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El Banco de Inglaterra (BoE por sus siglas en inglés) ha mantenido los tipos de interés sin cambios en el 0,75% en su penúltima reunión antes de que se ejecute el Artículo 50 del Tratado de Lisboa, por el que se producirá el Brexit. La entidad dirigida por Mark Carney ha tomado esta decisión por unanimidad y, además, ha recortado drásticamente el crecimiento del país a las puertas del divorcio con la Unión Europea (UE).

En las actas de la reunión del Comité de Política Monetaria del supervisor monetario, este ha destacado que el país afronta el ritmo de crecimiento más débil en 10 años este 2019. El recorte del PIB ha sido de cinco décimas. Prevé que crezca un 1,2% este año, respecto al 1,7% anterior. Según el banco central, "la ralentización refleja un descenso de la actividad en el exterior y los enormes efectos de las incertidubres del Brexit en la economía doméstica". La rebaja de cara a 2020 ha sido de dos décimas: hasta el 1,5% desde el 1,7% anterior.

"La economía mundial ha seguido desacelerándose en los últimos meses, con un ablandamiento general en todas las regiones. Esa desaceleración refleja el endurecimiento pasado en las condiciones financieras globales, así como el impacto inicial de las tensiones comerciales en el sentimiento empresarial", comenta el regulador haciendo referencia a la guerra comercial entre China y EEUU. "Se espera que el crecimiento global caiga por debajo de la tendencia en los próximos trimestres, lo que pesará sobre el comercio neto del Reino Unido, antes de subir a tasas potenciales", agrega.

TIPOS DE INTERÉS A FUTURO

El BoE ha reiterado que podría reducir las tasas de interés, o elevarlas, después del Brexit, dependiendo de cómo se desarrolle. Esto se debe a que el banco podría (en teoría) reducir los costos de los préstamos para ayudar a la economía, o aumentarlos para proteger la libra y combatir la inflación. Todo depende de si el Brexit afecta a la demanda (empresas perjudicadas) o a la oferta (en el que los consumidores y las empresas luchan por los recursos escasos que ingresan al Reino Unido).

"Las perspectivas económicas seguirán dependiendo en gran medida de la naturaleza de la retirada de la UE, en particular de los nuevos acuerdos comerciales entre la Unión Europea y el Reino Unido; si la transición hacia ellos es abrupta o suave; y cómo responden los hogares, las empresas y los mercados financieros", ha indicado la entidad. "El camino apropiado de la política monetaria dependerá del balance de estos efectos sobre la demanda, la oferta y el tipo de cambio. La respuesta de la política monetaria al Brexit, sea cual sea la forma que tome, no será automática y podría ser en cualquier dirección", ha gregado.

Con todo, el mercado está sacando la conclusión de que el precio del dinero se mantendrá en los niveles actuales o, incluso por debajo, a largo plazo, por lo que la libra está siendo castigada y se cambia de manos en los 1,2877 dólares.

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