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Alberto Sánchez

Las tensiones entre Rusia y Ucrania no dejan de intensificarse. De hecho, en las últimas horas se han acrecentado después de que el Kremlin reconociese la independencia de las provincias del Donetsk y Lugansk y haya mandado allí tropas. Una ocupación militar que acerca el escenario más temido, el de la guerra. Algunos analistas avisan de que es mejor estar preparados para todo, y aunque con la guerra "todos pagaríamos", no sería de la misma forma.

Así lo afirman los analistas de Rabobank en su último informe sobre el conflicto geopolítico, que ha titulado 'How we would pay for the war' ('Cómo pagaríamos la guerra'), en el que explican que "la situación sigue siendo extremadamente tensa", y por eso han analizado el "impacto macroeconómico global" tras la invasión rusa de Ucrania. "Vemos tres amplios escenarios de guerra: en uno, el dolor económico es notable pero soportable; en otro, es grave en algunos lugares; y en el tercero, es tan malo como para ser paradigmático".

Los expertos de la firma holandesa avisan de que "todos pagaríamos por la guerra de una manera u otra, aunque la cantidad y dónde varían". Estos son los escenarios de guerra que han identificado y las consecuencias económicas de cada uno de ellos, partiendo de la suposición de que sería una "guerra corta y que Rusia gana":

-ESCENARIO A: GUERRA BREVE Y PERTURBADORA

En ese escenario, la guerra "perturba el comercio mundial durante un máximo de seis meses". "Suponemos que los flujos comerciales entre la UE y Rusia se reducen considerablemente", apunta Rabobank.

Estos analistas esperarían, además, un "aumento global relativamente pequeño de la prima de riesgo", comparable al aumento observado tras la anexión de Crimea en 2014, y sobre los precios del petróleo y del gas natural, creen que la guerra haría que "el Brent se disparara debido al acaparamiento, el aumento de los costes de tránsito y el aumento de la prima de riesgo geopolítica". Sobre el gas natural, apuntan que "no se puede decir hasta dónde podrían llegar los precios en caso de interrupción del suministro, dado lo altos que ya en relación con la historia, pero en el escenario A suponemos 175 dólares por barril de petróleo equivalente".

Sobre los precios de los alimentos, Rabobank cree que en el escenario A la guerra "detendría las exportaciones ucranianas de trigo, cebada y maíz". "Con unos mercados mundiales muy ajustados, esto haría subir los precios aunque ya se hayan exportado 2/3 del trigo y la cebada de la temporada y 1/3 de la cosecha de maíz. Esperamos una subida del 30% en los precios del trigo y del 20% en los del maíz", concluyen los expertos de esta firma.

Los fertilizantes también subirían. "Aunque los precios son actualmente muy altos, no se puede evitar un nuevo aumento si las exportaciones clave de Rusia/Bielorrusia se interrumpen". Dado que el gas natural es un factor clave en el precio de la producción de fertilizantes, los productores mundiales los productores mundiales también trasladarían los mayores costes de los insumos a su producto final de fertilizantes, lo que haría subir aún más los precios. "Suponemos que los precios de los fertilizantes aumentan un 20% en el escenario A".

Y la inflación también se vería afectada. Habría una "significativa revisión al alza de la inflación interanual en 2022, que oscilaría entre 0,6 y 1,6 puntos porcentuales, y luego una revisión a la baja de 0,7 puntos porcentuales en 2023. Esto se habría considerado en su día como un choque inflacionista importante, pero en el contexto actual parece leve o una continuación de la tendencia reciente, lo que habla de la magnitud de las presiones inflacionistas actuales", apunta Rabobank.

Además, el crecimiento económico se vería 'tocado'. "Se prevé un menor consumo e inversión privados y, por tanto, revisiones a la baja del PIB de 2022 y 2023", apuntan estos expertos. Ven que los efectos en EEUU serían "moderados", ya que el PIB solo se recortaría 0,2 puntos en 2022 y se mantendría "esencialmente sin cambios" en 2023. Pero en Europa el impacto sería mayor. "El crecimiento de la zona euro sería 0,3 puntos porcentuales inferior tanto en 2022 como en 2023. El PIB de Reino Unido sería 0,2 puntos porcentuales inferior este año y el siguiente", y en los mercados emergentes, la India vería su crecimiento rebajado en 0,7 puntos porcentuales en ambos años, mientras que China tendría "un lastre de -0,5 puntos porcentuales". México y Brasil no se verían afectados. Pero, ¿y Rusia?

En este escenario, según Rabobank, la economía del Kremlin saldría "realmente beneficiada". "El ruso medio estaría mejor si gana la guerra, y esto es sin incluir el control de las fértiles tierras de cultivo de Ucrania, o el incuantificable elemento psicológico, geopolítico o los beneficios geoestratégicos". "Puede ser incómodo, pero ese es el resultado del aumento de los precios de las materias primas para una economía tan expuesta a ellas", concluyen.

-ESCENARIO B: GUERRA Y SANCIONES EFECTIVAS A RUSIA

Supone lo mismo que el escenario A en lo que respecta a flujos comerciales, a lo que se unen las sanciones a Rusia, la Ucrania ocupada y Bielorrusia por parte de Estados Unidos, la UE, Australia, Nueva Zelanda, Japón y Corea, "alterando los patrones del comercio mundial". Sin embargo, comentan los expertos de la firma holandesa, "algunos países tratarán de eludir dichas sanciones: China ha declarado que trabajará con Rusia para hacerlo". Por lo tanto, "suponemos que los 100.000 millones de dólares del comercio de productos básicos entre los países sancionadores y Rusia se desvía a China con un descuento, mientras que otros países pagan precios más altos".

