• Los expertos alertan de que en 2021 los coches de más de diez años supondrán el 63% del parque automovilístico
  • Contaminación y problemas de seguridad, principales consecuencias de la circulación de estos coches
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El envejecimiento del parque automovilístico español es un problema que, lejos de resolverse, se agrava cada vez más. No parece que vaya a desaparecer, al menos por ahora, y eso pese a los peligros que supone circular con un coche que tenga más de diez años. En 2017, el 60% de las compras de vehículos de ocasión fueron de coches de más de diez años, y la DGT confirma que las víctimas mortales de los accidentes ocurridos en 2017 viajaban en coches de 13,2 años de media.

En 2017 se traspasasen un 15% más de coches de segunda mano de más de diez años que en el año anterior

Los datos no dejan lugar a dudas. La Federación de Asociaciones de Concesionarios de la Automoción (Faconauto) explica que las ventas de vehículos de ocasión crecieron un 10% en 2017, dado que se traspasaron 1.964.277 turismos y todoterrenos, y de ellas casi el 60% de las ventas (1.163.591 unidades) eran coches de más de diez años. La tendencia se ha venido repitiendo durante los últimos ejercicios, aunque lo llamativo es que en 2017 se traspasasen un 15% más de coches de este tipo que en 2016, lo que ha hecho que aumente la edad media de los vehículos transferidos, que ya se sitúa en doce años.

Y aunque los seminuevos -no suelen superar los tres años o los 25.000 kilómetros- han experimentado un importante 'tirón' en el año que acaba de terminar, dado que las ventas de este tipo de coches se han incrementado un 21%, hasta las 366.583 unidades, lo cierto es que la gran cantidad de vehículos de más de diez años disponibles, unido a su menor precio, hacen que los traspasos de seminuevos de segunda mano no termine de despegar. Y eso que el mercado se ha visto especialmente favorecido por el aumento del stock de coches 'jóvenes' procedentes de automatriculaciones de los concesionarios y también de las empresas de alquiler.

El problema es que muchos de los compradores se fijan más en el precio que en la edad del coche, y esa es la razón de que la mayoría de los que adquieren un vehículo de ocasión opten por los de más de diez años de antigüedad. Así lo confirman desde Faconauto, donde indican que un coche de diez años o más puede ser de media 5.000 euros más barato, o incluso más, que uno seminuevo. “Es una cuestión de precio, porque hay suficientes vehículos con hasta tres años para atender la demanda”, explican desde esta asociación, que confirman que falta stock en el tramo de 5-10 años de antigüedad.

Mario Arnaldo, presidente de Automovilistas Europeos Asociados (AEA), también lo confirma. “Es un problema puramente económico”, dice, y señala que los vehículos de más de diez años son más baratos en la transacción (tanto en el precio como a la hora de pagar impuestos), por lo que muchos compradores acuden a ellos al no poder pagar el precio no ya de un coche nuevo, sino tampoco de un seminuevo. “No se han hecho políticas para incentivar la compra de seminuevos o usados 'jóvenes', sólo ha habido ayudas para la adquisición de coches nuevos, y eso que un coche de cinco años también contribuye a rejuvenecer la edad media del parque automovilístico”.

“No se han hecho políticas para incentivar la compra de seminuevos o usados 'jóvenes'”, denuncian automovilistas, concesionarios y fabricantes

Según datos de la Asociación Española de Fabricantes de Automóviles y Camiones (Anfac), el parque español envejece a pasos agigantados, de forma que entre los turismos la edad media alcanza los 12 años, y se eleva en los vehículos comerciales ligeros hasta los 12,5 años, mientras que en el caso de los industriales es, nada más y nada menos que de 14. “La elevada edad media se traduce en que hay más de 7 millones de vehículos de más de 10 años circulando por nuestras carreteras”, dice esta organización, que avisa de que si no se llevan a cabo “políticas activas para renovar el parque”, en el año 2026 circularán por España “más de 4 millones de vehículos con una edad superior a los 20 años”.

