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Joe Biden se convierte este miércoles en el 46º presidente de los EEUU, pero el país del que toma las riendas no tiene nada que ver con el que dejó al finalizar su trabajo como vicepresidente de la administración Obama en 2017. El demócrata se coloca al frente de una nación arrasada por el huracán Donald Trump, políticamente dividida y que batalla contra los estragos de una pandemia que ha dejado un enorme coste humano y económico. Analistas y politólogos señalan que el éxito de su mandato se dirimirá en los primeros 100 días en el Despacho Oval, durante los que necesita que sus medidas obtengan resultados inmediatos, mientras los mercados financieros dejan notar un cambio positivo en el sentimiento de los inversores en la antesala de su toma de posesión.

Este hecho “es una clara señal de que las bolsas se inclinan hacia estampar su sello de aprobación en la agenda política de la administración Biden, ya que los inversores globales continúan votando a su favor con el botón de comprar”, indica Stephen Innes, analista de Axi. El ambicioso plan de estímulos de 1,9 billones, unido a la mejora en las perspectivas de salud pública, gracias al plan de vacunación que también impulsará desde el primer momento, lleva a los expertos de PIMCO a pensar que “el crecimiento de los Estados Unidos se reactivará bruscamente este año, ya que el gasto neto del gobierno podría impulsar el PIB real a más del 7% en 2021”.

Este hecho, unido a otras medidas que el veterano político prevé impulsar desde este mismo miércoles y que pasan por revertir los destrozos que haya podido causar Trump, eclipsan, de momento, la reacción del mercado ante el triunvirato de reguladores de línea dura que ha colocado al frente de las principales oficinas de supervisión. Figuras que “auguran una relación espinosa con Wall Street”, augura Neil Wilson, analista de Markets.com. Los nombramientos de Gary Gensler para presidir la Comisión de Valores y Bolsa (SEC) y Rohit Chopra para dirigir la Oficina de Protección Financiera del Consumidor (CFPB) “ponen de manifiesto la agenda izquierdista de los demócratas que se centrará en aspectos como la remuneración de los ejecutivos, la diversidad racial y de género de las empresas y el cambio climático”, explica el experto.

“La desregulación de la era Trump ha terminado y veremos un retorno a la intervención de la era Obama”, prosigue. Se une a ellos Sherrod Brown, el nuevo presidente del Comité Bancario del Senado que ha pedido anteriormente la ruptura con los grandes bancos. Mientras tanto, la elección de Biden para la secretaria del Tesoro, Janet Yellen, contrarresta los efectos negativos de estos otros nombramientos con su enfoque de "ir a lo grande" en gasto para reflotar la economía.

PRIORIDADES FISCALES

La clave del plan demócrata es no escatimar en inversiones públicas. “Es probable que el lema de la campaña de Biden "Reconstruir mejor" se manifieste como un plan de recuperación económica y creación de empleo centrado en el gasto en infraestructura, que se desplegará a lo largo de varios años”, señalan desde PIMCO, y que “dictará cualquier aumento de productividad o de la oferta de mano de obra”. Asimismo, el gasto en atención sanitaria será una prioridad demócrata importante.

Todos estos gastos se financiarán con más impuestos, como el mismo demócrata dijo durante su campaña, pero tratar de aumentarlos en un momento en que la economía de EE UU todavía se está recuperando de una fuerte recesión “significa que los cambios fiscales serán probablemente más evolutivos que revolucionarios”, subrayan desde PIMCO, lo que supone menor presión para las bolsas en un primer momento. “Esperamos que los aumentos de impuestos puedan llegar a 1 billón de dólares - 1,5 billones de dólares en 10 años, pero incluso si se aprueban en 2021 no es probable que entren en vigor hasta 2022”, argumentan. “Por lo tanto, los inversores que se preguntan si verán cambios rápidos y revolucionarios en la política tributaria provenientes de un Congreso con mayoría demócrata probablemente deberían atenuar estas expectativas”, sentencian.

En un futuro inmediato, la joya de la corona y la primera prioridad de Biden será tramitar los estímulos prometidos. La velocidad de aprobación dependerá de cómo los demócratas decidan aprobar el proyecto de ley, ya sea a través del "orden regular" en el Senado (que requiere 60 votos) o a través de un proceso llamado "reconciliación", que tiene numerosas condiciones, pero sólo requiere 50 votos. “El apoyo adicional a los hogares y las pequeñas empresas más afectados por la pandemia revitalizaría casi inmediatamente la actividad económica”, señalan desde PIMCO, “mientras que el apoyo adicional a los gobiernos estatales y locales podría ayudar a evitar el arrastre a largo plazo de los recortes presupuestarios estatales que se produjeron tras la crisis financiera”.

OTRAS LEYES INMEDIATAS

Además, la agenda de Biden incluye una mayor ambición en materia de cambio climático. De hecho, una de las primeras medidas del nuevo presidente será volver unirse al Acuerdo de París. En esta línea, “se estima que Joe Biden dará un nuevo impulso a las energías renovables”, indica Jens Søndergaard de Capital Group, e impulsará procesos en las energéticas del país como los que se ven en empresas europeas, como Enel en Italia, E.ON en Alemania y Ørsted en Dinamarca, que llevan la delantera en la transición a energías renovables.

Asimismo, se prevé una revisión de la política migratoria, pasando por una mayor presencia de mujeres en su gabinete -avanza hacia un Gobierno cercano a la paridad-. El mismo día de su investidura, tiene previsto promulgar una serie de medidas con las que marcar distancias con su antecesor, como la rescisión del veto migratorio a ciudadanos de países de mayoría musulmana. También firmará la prórroga para la devolución de préstamos a universitarios, la ampliación de la moratoria contra los desahucios, y el uso obligatorio de mascarillas en instalaciones federales y viajes interestatales, entre otras medidas, según Axios.

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