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Pedro Sánchez, en un mitinPSOE

Una vez pasadas las elecciones, toda la atención se centra en los posibles pactos de cara a la formación de Gobierno. Pedro Sánchez ya está calculadora en mano intentando configurar la mayoría necesaria para sacar adelante su investidura, que no tendrá lugar hasta que pasen las autonómicas, municipales y europeas del 26 de mayo. Aunque hay una cosa clara: una abstención de Ciudadanos no le valdría al PSOE si Unidas Podemos vota no.

Las confluencias que lidera Pablo Iglesias probablemente rechazarían la investidura si Sánchez llega a un acuerdo con Albert Rivera. Y es que las posiciones de estos dos partidos, como ya ha quedado demostrado, son completamente distintas. Si esto pasase, y contando con que el PSOE no tuviese más 'síes' que los de la bancada socialista, junto a las abstenciones de Coalición Canaria (CC), Ciudadanos, el Partido Regionalista de Cantabria (PRC) y Navarra Suma (Na+, pese a estar formada por UPN, PP y Cs), los números no le darían al presidente del Gobierno en funciones para seguir como inquilino de la Moncloa.

Y tampoco si el escenario fuese más 'amable', y a las abstenciones anteriores sumase la del PNV. Si Unidas Podemos y Compromís no votan a favor de la investidura de Pedro Sánchez en el anterior escenario de abstenciones, no habría investidura.

No obstante, la abstención de Cs es un escenario improbable, a tenor de la reacción de Rivera después de que la CEOE haya pedido a su partido y al PP que se abstengan para dejar gobernar al PSOE en solitario. Rivera, de hecho, ha cerrado la puerta a cualquier negociación para la investidura argumentando que su veto ha sido avalado por las urnas: "Han votado los españoles, no la CEOE ni un banco".

LOS ESCENARIOS QUE SÍ VALEN A SÁNCHEZ

Tras las elecciones, y teniendo en cuenta el reparto de escaños, hay diversos escenarios que le valen a Pedro Sánchez para lograr la investidura. Por ejemplo, en primera votación (mayoría absoluta, 176 escaños), podría lograrlo al sumar los votos de PSOE y Cs (180), al sumar Unidas Podemos, JxCAT y PNV (178) o al unir los votos del PSOE a los de Unidas Podemos y ERC (180).

En segunda votación, en la que solo se requiere mayoría simple (más síes que noes), hay muchas opciones posibles, aunque algunas son más probables que otras:

1. PSOE + Unidas Podemos + Compromís o PRC + CC + PNV + Bildu (abstención): 174 escaños

2. PSOE + Unidas Podemos + Compromís + PRC + CC + PNV + Navarra Suma (abstención): 175 escaños

3. PSOE + Unidas Podemos + PNV (abstención) + ERC (abstención): 165 escaños

4. PSOE + Unidas Podemos + PNV + Compromís + JxCAT (abstención): 172 escaños

5. PSOE + Unidas Podemos + Cs (abstención): 165 escaños

6. PSOE + Unidas Podemos + PP (abstención): 165 escaños

7. PSOE + PP (abstención) + Cs (abstención) : 123 escaños

8. PSOE + PNV (abstención) + Unidas Podemos (abstención) + Cs (abstención): 123 escaños

9. PSOE + ERC + JxCAT + PNV + Bildu + Unidas Podemos (abstención): 155 escaños

Aunque, antes de la investidura el primer paso es la configuración de las Mesas del Congreso y el Senado, que tendrá lugar el 21 de mayo. Ese día se pondrán encima de la mesa los primeros pactos, y puede ser un 'aperitivo' de lo que ocurrirá en la Cámara baja una vez se convoque el pleno de investidura, tras la pertinente ronda de consultas del Rey.

Hay que recordar que, según el reglamento del Congreso de los Diputados, será investido presidente del Gobierno el candidato que consiga la confianza del hemiciclo por alguna de estas dos vías: en la primera votación sumando mayoría absoluta (176 diputados), o en segunda votación, que se celebraría dos días después, por mayoría simple (es decir, logrando más votos a favor que en contra).

¿Y si no hay mayoría? Si el candidato propuesto por el Rey no logra la investidura, empezará a contar un plazo de dos meses desde la fecha de la primera votación fallida para convocar un nuevo pleno de investidura. Si en ese tiempo ningún candidato obtuviera la confianza del Congreso, el Rey disolvería las Cámaras y convocaría nuevas elecciones con el refrendo del presidente del Gobierno, tal y como establece la Constitución. Este escenario, que ya se vivió tras los comicios de 2015, parece ahora improbable, ante la configuración del Parlamento que ha dejado las elecciones.

Lo que está claro es que aunque decida gobernar en solitario, Sánchez necesitará el apoyo activo y pasivo -en forma de abstención- de más de un partido para salir victorioso, lo que hace pensar en que habrá largas y duras negociaciones.

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