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Con el aval de Bruselas en el bolsillo, la primera ministra de Reino Unido, Theresa May, afronta la parte más dura de los trámites para rubricar el acuerdo que pondrá fin a cuatro décadas de pertenencia al club europeo: vencer la férrea oposición que el texto suscita entre ‘brexiters’ y los llamados ‘remainers’ a partes iguales. Con este objetivo, se va de campaña para ‘vender’ el texto por todo el país y hasta está dispuesta a defenderlo frente al líder de los laboristas, Jeremy Corbyn, en un debate televisado. El objetivo: lograr 320 votos en el Parlamento.

Las próximas dos semanas, la ‘premier’ se esmerará en conseguir el apoyo público suficiente para armase de razones de cara a la votación en el Parlamento del texto de casi 600 páginas que ha superado el examen de los ‘Veintisiete’, programada par el 11 de diciembre. Y los mercados, sabedores de que lo peor está por llegar en el particular ‘vía crucis’ de May, han recibido con cautela las buenas noticias. En cuanto a la libra, no parece dispuesta a despegarse de los 1,28 dólares, donde permanecerá hasta que la aritmética parlamentaria se aclare, según Neil Wilson, analista de Markets.com.

Junto a los economistas de Rabobank, se muestra altamente escéptico a que May logre aglutinar los asientos necesarios para que la Cámara de los Comunes dé luz verde al acuerdo. Creen estos expertos, en cambio, que el país se adentrará en “terreno inexplorado en diciembre, cuando el documento quede en papel mojado y el Parlamento deba decidir, entonces, si tratan de volver a negociar con Bruselas o se dejan caer por el abismo de un Brexit caótico”. Y explican que la primera ministro se enfrenta a la dura tarea de, en menos de tres semanas, convencer, por igual a los ‘tories’ escépticos, a los laboristas y a los 13 diputados de la irlandesa DUP, sus socios en el Gobierno que ya han dado la espalda al texto.

Los expertos, altamente escépticos a que May logre aglutinar los asientos necesarios para que la Cámara de los Comunes dé luz verde al acuerdo

MAY SE VA DE GIRA

Así las cosas, a la mandataria no le queda más remedio que meterse a la opinión pública en el bolsillo. Enfrentada a la implacable oposición en el Parlamento, su objetivo es ganarse directamente a los votantes y ver si pueden ejercer más presión sobre los miembros de la Cámara Baja de lo que ella ha sido capaz. En su comparecencia ante los diputados de este lunes ha quemado sus últimas naves y ha preparado el terreno para su tour. Así, ha instado a los políticos que escuchen a sus electores y les ha recordado que su deber es cumplir el resultado del referéndum de hace dos años.

“Debemos, como Parlamento, examinar este acuerdo en detalle, debatirlo con respeto, escuchar a nuestros electores y decidir qué es lo que más nos interesa", ha sentenciado. “Podemos respaldarlo, materializar el referéndum y avanzar hacia la construcción de un futuro más brillante lleno de oportunidades y prosperidad para toda nuestra gente. O esta Cámara puede optar por rechazarlo y volver al punto de partida”, ha agregado.

Este último escenario supondría una derrota de la líder conservadora y “abre la puerta a cualquier posibilidad”, señalan los expertos de Rabobank. “Un acuerdo renovado, a pesar de que la Unión Europea se haya esforzado en transmitir que no hay ‘plan B’ y una nueva votación en el Parlamento británico; un segundo referéndum o unas elecciones anticipadas”, son los tres desenlaces que barajan los expertos del banco holandés.

LOS MODERADOS EVITARÁN EL ‘BREXIT DURO’

Por contra, los analistas de Berenberg otorgan un 80% de probabilidades a que la Cámara de los Comunes respalde el acuerdo actual, “en una primera o segunda votación”. En el peor de los casos, creen en la entidad alemana que “después de una agitación política, se aprobará alguna otra solución que evite el divorcio desordenado”.

“Todavía es temprano”, aseguran estos expertos, a pesar de que el reloj parlamentario ya está en marcha, explican que quedan por delante varias semanas de intensos debates, que irán aclarando los bandos y permitirán evaluar si May obtendrá los respaldos. “Dos tercios de los parlamentarios son europeístas o están, al menos, a favor de un Brexit blando: gran parte del Partido Conservador y la mayoría de los parlamentarios laboristas”, concretan.

Así, en los próximos días May debe sumar a la mayoría de su partido, ademas de a los laboristas más comedidos. Sin embargo, parece poco probable, aventuran desde Berenberg, que logre apoyo de la DUP. “Al final, esperamos que la mayoría moderada en el parlamento haga lo que sea necesario para evitar un Brexit sin acuerdo”, redondean.

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