Jornada de consolidación en el mercado de las divisas, tras el auge que el dólar experimentó entre el martes y el miércoles ante sus principales rivales, impulsado por el optimismo del que hizo gala el presidente de la Reserva Federal (Fed). El euro se cambia de manos en las inmediaciones de los 1,16 dólares, mientras que la libra, muy vapuleada por una "tóxica combinación" de política y macro, se mantiene muy cerca de los 1,30 dólares, después de caer a mínimos de 14 meses.
El rally de corto plazo arrancó el martes, después de que el banquero central dio alas a la moneda estadounidense, cuyo índice -que mide su desempeño frente a seis divisas rivales- se disparó a máximos de más de tres semanas en los 95,23 puntos. Powell expresó su confianza en que seguir subiendo los tipos "de forma gradual" es la mejor manera de continuar, teniendo en cuenta la fortaleza del mercado laboral y la inflación, que se sitúa cerca del objetivo del banco central.
El mercado se tomó sus palabras como una señal de que el siguiente incremento de tasas llegará en septiembre y los futuros de la fed descuentan un 90% de posibilidades de que se cumpla esta predicción. En este contexto, los analistas esperan que el dólar siga subiendo, animado, en parte por la disminución de la aversión al riesgo en el mercado de acciones, “lo que impulsa al ‘billete verde’ a causa del apetito por activos estadounidenses”, indican analistas de IG Markets.
El presidente de la Fed compareció el miércoles ante el Comité de Servicios Financieros de la Cámara de Representantes, donde reiteró su mensaje positivo, prolongando la figura alcista de la divisa contra su rival estadounidense, mientras que tanto el yen como la libra han remontado posiciones.
LA LIBRA SE MANTIENE EN MÍNIMOS
La moneda nipona se ha recuperado desde el mínimo de seis meses por encima de los 113,00 dólares, mientras que la libra sigue muy cerca del nivel de los 1,30 dólares que puso a prueba el miércoles. El movimiento bajista de la divisa se aceleró tras la publicación del índice de precios al consumo de Reino Unido, que se mantiene en el 2,4% en junio. No obstante, el índice subyacente, aquel que suprime el efecto del componente energético y de los alimentos, moderó su crecimiento dos décimas su crecimiento al 1,9% desde el último dato de mayo.
El trago amargo de la primera ministra británica Theresa May en el Parlamento británico, donde superó por la mínima y con numerosas enmiendas la votación sobre la ley aduanera del Brexit, y el aviso del gobernador del Banco de Inglaterra, Mark Carney, también incidieron en el euro/libra, que se disparó hasta las 0,89 libras.
