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Philip Lane, economista jefe del BCE.

Los datos sólidos pueden no ser una buena guía sobre cómo la zona euro se está recuperando de la crisis económica más profunda que se recuerda, ha afirmado este miércoles el economista jefe del Banco Central Europeo (BCE), Philip Lane, enfriando las expectativas después de algunas cifras sorprendentemente fuertes.

Tras haber tocado fondo en abril, la economía del bloque se está revitalizando a medida que se van levantando gradualmente las restricciones para frenar la propagación del coronavirus. Las inesperadas cifras del PMI e IFO han aumentado las esperanzas de una recuperación relativamente rápida y en forma de 'V'.

Pero Lane ha advertido de que, si bien la "mejora sustancial" de los indicadores a corto plazo es normal dada la profundidad de la contracción, no es una buena guía para el futuro, y la actividad se mantendría muy por debajo de los niveles anteriores a la crisis durante un período prolongado, dadas las restricciones persistentes.

"Las pérdidas de ingresos y los ahorros por precaución siguen pesando sobre el consumo", ha afirmado. "Asimismo, la débil demanda, las continuas limitaciones de la oferta y las restricciones de distanciamiento social están obstaculizando la normalización de la actividad económica", ha añadido.

Aun así, Lane ha precisado que está cada vez más seguro de que se podrían evitar lecturas negativas de la inflación, que algunos esperan debido a la caída de los precios del petróleo.

"Las medidas que estamos tomando y también las medidas fiscales deberían mantener la inflación en territorio positivo", ha señalado. "Podemos ser más optimistas en cuanto a que se puede evitar una inflación negativa".

Las medidas fiscales, en particular las conversaciones sobre un paquete de recuperación de la UE de 750.000 millones de euros, también es probable que tengan un impacto importante en la rapidez con que se recupere la confianza, añade Lane.

"El resultado de las negociaciones sobre el fondo de recuperación de la UE será un factor importante para determinar el camino futuro de la economía de la zona euro", ha afirmado.

El BCE está decidido a apoyar esta recuperación e incluso podría reducir los tipos de interés, aunque tal medida podría resultar ineficaz porque los rendimientos soberanos a largo plazo prácticamente no responden a los recortes de los tipos en condiciones de tensión.

"Aunque estamos dispuestos a reducir los tipos de interés en el futuro, a medida que se normalicen las condiciones del mercado y si las perspectivas de inflación a medio plazo lo justifican, esta evidencia inclina la balanza hacia la compra de activos como la herramienta más eficaz en las circunstancias actuales", ha explicado.

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