ep brussels belgium december 1 2019 -- president of the european central bank ecb christine lagarde
Christine Lagarde, presidenta del BCEThierry Monasse

La respuesta que ha dado el Banco Central Europeo (BCE) a la expansión del coronavirus ha provocado sentimientos encontrados. El mercado no se ha tomado nada bien que Christine Lagarde y los suyos hayan decidido no bajar los tipos de interés, tras los movimientos en este sentido de la Reserva Federal (Fed) y del Banco de Inglaterra (BoE). Sin embargo, los analistas sí que han aplaudido que no se haya optado por esa vía y en cambio se hayan aprobado 120.000 millones más de QE y una financiación adicional. Lo califican de "movimiento inteligente" porque "toca las teclas correctas" ante esta crisis.

"El BCE ha cumplido", señalan los expertos de Oanda, que ven con buenos ojos la decisión del banco central de no bajar los tipos. "Ha considerado que sería ineficaz" porque la política monetaria "parece estar en el límite", y por eso ha optado por atacar la expansión virus por otra vía, valora esta firma. Y no es la única.

Por ejemplo, desde Fidelity apuntan que el de este jueves ha sido un "movimiento inteligente" del BCE, al menos "por ahora". "En un movimiento muy inteligente, el BCE ha decidido no reducir los tipos de interés, lo que indica un cambio en su manera de reaccionar, así como flexibilidad en la manera de enfocar sus políticas ante un choque inesperado", explican los analistas de la gestora, que creen que ha hecho bien al optar por "centrarse en las áreas más específicas donde se necesitará ayuda".

En su opinión, "la combinación de un impulso al programa de QE centrado en los activos privados, junto con unos términos muy atractivos del TLTRO -mediante los cuales a los bancos se les pagará efectivamente para pedir prestado al BCE y prestar al sector privado-, es sin duda un paso en la dirección correcta". Aunque también apuntan que pese a ser medidas "más agresivas y radicales" que las adoptadas hasta ahora por la Fed o el BoE, habrá que ver si son o no suficientes para "conducir a la zona euro a través de este entorno de incertidumbre en los próximos meses".

Precisamente Lagarde dijo en su comparecencia que el BCE mantiene su "total compromiso" para luchar contra la fragmentación dentro de la Eurozona, y también justificó las decisiones adoptadas pese al shock de las bolsas. "Lleva tiempo analizar, diseccionar y apreciar lo que hacemos", dijo la presidenta del banco central.

Otra gestora, Natixis IM, también apoya la decisión del BCE: "Lagarde ha tocado todas las teclas correctas", dicen sus expertos, que opinan que el mayor QE y la estructura doble de tipos para las TLTROs ha sido "esencial" porque crea el entorno favorable para que los bancos presten y las empresas se endeuden, sin castigar a los ahorradores". Además, considera "importante" que el banco central se haya "mantenido firme contra la noción equivocada de que unos tipos más bajos pueden resolver todos los problemas económicos". Como dice Natixis, "la estrategia aquí es apoyar a la economía mundial, no limitarse simplemente a dar apoyo a las bolsas", en referencia a lo mal que se tomó la renta variable que se hayan mantenido los tipos.

LO QUE DE VERDAD IMPORTA

Los analistas de Berenberg, por su parte, hablan de lo que a su juicio importa más. "Los tipos, que el BCE ha dejado sin cambios, no son la herramienta clave para las circunstancias actuales, en nuestra opinión. Un recorte podría haber enviado una fuerte señal, pero sin mucho impacto económico al final. En cuanto a las condiciones de financiación de las empresas de la zona euro, las compras adicionales de 120.000 millones de euros en bonos a lo largo de diez meses, la reducción temporal de los requisitos de capital para los bancos y las provisiones de liquidez adicionales e incluso más generosas para los bancos, importan más", aseveran.

"Consideramos que la decisión del BCE es sensata, pero el BCE tiene que aceptar parte de la culpa por la reacción adversa del mercado". Estos expertos dan un toque al banco central, al decir que a medida que los mercados confiaban cada vez más en la probabilidad del recorte de tipos, Lagarde y los suyos deberían haber señalado, "de una manera y otra" que tal recorte podría no estar próximo. A juicio de Berenberg, "permitir que los mercados vayan tan lejos por un callejón sin salida en tiempos tan volátiles es un error de comunicación".

En IG, por su parte, creen que para un banco central cuyo lema es 'lo que sea necesario', ha respondido de "manera significativa" a la crisis "evitando el anticuado y discutiblemente ineficaz enfoque de los recortes de los tipos de interés" y apostando por "más QE". Aunque también critican la falta de tacto de Lagarde en su comparecencia. Punto de vista con el que coinciden en Allianz GI: "Las medidas anunciadas nos parecen muy creíbles, ya que están destinadas a apoyar a las empresas a través de varios mecanismos", señalan los analistas de esta gestora, que cree que pese a "algunas torpezas por parte de Christine Lagarde en su comunicación, en particular al mencionar que el BCE no está allí para tratar los diferenciales de la deuda, cabe señalar que las medidas anunciadas son convincentes".

Por último Chatham Financial cree que el BCE sabe que "la política monetaria no puede arreglar las cadenas de suministro interrumpidas o estimular el consumo cuando la gente se queda en casa por miedo o debido a medidas de contención", por lo que las medidas anunciadas "parecen apropiadas y son un verdadero intento de dar una respuesta política que tenga en cuenta la naturaleza subyacente del shock del coronavirus".

Sus expertos afirman que "dado el nivel actual de los tipos de interés del euro, es muy dudoso que cualquier reducción adicional vaya a proporcionar un estímulo significativo". "Al mismo tiempo, este episodio pone de relieve la incómoda posición del BCE de quedarse con muy poco margen para una mayor relajación monetaria" si fuese necesario, comentan. De hecho, dicen que es "evidente" que la política fiscal "debe desempeñar un papel mucho más importante en el apoyo a la economía de la zona del euro, no sólo para hacer frente a lo que se espera sea una caída temporal de la actividad económica, sino también para seguir adelante una vez que la crisis del coronavirus haya terminado".

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