HACEN FALTA INCENTIVOS

Todas estas asociaciones coinciden en lo mismo: el Gobierno debe tomar medidas para resolver el problema del envejecimiento del parque automovilístico, y la mejor forma de hacerlo es incentivando la compra no sólo de coches nuevos, sino también de vehículos 'jóvenes' de segunda mano. “Planes como el PIVE, que no se convoca desde 2016, ayudan a la renovación del parque, y siempre han sido un éxito porque han influido en la psicología del comprador, que lo veía como una buena oportunidad de cambiar de coche”, señalan desde Faconauto.

2017 fue el primer ejercicio completo sin el plan PIVE, aunque el Ejecutivo sí lanzó otros planes como el Movalt, con el que se repartieron 20 millones de euros en subvenciones para la adquisición de vehículos alimentados con combustibles alternativos (GLP, gas natural, eléctricos y pila de combustible) y otros 15 millones para impulsar el despliegue de infraestructuras que permitan la expansión de la movilidad eléctrica.

Desde la AEA, Mario Arnaldo recuerda que con esos planes “era necesario el achatarramiento del coche que se entregaba para poder acceder a las ayudas”. Sin embargo, ahora, como no hay subvenciones, el que cambia de coche no se ve obligado a mandar al desguace el vehículo antiguo, por lo que “sigue en circulación”. En este sentido, Anfac explica que la tasa de achatarramiento fue del 56% en 2017. Es decir, que por cada 100 nuevas matriculaciones que se produjeron en España se enviaron al desguace 56 viejos coches. “Este porcentaje fue del 100% en algunos momentos en que estaban en vigor planes de incentivo al achatarramiento de coches viejos por la compra de uno nuevo (Planes PIVE)”, resaltan desde la asociación.

Por su parte, desde la Asociación Nacional de Vendedores de Vehículos a Motor (Ganvam) recuerdan que los programas de incentivos “deben tener muy presente la necesidad urgente de facilitar el achatarramiento de los modelos más antiguos y contaminantes”, sobre todo teniendo en cuenta que, según sus estimaciones, “en 2021 se estima que los coches de más de diez años alcanzarán el 63% del parque, con el consiguiente impacto negativo para la siniestralidad y el medio ambiente”.

El año pasado, por cada 100 nuevas matriculaciones que se produjeron en España se enviaron al desguace 56 viejos coches

El envejecimiento del parque automovilístico tiene consecuencias tanto en el medioambiente -los coches viejos son más contaminantes-, como en la seguridad vial -estos vehículos tienen menos sistemas de seguridad-. De hecho, los datos provisionales de siniestralidad de la Dirección General de Tráfico (DGT) muestran que en 2017 se produjeron 1.067 accidentes mortales en vías interurbanas, en los que fallecieron 1.200 personas, y la antigüedad media de los vehículos implicados en esos accidentes era de 12 años para los turismos. Es más, la antigüedad aumenta hasta los 13,8 años en el caso de los turismos en los que viajaban los fallecidos.

“Hay que evitar a toda costa que el parque siga envejeciendo, por seguridad”, defienden desde Faconauto. “Es algo que no se puede demorar más”, insisten en esta asociación, que explica que los coches antiguos “pasan menos por el taller y, por lo tanto, están peor mantenidos”. Desde la AEA, Arnaldo coincide con que falta mantenimiento entre los coches más antiguos, aunque remarca que “un coche viejo no necesariamente es más peligroso”. Eso sí, reconoce que los vehículos más modernos incorporan “sistemas de seguridad activa y pasiva” que ayudan a “reducir la lesividad” en caso de accidente.

En este sentido, Mario Armero, vicepresidente ejecutivo de Anfac, señala que “la renovación del parque debe ser entendida como una herramienta fundamental de la gestión inteligente de la movilidad sostenible, eficiente y segura”, porque “de nada sirve que la tecnología evolucione si la dejamos de lado y no permitimos que forme parte de las soluciones”.

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