• El índice RTS avanza 27 puntos con una subida del 2%
  • Las subidas están sujetas al futuro geopolítico del país, su mayor fuente de riesgo
  • La administración de Putin asegura que esta medida podía impulsar el crecimiento económico hasta un 0,3%
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La agencia de calificación Standard & Poor´s (S&P) aumentó su nota sobre la deuda soberana rusa gracias a su "prudente" política fiscal y al aumento de las previsiones de inversión, pese a las presiones de las sanciones internacionales a su comercio. A pesar de ello, S&P alertó de los todavía existentes problemas estructurales del sistema ruso y de la probabilidad de un entorno cambiante ante decisiones y relaciones de carácter geopolítico con el resto de países. En concreto, el rating de Rusia creció de "BB+" a "BBB-".

Esta decisión se lleva a cabo tras más de una década de bajadas, manteniendo incluso durante los últimos tres ejercicios la deuda soberana en el valor del "bono basura". La decisión no ha tardado en provocar ganancias en el parqué de Moscú, con una subida de alrededor del 2% para el índice RTS.

El ministro de desarrollo económico, Maxim Oreshkin, se mostraba satisfecho tras este anuncio, en lo que considera un "reajuste tardío a los éxitos de la economía rusa". A su vez, el director del Fondo Ruso de Inversión Directa (RDIF), Kirill Dmitriev, aseguraba que esta decisión mostraba un cambio de actitud de la inversión extranjera ante Rusia, generando así un impacto directo en el desarrollo de su economía. "Creemos que esta decisión podría acelerar el crecimiento económico de Rusia en un 0,2-0,3% en los próximos meses", añadía Dmitriev.

"Creemos que esta decisión podría acelerar el crecimiento económico de Rusia en un 0,2-0,3% en los próximos meses", Kirill Dmitriev

S&P reconoció la labor del gobierno ruso ya que "a pesar de las próximas elecciones presidenciales, reforzó la recolección de impuestos no petroleros y utilizó sus ganancias petroleras suplementarias para comprar moneda extranjera y reforzar su presupuesto", ante la abstención estadounidense de imponer nuevas sanciones financieras o endurecer las ya existentes.

Este hecho podría variar en función de la actitud del gobierno ruso ante el resto de países, con un gran impacto de la futura política exterior del Kremlin. "El calendario de sanciones adicionales dependerá de los gestos de Rusia en términos de política exterior, así como de debates internos de Estados Unidos, dos factores muy difíciles de prever", recoge el informe.

Por su parte Fitch reafirmó su nota de "BBB-" pero con perspectiva positiva, lo que podría mejorar la calificación antes de marzo. De nuevo, los motivos expuestos en la nota de prensa de la corporación estadounidense fue "una prudente estrategia presupuestaria" reflejada en una bajada del déficit fiscal hasta el 1,5% del Producto Interior Bruto (PIB) durante el pasado ejercicio.

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