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Luigi di Maio, Giuseppe Conte y Matteo SalviniGobierno de Italia

Italia vuelve a estar en el punto de mira. Este martes se han reunido ministros de Economía y Finanzas de la eurozona (Eurogrupo) para tomar una decisión sobre la propuesta de la Comisión Europea, que quiere abrir un procedimiento de déficit excesivo al país por su elevada deuda. El tema de la sanción sigue encima de la mesa, pero de momento parece haber quedado a un lado ya que se ha instado de nuevo al Gobierno italiano a que modifique sus presupuestos, aunque ha primado el tono conciliador

El Gobierno formado por el Movimiento 5 Estrellas y La Liga ha amagado estas últimas semanas con rebajar su objetivo de déficit para 2019, aunque todavía no ha tomado una decisión. Sin embargo, sí se ha podido apreciar un cambio en el discurso por parte de ambas partes, lo que deja en el aire la multa de 3.500 millones que hasta ahora parecía inevitable.

La de este martes es la 'ultima llamada' a Italia para que revise su proyecto presupuestario para el año que viene y lo ajuste a los requerimientos de Bruselas. Desde que la Comisión Europea anunciase su decisión de proponer la apertura del procedimiento de déficit excesivo (PDE), hace dos semanas, el Ejecutivo de Giuseppe Conte ha protagonizado varias idas y venidas sobre sus intenciones de retocar el presupuesto, aunque había insistido en que sería un ajuste de mínimos. El viceprimer ministro italiano y líder de La Liga, Matteo Salvini, ha señalado que los puntos "básicos" de las cuentas no cambiarán, aunque ha dicho que su intención no es la "colisión" con Bruselas. "No es en nuestro interés, no es en el interés de Europa", ha remarcado.

Unas palabras, las de Salvini, que se han producido después de que el Eurogrupo haya emitido su dictamen sobre las cuentas del país. Según ha dicho, comparte el análisis que ha hecho el Ejecutivo comunitario respecto al plan presupuestario de Italia, y recomienda a Roma que lo modifique para no incumplir las reglas fiscales. Asimismo, le insta a reducir la deuda, que es el punto que puede hacer saltar por los aires la situación. "Apoyamos el diálogo en curso entre la Comisión y las autoridades italianas", añade el texto, que prima el tono conciliador y en el que en ningún momento se menciona la sanción.

Bruselas ha dicho en varias ocasiones que hace falta una bajada significativa del déficit, previsto en el 2,4% del PIB para 2019, si Italia quiere evitar esta medida correctiva, aunque de momento no ha habido ningún movimiento al respecto. Este fin de semana ya se dejaba ver el cambio en el tono de la disputa con el bloque comunitario, y varios diarios del país transalpino avanzaban que el Ejecutivo italiano había abierto la puerta a acometer una rebaja del déficit hasta el 2%.

El vicepresidente de la Comisión Europea, Valdis Dombrovskis, ha acogido de buen grado la decisión de Italia, aunque ha dejado claro que debe haber cambios concretos y "sustanciales" antes de detener las medidas disciplinarias previstas. "La pelota está en el tejado de Italia", ha remarcado. Mientras tanto, y hasta que haya un cambio oficial por parte del país, Bruselas podría seguir adelante con sus planes. Y entre ellos está el de abrir el expediente a Italia por su elevada deuda, que actualmente supera el 130% del PIB.

Si finalmente el Ecofin respalda la propuesta de la Comisión Europea para abrir el procedimiento de déficit excesivo, en caso de que Italia no dé un paso atrás, las medidas no se adoptarán de inmediato. De hecho, si Bruselas recibe luz verde elaborará entre diciembre y enero una lista con las medidas correctoras que se impondrán a Italia (siempre que no rectifique), y será en la próxima reunión del Ecofin, prevista para el 22 de enero, cuando se aprueben y se ponga así en marcha de forma oficial el PDE.

Una vez iniciado el procedimiento, la Comisión podría fijar el mes de abril como fecha límite para que Italia tome medidas reales para reducir su deuda, por lo que el país todavía tiene tiempo para seguir tensando la cuerda. Y es que el primer control sobre el progreso de Italia no se presentará hasta seis meses después de que se ponga en marcha el procedimiento de déficit excesivo, lo que nos llevaría ya a finales de julio. Si al final Italia incumple, se pondrán encima de la mesa las primeras sanciones económicas, que pueden alcanzar el 0,2% del PIB (unos 3.500 millones de euros), que no llegarían hasta mediados de 2019.

"Que al final la UE acabe aplicando alguna sanción dependerá en gran medida de que el Gobierno italiano se adhiera al presupuesto propuesto" que se acuerde finalmente con Bruselas, resaltan desde Oxford Economics. En un informe, los analistas de esta firma aseguran que casi con toda seguridad el PDE será un "procedimiento bastante lento", y dado que el presidente de la República italiana, Sergio Matarella, intenta evitar una crisis financiera a toda costa, "exigirá que el Gobierno de Conte adopte un enfoque mucho más constructivo con la UE".

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