• China sigue quemando su despensa de divisas para sostener al yuan, pero la moneda está condenada a perder otro 5% en 2017
  • Las últimas intervenciones del Banco Popular de China han ido encaminadas a apuntalar su moneda
  • Trump parece dispuesto a iniciar su guerra comercial con China, ¿pero a qué coste?
yuan

El Banco Popular de China ha vuelto a pecar. El país acusado por el presidente electo de EEUU, Donald Trump, de ser el “mayor manipulador de divisas de todos los tiempos”, ha seguido quemando naves para salvar su moneda de los envites del dólar. Tanto es así que ha despilfarrado más de 69.000 millones de dólares en noviembre para evitar que la moneda china se deprecie hasta los 7,00 yuanes por cada ‘billete verde’. Los principales bancos del país se han visto inmersos, entre finales de noviembre y principios de diciembre, en una fiebre vendedora de moneda de EEUU que ha durado cinco días consecutivos y que pasa factura a la despensa del banco central chino. El regulador ve ahora como sus reservas de divisas se encaminan rápidamente al umbral de los 3.000 billones de dólares.

Los datos hablan por sí mismos: las cifras de reservas de divisas del banco central han caído en noviembre a su nivel más bajo desde marzo de 2011, alcanzando los 3,052 billones de dólares. Aun así, el mes pasado el yuan cedió más de un 1,6% ante su rival estadounidense, a medida que se aceleraban las fugas de capitales del país ante la incertidumbre sobre qué tipo de acciones emprenderá realmente Trump contra China, una vez sea investido en su cargo el 20 de enero.

El nuevo inquilino de la Casa Blanca ha señalado reiteradamente a China como una de sus némesis y entre sus planes está la imposición de elevados aranceles a las importaciones del gigante asiático. Además, ha centrado su retórica en las intervenciones del Banco Popular de China en la moneda, para mantenerla artificialmente baja y aumentar la competitividad de sus ventas exteriores. Apuntan los expertos, sin embargo, a que el problema radica mas bien en que el yuan ha estado sobreapreciado largo tiempo, tal y como demuestra el hecho de que haya cedido más de un 12% desde inicios de 2014.

Desde mayo de 2015, la caída refleja la fortaleza del dólar, no la debilidad del yuan

Además, señalan los analistas que a Trump no se le escapa que el actual cambio del renminbi -como también se conoce al yuan- contra el dólar es fruto de la gradual apreciación del 'billete verde', especialmente desde mayo, contra la moneda china. La gran pregunta es si Trump decidirá asumir o ignorar este hecho cuando comience a diseñar su política de comercio exterior.

El renminbi alcanzó su nivel más bajo desde 2008 el pasado 24 de noviembre, siguiendo una paulatina depreciación que se inició en agosto de 2015 y que ha llevado a la divisa a ceder cerca de un 10% frente a la moneda de EEUU en este período -un 6% sólo en 2016. Sin embargo, desde mayo de 2015, la caída refleja la fortaleza del dólar, no la debilidad del yuan, aseguran expertos de Danske Bank. Y añaden que “la cesta de divisas contra las que el banco central del país asiático mide el yuan se mantiene estable desde el verano”, de hecho, si algo ha hecho la moneda china ha sido apreciarse frente al resto de monedas de los países emergentes, así que “poco ha cambiado en este frente con la llegada de Trump”, aseguran los analistas de la entidad danesa.

Dólar yuan

Gráfico comparativo entre el índice del dólar y el yuan

Goldman Sachs y Danske Bank reafirman su apuesta bajista hacia en renminbi: el dólar se cambiará a 7,30 yuanes en 12 meses

La situación persistirá en los próximos años y desde Goldman Sachs reafirman su apuesta bajista hacia en renminbi. Creen los expertos de esta entidad que el banco central de China rebajará el cambio fijo con el dólar -la divisa sólo puede fluctuar un 2% arriba o abajo en relación a este precio- hasta 7,00, 7,15 y 7,30 yuanes en los rangos temporales de tres, seis y 12 meses. En Danske Bank coinciden plenamente con este pronóstico y también prevén que el dólar se cambie a 7,30 yuanes a finales de 2017.

Desde el banco de inversión de EEUU creen que las elecciones estadounidenses han puesto en juego dos asimetrías entre China y EEUU. En primer lugar, el banco central del país asiático tendrá que elevar el nivel cambiario contra la divisa de EEUU para mantener el índice de su sistema de cambio de divisas internacionales (CFETS por sus siglas en inglés) estable ante un dólar en alza. La fortaleza del dólar “ha causado una escalada de las fugas de capitales, a medida que ha crecido la preocupación interna por la devaluación”, señalan, un peligro que aún persiste a pesar de las restricciones más estrictas sobre los flujos de capital.

En segundo lugar, “existe el potencial de fricciones comerciales entre los Gobiernos de Trump y del presidente chino Xi Jinping, ya que el renminbi es uno de los principales riesgos del movimiento sostenido del dólar al alza”, explican. “Mucho está en juego y depende del comportamiento del cambio fijo del dólar/yuan en las próximas semanas”, aseguran desde Goldman Sachs.

¿HASTA DÓNDE ESTÁ DISPUESTO A LLEGAR EL BANCO POPULAR DE CHINA?

El regulador chino ha logrado salvaguardar por ahora este nivel, que fija diariamente, a cambio de sacrificar parte de sus arcas de moneda extranjera. No es la primera vez que pasa. Aunque el país sigue poseyendo la mayor cantidad de divisa extranjera del mundo, las reservas han caído hasta los niveles mínimos que se registraban en marzo de 2011, en los ya mencionados 3,052 billones de dólares alcanzados finales de noviembre. Estos datos se agravan todavía más al contraponerlos con el pico de 3,99 billones de dólares de 2014.

