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El Gobierno ha actualizado las previsiones macroeconómicas españolas, rebajando el crecimiento del Producto Interior Bruto (PIB) hasta el 4,3% para 2022, con un crecimiento del 3,5%, 2,4% y 1,8% para los años 2023, 2024 y 2025, respectivamente, según ha dado a conocer la vicepresidenta primera y ministra de Asuntos Económicos, Nadia Calviño.

La previsión para el presente ejercicio representa un recorte de casi tres puntos frente al anterior cuadro macroeconómico, presentado en septiembre del pasado año, y que estimaba un crecimiento del PIB para 2022 del 7%.

Calviño ha destacado que estas previsiones tienen lugar en un contexto de "intensa incertidumbre" debido al impacto de la guerra en Ucrania y la escalada de precios y están "marcadas por el principio de máxima prudencia". "Las previsiones del Gobierno se alinean con los más prudentes de los organismos internacionales. Nos situamos por debajo de las del Banco de España y el Fondo Monetario Internacional (FMI)".

"El alza de los precios de la energía, junto con el impacto negativo sobre las principales economías europeas está ralentizando la recuperación de la economía española tras la pandemia, que se había acelerado en el segundo semestre de 2021". No obstante, la ministra ha señalado que España se mantiene en la "senda de fuerte y sostenida recuperación económica". "España mantendrá un fuerte ritmo de crecimiento económico, por encima de la media europea y de las economías más avanzadas del mundo".

En cuanto a la inflación, Calviño confía en que "habrá una fuerte desaceleración en la segunda mitad del año". "El acuerdo con la Comisión Europea para empezar la senda descendente de los precios mayoristas de la electricidad tendrá un papel muy importante", "hemos dejado atrás el pico de la inflación", ha dicho, apuntando a que los previos se irán reduciendo durante la segunda mitad del año para en 2023 situarse en el entorno del 2%.

En este contexto, el nuevo cuadro macroeconómico prevé que la demanda interna sea el principal motor de crecimiento, y especialmente la inversión que se estima que se acelere este año hasta el 9,3%, apoyada en el Plan de Recuperación, cuyo despliegue seguirá ganando impulso en 2022 y 2023 a través de la plena ejecución de las inversiones, consolidando el cambio de patrón en la recuperación frente a crisis anteriores. Dada la alta incertidumbre del contexto internacional, el cuadro macroeconómico prevé que la demanda externa tendrá una aportación negativa al crecimiento en 2022 y 2023.

De su lado, el dinamismo de la actividad turística será un elemento determinante para el crecimiento económico en 2022, con una recuperación del 80% del registrado en 2019, favorecido por un impacto más limitado de las olas del virus gracias a la elevada vacunación y a la recuperación de lo los principales mercados emisores.

Sobre el empleo, el Gobierno prevé una tasa de paro del 12,8% en 2022, que iría reduciéndose hasta el 11,7% en 2023 y 10,6% en 2024 para acabar 2025 en el 9,6%, lo que significaría volver a niveles de desempleo no vistos desde hace más de una década. "Se está generando cada vez más empleo y cada vez de más calidad", ha asegurado Calviño.

ESPAÑA SALDRÁ DEL PROCEDIMIENTO DE DÉFICIT EXCESIVO EN 2025

Por su parte, la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, ha actualizado las previsiones de déficit, que se mantendrá en el 5% al cierre de 2022, frente al 6,76% con que cerró el ejercicio 2021, y espera que se quede por debajo del 3% de cara a 2025. Así, la nueva senda de estabilidad, fija un déficit del 3,9% en 2023, 3,3% en 2024 y 2,9% en 2025. Esto supone, según ha explicado Montero, que España abandonará el procedimiento del déficit excesivo en 2025.

En línea con la bajada del déficit público, se seguirá reduciendo la ratio deuda/PIB hasta situarse en el 109,7% en 2025.

En cuanto a las previsiones sobre la evolución del déficit por subsectores, la Administración Central continuará siendo la responsable del grueso del déficit público durante todo el periodo, debido al apoyo que durante los últimos ejercicios ha proporcionado al resto de los subsectores, tanto a las CCAA como a la Seguridad Social y a las Entidades Locales.

Así, el déficit de la Administración Central será en 2022 del 3,8% (lo que implica un significativo descenso desde el 6,1% de 2021), para caer hasta el 3,4% en 2023 y situarse en 2025 en el 3,2%. El déficit de las CCAA se situará al cierre de este año en el 0,8%, para bajar al 0,1% en 2023. En los dos últimos ejercicios del periodo, este subsector pasará a una situación de superávit equivalente al 0,2% del PIB, idéntico para ambos años 2024 y 2025. Las Entidades Locales, por su parte, registrarán superávit durante todo el periodo, partiendo del 0,1% al cierre de este año, para situarse entre el 0,2% y el 0,3% los ejercicios restantes.

Los Fondos de la Seguridad Social reducirán a la mitad su déficit al pasar del 1% de 2021 al 0,5% en 2022 y, de acuerdo con la senda prevista, en el año 2025 habrá recortado hasta el 0,2% del PIB.

Montero también ha adelantado que la recaudación prevista para 2022 es del 7,4%, menor que el incremento registrado en 2021. La ministra ha reconocido que este buen resultado de la recaudación durante el año pasado, por encima de lo previsto, permite "absorber" el menor crecimiento económico y tener "holgura" en 2022.

La deuda pública acabará 2022 en el 115,2%, una décima más en comparación a la anterior estimación, según prevé el Gobierno, y bajará al 112,4% en 2023, 110,9% en 2024 y 109,7% en 2025.

El Gobierno remitirá ahora a la Comisión Europea este cuadro macroeconómico actualizado, junto con el Plan de Estabilidad y el Plan de Reformas, que todos los Estados miembro deben remitir a Bruselas cada año antes de finalizar abril.

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