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El presidente de la Fed, Jerome Powell.

Dos grandes citas en una solo semana. La reunión de la Reserva Federal del martes y miércoles (las conclusiones se conocerán el día 2) y la reunión del Banco de Inglaterra del jueves. Además de por motivos evidentes, estos encuentros han cobrado especial relevancia de cara a ver si los bancos centrales mundiales están empezando a relajar el ritmo de endurecimiento monetario y subidas de tipos.

En el mercado hay especulaciones en torno a los planes de la Fed. Aunque se espera mayoritariamente una subida de tipos de 75 puntos básicos este miércoles, hasta el 3,75%-4%, las expectativas se han moderado para próximos encuentros. Esto, después de que 'The Wall Street Journal' publicara la semana pasada que el banco central americano está planteándose frenar su endurecimiento monetario para comprobar los efectos de las últimas subidas de tipos sobre la inflación.

Pero, además, la última decisión del Banco de Canadá (que subió tipos la semana pasada en 50 puntos básicos en lugar de los 75 puntos básicos esperados), sin olvidar la del banco central de Australia, que sorprendió también a principios de mes con una subida menor de lo esperado de 25 puntos básicos, alimentan esta apuesta de que Jerome Powell podría ir planteándose levantar el pie del acelerador.

"Parece que otro aumento de 75 puntos básicos es prácticamente un hecho. La gran incógnita es qué hará el FOMC en su reunión de diciembre"

"Todo lo que no sean 75 puntos básicos (este miércoles) sería una gran sorpresa para los mercados, por lo que la atención se centrará en cómo ve la Fed el equilibro de los riesgos para el endurecimiento de la política en el futuro. ¿Piensa el FOMC moderar el ritmo de subidas ya en diciembre o sigue siendo necesario un mayor endurecimiento de las condiciones financieras?", se preguntan los expertos de Danske Bank.

Estos analistas se inclinan por lo segundo y recuerdan que, desde Jackson Hole a finales de agosto, la Fed ha subrayado claramente que todavía hay demasiada demanda en la economía y que es necesario endurecer más las condiciones financieras para cerrar la brecha de producción positiva.

"La Fed tiene que mantener las condiciones financieras restrictivas hasta bien entrado el año 2023 para evitar que las nuevas oleadas de inflación impulsadas por las materias primas se afiancen, un riesgo que se pone de manifiesto cuando el Brent sigue cotizando por encima de los 95 dólares barril a pesar de las sombrías perspectivas de crecimiento", apuntan desde Danske.

"Parece que otro aumento de 75 puntos básicos en su tipo de interés de referencia es prácticamente un hecho para esta reunión de noviembre. La gran incógnita es qué hará el FOMC en su reunión de diciembre", añaden al respecto desde DWS.

Dado que las propias perspectivas de la Fed sobre el crecimiento económico para 2023 son actualmente relativamente optimistas, podría replantear su visión hacia una desaceleración leve, incluso una recesión, en la que persistan las presiones inflacionistas, comentan desde la firma. "Ello justificaría que la Fed hiciera una pausa en las subidas de tipos, pero que los mantuviera altos para acabar con la inflación, y por si acaso fuera necesario subirlos aún más", comentan.

No obstante, aunque podría podría empezar a dibujar un escenario de este tipo, DWS cree que lo más probable es que no lo haga antes de la reunión de diciembre, en la que está prevista la actualización del Resumen de Proyecciones Económicas.

Para algunos expertos, las bolsas están excesivamente optimistas a la espera de un 'pivote' o relajación de la Fed esta semana, igual que ocurrió antes de Jackson Hole. Y avisan de que, al igual que sucedió entonces, lo que podría ocurrir ahora es que se toparan con una nueva decepción, con lo que se retomarían las caídas.

EL BCE 'SUAVIZA' EL TONO

El BCE subió tipos en 75 puntos básicos la semana pasada, como estaba previsto, pero al mismo tiempo dejó la sensación de que puede que este mes se haya visto la última gran subida de tipos por su parte y que, a partir de ahora, serán más moderadas, de forma que los incrementos de precios podrían acabar a inicios de 2023.

"El BCE se convirtió en el último banco central en señalar que está preocupado por cómo equilibrar la lucha contra la inflación con la gestión de la desaceleración de la actividad económica. Tras el RBA a principios de mes y el Banco de Canadá, que subieron los tipos menos de lo esperado, el BCE todavía ofreció una subida de tipos de 75 puntos básicos, aunque no fue unánime, y el banco central se abstuvo de comprometerse con cualquier intención sobre lo que podría seguir en diciembre", destacan los expertos de CMC Markets.

"Para nosotros hubo claras señales de que las subidas de 75 puntos básicos no serán necesariamente la norma. Las referencias a los retrasos de la política monetaria y a los 'progresos sustanciales' realizados significan que, a día de hoy, dados los datos hasta ahora, una subida de 50 puntos básicos es la opción más probable en diciembre, en línea con nuestra previsión", comentan desde Bank of America.

Y EL BOE

Después de la tormenta en Reino Unido debido a su tremenda crisis política, que se ha saldado con el nombramiento de un nuevo primer ministro, Rishi Sunak, le toca de nuevo tomar la palabra al Banco de Inglaterra (BoE). El organismo medirá muy bien su decisión después de que su gobernador, Andrew Bailey, acabara cuestionado por la clase política tras anunciar que la intervención que había puesto en marcha el BoE para frenar el desplome del mercado de bonos -provocado por el 'minipresupuesto' basado en el recorte de impuestos de Liz Truss- iba a terminar cuando se había dicho que iba a terminar y no más tarde.

Bank of America espera que el Banco de Inglaterra suba tipos en 75 puntos básicos este jueves, con una votación a favor de 7 a 2. "A corto plazo, seguimos esperando que el BoE siga subiendo los tipos de interés: los recientes datos de crecimiento e inflación, la credibilidad y la política fiscal de apoyo lo justificarán. Sin embargo, la previsión de inflación a medio plazo, muy por debajo del 2%, será una forma de que el banco central señale (de nuevo) que las expectativas de tipos finales de los mercados pueden estar sobredimensionadas".

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