Además de esta medida, paralelamente, Pekín también ha emprendido una ofensiva legal para sujetar los capitales dentro de sus fronteras, con un paquete de normas destinadas a prevenir las inversiones en el extranjero de más de cinco millones de dólares y que se aplicarán a las transferencias en el extranjero, en forma de transacciones en las carteras de los inversores o compra directa de divisas. Asimismo, la Agencia Estatal del Mercado de las Divisas (SAFE por sus siglas en inglés), la entidad gubernamental que regula las transacciones de monedas, también ha estrechado el cerco sobre los préstamos denominados en yuanes en el extranjero.

En lo que llevamos de año, los acuerdos de inversión internacionales de China se ha incrementado hasta los 530.900 millones de dólares, el mayor nivel de todos los tiempos, superando el volumen total de 2015 y ayudando al ‘sorpasso’ del gigante asiático a EEUU como mayor comprador de compañías extranjeras. Además, los recientes datos sugieren que la salida total de fondos del país ha alcanzado los 80.000 millones de dólares en noviembre, desde los 69 billones de dólares del pasado mes de octubre, según un informe de Capital Economics.

Los recientes datos sugieren que la salida total de fondos del país ha alcanzado los 80.000 millones de dólares en noviembre

Pero la gran pregunta es hasta dónde llegará el regulador en su empeño de salvar su moneda sin comprometer seriamente sus reservas de divisas y sin incurrir en las iras de Donald Trump. Expertos consultados por Reuters señalan el nivel de los 3 billones como un umbral psicológico que, a este ritmo, el banco central rebasará en los primeros meses de 2017. También indican otro dato a tener en cuenta: aunque la composición de las reservas de China es un "secreto de Estado", la caída del valor del resto de monedas que atesora el Banco Popular de China contra el dólar desde el pasado 9 de noviembre, también se ha dejado notar en el declive de noviembre.

LA RELACIÓN ENTRE EL YUAN Y LA GUERRA COMERCIAL CON CHINA



Así las cosas, desde Danske Bank también ponen el acento en que el actual comportamiento del regulador chino incrementa las posibilidades de que el nuevo presidente de EEUU siga acusando al gigante asiático de intervenir su moneda, “a pesar de que ahora el Banco Popular de China no esté deliberadamente debilitando el yuan”, sino más bien todo lo contrario. Excusas, en definitiva que justifiquen que inicie acciones comerciales contra el gigante asiático.

Por lo pronto, los expertos de Danske Bank creen que “si Trump toma medidas proteccionistas, irán encaminadas a gravar las exportaciones de china, sin embargo no esperamos que las aplique con tanta agresividad como había prometido durante la campaña electoral”, afirman desde la entidad danesa.

De momento, en un vídeo que el republicano ha publicado en Youtube, desde donde ha decidido lanzar su primer mensaje presidencial, ha anticipado que entre los planes para sus primeros 100 días de gobierno contempla sacar el país del Acuerdo de comercio Transpacífico (TPP por sus siglas en inglés). Así, Trump ha preferido priorizar la revisión de los acuerdos comerciales que mantiene el país con 12 naciones incluidos en el TPP que ha calificado de “desastre potencial”. Un movimiento que va encaminado, principalmente a frenar el avance de China. El nuevo presidente estadounidense explica desde su canal en la red social que este tratado se reemplazará por acuerdos bilaterales.

Los analistas del banco de inversión danés alertan que iniciar una guerra comercial con China y gravar los productos que exporta el país -un 20% van destinados a EEUU- con tasas de un 45% puede suponer que Trump “se dispare un tiro en el pie”, por las represalias que puede tomar el Gobierno de Xi.

La segunda potencia del mundo es una de las pocas que puede plantarle cara a la primera porque, entre otras cosas, posee 1,2 billones de dólares en deuda de EEUU y otros 600.000 millones en concepto de otros instrumentos financieros estadounidenses. Además, suyo es el cuasi monopolio de los minerales raros, componentes que se encuentran en la mayoría de componentes tecnológicos que se usan en tabletas o smartphones. Otra cuestión a considerar es que mucha de estos productos se ensamblan en cadenas de montaje ubicadas en China, con lo que el Gobierno del país podría poner trabas a los importadores, con lo que se encarecerían aún más estos productos.

La misma fortaleza del dólar es “una amenaza general sobre la cuestión del proteccionismo”

En última instancia, los analistas de Danske Bank argumentan que la misma fortaleza del dólar es “una amenaza general sobre la cuestión del proteccionismo”. La expansión del crecimiento en EEUU y el auge de su divisa incrementarán la necesidad de que Trump incremente los aranceles para proteger a los exportadores y compensar las secuelas de un dólar al alza. “Trump ya está empezando a notar los efectos secundarios de las expectativas que levantan sus medidas proteccionistas” en la debilidad del peso y otras divisas emergentes y ya “es más barato producir en México por la depreciación del peso, que se está debilitando por el miedo a la guerra comercial que puede iniciar la Casa Blanca”, explican estos expertos.

Un círculo vicioso difícil de romper, con lo que Trump podría pensárselo dos veces antes de aplicar al pie de la letra las amenazas vertidas en la campaña electoral. Tal vez por eso, y consciente de que más vale la pena tender una mano a China que endurecer las relaciones, el presidente saliente, Barack Obama, está aprovechando sus últimos días en la Casa Blanca para suavizar las relaciones con China. El aún líder de EEUU se ha entrevistado con el presidente chino y ha constatado la necesidad de escenificar un acercamiento en materias como precisamente las relaciones comerciales entre ambos países. Pero claro, el 20 de enero esto puede dar un giro de 180 grados, ya que esta cuestión quedará a merced de Trump y los republicanos.

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