En cuanto a la prima de riesgo, creen que aumentaría de forma similar a la observada "durante la segunda Guerra del Golfo en 2003", aunque "no todos los países se verían afectados por igual". De hecho, habría que mirar el impacto macroeconómico directo de los precios de la energía, de forma que "el grado de aumento de la prima de riesgo por país depende de su exposición a las importaciones energéticas rusas".

Los precios del petróleo y del gas natural, dada la condición de Rusia de gran potencia exportadora, también sufrirían. Una guerra en este escenario "llevaría al petróleo a 135 dólares y más durante mucho más tiempo", apunta Rabobank. Sobre el gas natural, cree que el precio escalaría a 215 dólares por barril de petróleo equivalente y también durante más tiempo.

En el escenario B, la subida de los precios de los alimentos "sería peor". "El trigo y la cebada rusos también han exportado 2/3 de la cosecha, pero Rusia y Ucrania representan el 30% de las exportaciones mundiales de trigo, que harían subir los precios mundiales un 30% si se eliminaran". Rabobank explica que si las sanciones siguieran vigentes en julio, cuando comienza la recolección de la próxima cosecha, "la disponibilidad mundial de cereales se vería muy reducida". "El racionamiento de la demanda se vería forzado por el aumento de los precios: el trigo se duplicaría y el maíz subiría un 30%. En otoño de 2022, los agricultores del hemisferio norte (donde se cultiva la mayor parte del trigo) podrían ampliar su cosecha de trigo recortando otros cultivos, pero no sería hasta mediados de 2023, cuando se cosecharían esos cultivos, cuando podría reequilibrarse el mercado del trigo".

Además, estos expertos proyectan que el maíz y la cebada "subirán un 30% en el escenario B", que el precio del aceite vegetal hará lo propio en un 20% y que los fertilizantes se incrementen un 40%.

Y en este escenario, la inflación se elevaría en 2022 entre 1,3 y 3,5 puntos porcentuales, y luego entre 1,4 y 5,9 puntos porcentuales más en 2023. "Esto supone una importante continuación del actual shock inflacionista. De hecho, el panorama general es que la guerra haría que lo que los bancos centrales describieron erróneamente como una inflación 'transitoria' siga siendo alta en 2022, y la guerra y las sanciones harían que el IPC siguiera disparado en 2022 y 2023".

Rabobank apunta además que en este escenario el 'golpe' al crecimiento económico sería "más dramático". "El crecimiento de EEUU sería 0,4 ppts y 0,6 ppts inferior en 2022 y 2023, y el resto del bloque del dólar vería un crecimiento de entre 0,2-0,3 ppts menor en 2022 y de 0,2-0,6 ppts inferior en 2023, siendo Nueva Zelanda la más afectada". "El PIB de la zona euro sería 0,6 puntos porcentuales inferior en 2022 y 1,1 puntos porcentuales en 2023, y el crecimiento del PIB se quedaría en el 1,1% anual", dice la firma holandesa.

En los Países Bajos, el crecimiento en 2022 sería de 0,9 ppts menos y en 2023 de -1,1 ppts, con un crecimiento de solo el 0,4% anual. Italia sería "el país más afectado en 2023, con un crecimiento 1,5 puntos menor y un crecimiento del PIB del 0,2% anual". En Alemania, el crecimiento del PIB será de entre 0,8 y 1,1 puntos menos durante el periodo. Fuera de la UE, el crecimiento del Reino Unido caería en 0,4-0,7 puntos porcentuales. En los mercados emergentes, el PIB de la India sería entre 1,1 y 1,2 puntos porcentuales más bajo, el de China de 0,7 a 1,2 puntos porcentuales inferior, el de México de 0,1 puntos porcentuales en ambos años y el de Brasil de 0,1 puntos porcentuales. El PIB de Brasil sería 0,1 puntos porcentuales inferior en 2022, pero 0,3 puntos porcentuales superior en 2023.

Rusia, sin embargo, se vería muy afectada en este escenario. "El PIB per cápita ruso bajaría un 5,2%, o 1.440 dólares". En este caso, dice Rabobank, el riesgo/recompensa no es tan claro para Rusia, sobre todo si hay "sanciones efectivas", aunque estos expertos creen que pueden ser "difíciles de lograr".

-ESCENARIO C: GUERRA, SANCIONES A RUSIA Y TAMBIÉN A OTROS PAÍSES QUE COMERCIAN CON ÉL

Rabobank señala que en este escenario "Occidente también impone sanciones secundarias efectivas a China y a otras economías incumplidoras", además de las impuestas a Rusia por la invasión. El problema es que tales decisiones hacen que las consecuencias de este escenario no sean cuantificables.

"Esto tendría un efecto tan perturbador en los flujos comerciales mundiales que los modelos macroeconómicos no pueden captarlo: ningún modelo de la economía internacional globalizada actual puede describir su bifurcación político-económica", explican estos expertos, que sí se atreven a "describirla cualitativamente". Como ejemplo contemporáneo de este aislamiento se refieren al trastorno económico de Irán, la guerra comercial entre EEUU y China, el impacto del Covid en la cadena de suministro, los dolores de cabeza en las fronteras causados por el Brexit, o la repentina pérdida de mercados de exportación chinos experimentada por los productores de vino australianos.

Como dicen, "una combinación de todos ellos sería el resultado de las sanciones occidentales". "Los mercados no están preparados para tales resultados", remarcan los estrategas de la firma holandesa, pero en occidente saben que "la ausencia de sanciones secundarias efectivas sería un mensaje preocupante en cuanto a su incapacidad para obligar a Rusia a no recurrir a la guerra mediante sanciones primarias".

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