ep entrada a una oficina del sepe en madrid
Eduardo Parra - Europa Press

Varios meses han pasado ya desde aquel fatídico marzo en el que la actividad económica se paró repentinamente. Prestaciones por desempleo, avalancha de Expedientes de Regulación Temporal de Empleo (ERTE) y demás ayudas colapsaron las oficinas del Servicio Público de Empleo Estatal (SEPE), trayendo consigo fallos y retrasos su tramitación y cobro que han afectado a numerosos españoles. Aún hoy, con el nuevo año, la pesadilla sigue para muchos.

Durante los primeros meses del primer estado de alarma decretado en la pandemia, las medidas excepcionales para hacer que el impacto del cierre de la actividad económica fuera menor colapsaron el SEPE, que tenía que lidiar también con el aumento de otros trámites. Algunos afectados tuvieron que esperar meses y meses para ver que el cobro se hacía efectivo. Tal fue el caos, que el Gobierno y el SEPE firmaron un acuerdo con las asociaciones bancarias por el que las entidades de crédito podían adelantar el pago de las prestaciones por desempleo a las personas afectadas por la crisis del coronavirus.

En pleno verano, el mismo SEPE elaboraba una guía explicando las posibles causas y soluciones a estos problemas en función de las circunstancias de cada uno y de la empresa y que pasaban por un DNI erróneo o un número de cuenta mal puesto. "Con que exista un error en el DNI ya no se tramita", apuntaba la propia ministra de Trabajo, Yolanda Díaz.

Allá por julio, las oficinas volvieron a abrir, recuperando el trabajo presencial, con la esperanza de que el caos remitiera. Nada de eso. Con ellas ya a pleno rendimiento, los problemas que los afectados por un ERTE continuaban y muchos veían como recibían una prestación por debajo o por encima de lo correspondiente, seguían cobrando después de haberse incorporado al puesto de trabajo, no recibían la parte adicional por tener hijos a cargo o, simplemente, aún no habían visto el dinero.

ERTE POR REBROTE

Por si fuera poco, la pandemia del Covid-19 no llegó a su fin. Con los ERTE prorrogados por más tiempo, se creó una nueva figura pensada para cuando se diera un caso de rebrote y destinada a aquellas empresas que con las desescalada habían vuelto a desempeñar su trabajo recuperando a empleados, pero se vieron en la obligación de volver a acogerse a un ERTE. Para volver a beneficiarse de las ayudas, la empresa tenía que volver a tramitar ante la autoridad laboral el procedimiento ordinario del ERTE por fuerza mayor.

Con la nueva prórroga de los ERTE ya efectiva, muchos afectados volvieron a pasar por lo mismo: no recibir el pago. Incluso aquellos que venían recibiendo correctamente el dinero se encontraron con que no les han abonado lo que les correspondía.

Durante todo este tiempo, los trabajadores del SEPE y la Seguridad Social han reconocido que, pese a que "se han adoptado medidas de refuerzo", los medios con los que cuentan son "prehistóricos", nada que ver, por cierto, con los que cuentan los de Hacienda, aseguran. Y así "es imposible".

EL MENUDEO DE LAS CITAS PREVIAS

Tal es la desesperación de algunos, que incluso se ha creado un mercado negro de venta de citas previas para ser atendidos en las oficinas del SEPE. Se llegan a pagar hasta 90 euros.

Por si fuera poco, la página web del SEPE deja de operar con normalidad hasta el 4 de enero al tener que realizar tareas de mantenimiento en la SEDE Electrónica.

¿SOLUCIONES?

Es cierto que desde los ministerios se han tomado algunas medidas para intentar solucionar el embudo. Pero, sin embargo, desde el SEPE han llegado a negar que exista tal caos. "No ha ERTE pendientes de pago", "todas las solicitudes están reconocidas", aseguraba hace poco más de un mes el director general del servicio, Gerardo Gutiérrez, que sí reconocía que la carga de trabajo se ha multiplicado por seis.

Desde los diferentes sindicatos ha solicitado en numerosas ocasiones reforzar la plantilla del SEPE, así como la ampliación de la jornada de tarde, puesto que las horas extras autorizadas no son suficientes para afrontar la actual carga de trabajo, además de la incorporación de medios técnicos y materiales adecuados para responder a los requerimientos de la gestión encomendada.

Según el barómetro de los gestores administrativos con datos recogidos entre los días del 21 y 28 de diciembre, alrededor de 300.000 personas no han cobrado ningún tipo de subsidio procedente del ERTE y prácticamente 500.000 empleados tienen problemas con el importe del cobro.

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