• La estrategia del Gobierno, del PP y de la mayoría de las formaciones no independentistas no ha sido acertada
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Diversas encuestas confirmaban, el fin de semana que, salvo algún cambio imprevisible en la intención de los ciudadanos, el independentismo (lista unitaria+CUP) conseguirá la mayoría parlamentaria de la cámara catalana y un porcentaje muy cercano al 50%.


Éstas han sido las principales encuestas publicadas:

--“El País”: sondeo de Metroscopia. Las dos listas independentistas conseguirán 76-78 escaños y el 49.6% de los votos

--“La Vanguardia”: sondeo de Feedback. Las dos listas independentistas conseguirán 71-73 escaños y el 47.10% de los votos

El días anteriores se publicaron otras encuestas más, entre ellas:

--“El Confidencial”: sondeo de DYM tras la Diada. Las dos listas independentistas conseguirán 74-76 escaños y el 49.90% de los votos

--“Mediaset”: encuesta de Sigma Dos, publicada el día 17 de septiembre. Las dos listas independentistas conseguirán 75-76 escaños y el 47.30% de los votos.

-“La Razón”: sondeo de NC Report, publicado el 17 de septiembre. Las dos listas independentistas conseguirán 64 escaños y el 42.80% de los votos

Conclusiones:

La estrategia del Gobierno, del PP y de la mayoría de las formaciones no independentistas no ha sido acertada (sino más bien todo lo contrario: ha resultado ser disparatada): las presiones exorbitantes sobre los catalanes, basadas en una gran movilización de las relaciones internacionales y de los poderes institucionales y económicos, que han desembocado en amenazas explícitas, han resultado ser contraproducentes y han incrementado el bando de los dispuestos a votar la ruptura.

Al margen de la tensión independentista de carácter ideológico, existe una irritación generalizada en la sociedad catalana por el maltrato y la incomprensión del Estado hacia los problemas de la comunidad autónoma.

Lo que demostraría que, al margen de la tensión independentista de carácter ideológico, existe una irritación generalizada en la sociedad catalana por el maltrato y la incomprensión del Estado hacia los problemas de la comunidad autónoma.

No se ha sabido ver, en definitiva, la convergencia entre ambos fenómenos –independentismo e irritación-, que hacía obligada una estrategia de negociación y de conciliación que resolviese el problema catalán al tiempo que se modernizaban las estructuras españolas, envejecidas y hasta decrépitas. Por el contrario, el Gobierno y el PP han hecho oídos sordos y han actuado con burda arrogancia. La designación del radical García Albiol al frente del PP catalán ha terminado de colmar el vaso de la paciencia de muchos.

Pese a ello, es muy esperanzador que, como recoge la encuesta de Metroscopia del domingo, siguen siendo clara mayoría, con el 42%, los partidarios de la “tercera vía”, que están a favor de que “Cataluña siga formando parte de España pero con nuevas y blindadas competencias en exclusiva”. En un plebiscito que contemplara esta tercera hipótesis, los independentistas serían el 31% y los partidarios de que Cataluña siga formando parte de España con las mismas competencias que tiene ahora, el 18%.

Quiere decirse, en fin, que el conflicto tiene solución pero que ésta pasa por una reforma a fondo del marco constitucional, paccionada con los catalanes. Las dudas y el pesimismo provienen de la manifiesta incapacidad de la clase política para emprender este proceso de negociación y pacto.

Antonio Papell

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