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La libra ha sufrido un duro revés y sigue deprimida este miércoles hasta las inmediaciones de los 1,30 dólares, precios no vistos desde inicios de mayo de 2017 después de una “tóxica combinación” que ha pesado en el sentimiento de mercado, según varios analistas. El trago amargo de la primera ministra británica, Theresa May, en el Parlamento británico, donde ha superado por la mínima y con numerosas enmiendas la votación sobre la ley aduanera del Brexit, sumado al aviso del gobernador del Banco de Inglaterra, Mark Carney, y el dato del IPC han desplomado a la divisa hasta un nuevo mínimo de 2018.

La moneda británica también se halla deprimida en mínimos de cuatro meses contra su rival europea, por encima de las 0,8920 libras, tras la publicación del índice de precios al consumo de Reino Unido, que se mantiene en el 2,4% en junio. No obstante, el índice subyacente, aquel que suprime el efecto del componente energético y de los alimentos, moderó su crecimiento dos décimas su crecimiento al 1,9% desde el último dato de mayo.

A pesar de que la inflación del Reino Unido se mantiene por encima del objetivo del Banco de Inglaterra del 2%, la decepción en la última lectura sugiere que las presiones inflacionarias se están aflojando. "Esta información, además de los salarios bajos, fácilmente podría dar al BoE suficientes motivos para mantener las tasas de interés sin cambios en agosto", indica Jasper Lawler, analista de Lodon Capital Group.

MAY SE MANTIENE A FLOTE, PERO DEBILITADA

El declive en la moneda arrancó este martes, a pesar de que May sobrevivió a la votación de la ley aduanera, pero por la mínima. Con 318 votos a favor y 285 en contra, la Cámara del Comunes respaldó el proyecto de ley de Aduanas, que sienta el marco legal para después del divorcio con la Unión Europea (UE).

La cámara dio luz verde al texto tras un largo debate en el que se consideraron numerosas enmiendas, incluidas varias de diputados conservadores, que el Gobierno finalmente aceptó para evitar que bloquearan la ley y que fueran aprobadas por estrecho margen. Aunque la premier ha salido victoriosa, el mercado ha tomado las dificultades como otra “mella a su autoridad”, explica Fionna Cincotta, analista de Cityindex.

CARNEY AVISA SOBRE LOS TIPOS

Por si esto fuera poco, Carney añadió más leña al fuego bajista de la divisa de Reino Unido, al asegurar que un ‘Brexit duro’ tendría “graves” consecuencias económicas, provocará una revisión de los tipos de interés y dejará a muchos banqueros en el limbo.

Reino Unido y la UE han negociado un acuerdo de transición que efectivamente mantendrá al país como miembro sin derecho a voto del bloque desde el Brexit el próximo marzo hasta fines de 2020. Pero aún no ha sido ratificado, lo que significa que el Reino Unido podría salir abruptamente del bloque y tener que depender de los términos de comercio de la OMC que, según Carney, dejarían el país en muy mala posición.

"Nuestro trabajo es asegurarnos de estar lo más preparados posible", dijo Carney a los legisladores en una audiencia parlamentaria celebrada en un espectáculo aéreo en Farnborough, al sur de Inglaterra. La preocupación del gobernador del BoE se centra en que los acuerdos transfronterizos de servicios de los bancos de la City quedarían en el aire, lo que provocaría un colapso del sector bancario. Con todo, Carney señaló que el país cuenta con las reservas de capital suficientes como para afrontar un Brexit desordenado.

Cincotta, por su parte, cree que en el contexto actual, “lo más probable es que las ventas prosigan en la moneda”. “La conclusión es que un Brexit sin trato es cada vez más probable, dado que la autoridad de Theresa May disminuye, lo que podría conducir a una política monetaria muy flexible para apoyar una economía post-Brexit duramente golpeada”, advierte la analista.

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