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La agencia S&P Global Ratings ha decidido mantener la deuda de Ucrania en 'B-', pero avisa de que no descarta futuras rebajas en la calificación "si el conflicto militar debilitara significativamente la economía de Ucrania, su liquidez externa, su sistema financiero o la capacidad administrativa del gobierno".

Tras la invasión rusa, S&P recortó la calificación de Ucrania a 'B-' desde 'B', y la puso en vigilancia crediticia negativa. Mantiene ese mismo estatus, aunque informa de que la situación sigue siendo complicada y por eso no descarta ningún escenario.

En una nota, la agencia explica que la situación de vigilancia negativa en la que mantiene a la deuda ucraniana "refleja múltiples riesgos para la economía de Ucrania, los balances externos, las finanzas públicas y la estabilidad financiera y política derivados de las operaciones militares de Rusia". No obstante, esperan resolver esta situación "en un plazo de 90 días".

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"Podríamos rebajar la calificación si esperamos que las acciones militares impidan a las autoridades el servicio de la deuda comercial. La calificación también podría verse presionada en caso de que el conflicto provoque un drenaje de la liquidez externa de Ucrania o un aumento de los pasivos fiscales contingentes de su sistema bancario comercial", apunta S&P.

No obstante, pese a que la intervención militar de Rusia sigue planteando "riesgos significativos para el crecimiento económico, la estabilidad financiera, la posición exterior y las finanzas públicas del país", en Standard & Poor's esperan que "las necesidades de servicio de la deuda y de endeudamiento del Gobierno estén totalmente cubiertas por el apoyo financiero internacional durante al menos los próximos 12 meses". Cabe recordar que esta misma semana el Fondo Monetario Internacional (FMI) ha aprobado un préstamo de emergencia de 1.400 millones, mientras que el Senado de EEUU ha dado luz verde a un paquete de 13.600 millones de dólares de ayuda humanitaria y de seguridad para Ucrania.

Según S&P, la capacidad de Ucrania "para recibir dicho apoyo y realizar los pagos del servicio de la deuda, incluso a los no residentes, permanece ininterrumpida por ahora". "A pesar del conflicto, Ucrania sigue cumpliendo sus obligaciones de servicio de la deuda interna y externa y se ha comprometido a seguir haciéndolo", remarca la agencia.

Sin embargo, S&P es consciente de que "a medida que el conflicto continúe, la capacidad técnica de Ucrania para utilizar el apoyo financiero internacional y cumplir con sus obligaciones de servicio de la deuda en curso podría erosionarse", y de ahí que mantenga la deuda del país en vigilancia negativa.

"S&P Global Ratings reconoce un alto grado de incertidumbre sobre el alcance, el resultado y las consecuencias del conflicto militar entre Rusia y Ucrania. Independientemente de la duración de las hostilidades militares, es probable que las sanciones y los riesgos políticos se mantengan durante algún tiempo", apunta en la nota.

Es más, incide en que los efectos potenciales "podrían incluir la dislocación de los mercados de materias primas -sobre todo del petróleo y el gas-, interrupciones de la cadena de suministro, presiones inflacionistas, un crecimiento más débil y la volatilidad de los mercados de capitales". Por eso, concluye que "a medida que la situación evolucione, actualizaremos nuestras hipótesis y estimaciones en consecuencia".

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