó en 4.109 millones, de forma que se incrementó un 12,7%.

CaixaBank elevó su rentabilidad sobre patrimonio tangible (ROTE, por sus siglas en inglés) hasta el 9,3%, aunque si se tiene en cuenta solamente el negocio bancario y asegurador, la cifra sube hasta 12,3%. La rentabilidad sobre recursos propios (ROE), sin embargo, se situó en el 7,7%.

BPI contribuyó con 262 millones de euros al beneficio de CaixaBank, frente a la aportación de 104 millones de 2017, si bien la entidad no alcanzó el 100% de BPI hasta el pasado año. Si se tiene en cuenta la aportación de las participadas de BPI, la contribución total del banco portugués asciende a 380 millones (176 millones un año antes).

PARTICIPADAS

El negocio de las participaciones contribuyó al grupo con 54 millones, impactado por el resultado negativo de 453 millones de la venta de la participación en Repsol. Los ingresos procedentes del total de la cartera de participadas se situaron en 972 millones, que suman los ingresos por dividendos, básicamente de Telefónica, y los resultados de las entidades valoradas por el método de la participación, como Erste Bank, SegurCaixa Adeslas, BFA y Repsol (sin el impacto de la venta de la participación).

Los resultados de las entidades valoradas por el método de la participación crecieron un 57% por la buena evolución de su negocio y por la mayor contribución relacionada con BFA, marcada por impactos extraordinarios. Por un lado, un impacto negativo en 2017 tras la venta por BPI del 2% de la participación en BFA (-97 millones) y la aplicación de los efectos inflacionarios de Angola a los estados financieros de BFA (-68 millones) y, por otro, el registro positivo en 2018 de 155 millones correspondientes a impactos extraordinarios en resultados derivados, entre otros, de la devaluación de la divisa angoleña.

POLÍTICA DE DIVIDENDOS

CaixaBank ha anunciado este viernes modificaciones en su política de retribución al accionista. Lo más destacable es que la entidad realizará, a partir del ejercicio 2019, un único pago anual en efectivo en torno al mes de abril.

CaixaBank ha explicado que destinará más del 50% de su resultado neto consolidado a la remuneración en efectivo al accionista, aunque ha precisado que esto será así "en tanto no concurran circunstancias económicas, financieras, de negocio, regulatorias o recomendaciones del supervisor prudencial o de cualquier otro tipo que justifiquen la modificación de esta política".

La entidad ha dicho que, al inicio de cada año, y al tiempo de hacer público el resultado del ejercicio anterior, "puede especificar un rango estableciendo un máximo de dividendo en efectivo esperado, por encima del mínimo del 50%".

En opinión de Nuria Álvarez, experta en bancos de Renta 4, las caídas que se están viendo en CaixaBank este viernes no se deben a estos cambios en su política de dividendos ya que el banco los había anticipado en la presentación de su Plan Estratégico.

"Se deben (las caídas) a que los resultados son bastante malos en términos comparables, con cargos extraordinarios que no se esperaban y con debilidad en el trimestre", explica esta analista. Destaca Álvarez que, en la línea de Seguros, los ingresos han sido menores, mientras que la línea de resultado por operaciones financieras ha contribuido de manera negativa.

Los expertos de Bankinter señalan que CaixaBank ha cumplido con los objetivos para 2018 pero apuntan que ha defraudado las expectativas en el cuarto trimestre. "Destaca la favorable evolución de los ingresos típicos y el descenso en el coste del riesgo", resaltan estos analistas.

"NO LO ENTIENDO"

Preguntado por las fuertes caídas en bolsa del valor durante la rueda de prensa de resultados, Gonzalo Gortázar, consejero delegado de CaixaBank ha reconocido no entender la reacción del mercado. "El mercado valora expectativas, pero ha sido un año muy bueno", ha señalado.

Por su parte, el presidente del banco, Jordi Gual, ha explicado que los acontecimientos a muy corto plazo en la bolsa se deben relativizar. "Nuestra ejecutoria ha sido brillante y estamos convencidos de que lo seguirá siendo", ha manifestado.

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