• En las playas de Bandera Azul se han realizado 7.273 rescates, de los que 2.014 han sido complicados
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Imagen de la campaña de Fundación MapfreArchivo Bolsamanía

Entrar en el agua sin atender las indicaciones del socorrista, no saber nadar o hacerlo sin la suficiente preparación y desconocer el medio en el queremos darnos un baño, son algunas de las causas más frecuentes a la hora de sufrir un ahogamiento, situación que en España acaba con la vida de más de 400 personas.

Según las estadísticas oficiales, los ahogamientos afectan principalmente a las personas mayores de 60 años (casi el 51%) y en menor medida a los más jóvenes (casi el 6%). Es destacable que, de los casos conocidos, más de 8 de cada 10 ahogamientos se produce en espacios acuáticos naturales.

Así lo han puesto de manifiesto esta mañana expertos en prevención de Fundación Mapfre, Bandera Azul y la Universidad de A Coruña, en la presentación de la campaña de prevención de ahogamientos proyectada para el verano de 2017.

Durante la misma se han adelantado algunos datos del estudio que se está elaborando en 579 playas de España galardonadas con Bandera Azul, con el objetivo de describir las características de los ahogamientos y otros eventos de riesgo vital que ocurren en las playas durante la temporada estival, momento en el que se incrementan este tipo de accidentes.

Según el estudio, en estas playas se han realizado 7.273 rescates, de los que 2.014 han sido complicados, así mismo se produjeron más de 210.000 intervenciones de primeros auxilios. En la mitad de estas playas se han producido intervenciones de primeros auxilios ante casos de gravedad, destacando las 123 resucitaciones cardiopulmonares (RCP) realizadas ante paradas respiratorias y/o cardíacas.

A pesar de tener que lamentar 39 fallecidos en las playas con Bandera Azul podemos destacar que la rápida actuación de los servicios de salvamento ha permitido salvar la vida a 84 personas, lo que significa un 68% de éxito en RCP.

Con la finalidad de evitar estos accidentes, Fundación Mapfre, junto con Bandera Azul, han puesto en marcha la campaña “Prevención de Ahogamientos 2017”, cuyo objetivo es trasladar a la sociedad las principales medidas de prevención para evitar accidentes en el entorno acuático y enseñar las pautas necesarias para saber actuar ante una situación de emergencia.

Dicha iniciativa, que se difundirá en las próximas semanas en 72 playas españolas, hace hincapié, además, en que los adultos tomen conciencia de la importancia de vigilar adecuadamente a los menores de 14 años, franja de edad que comprende el 6% del total de víctimas mortales. También se darán a conocer los principales factores de riesgo y, en el peor de los escenarios posibles, saber cómo debemos actuar ante un ahogamiento, difundiendo a toda la sociedad conocimientos elementales de primeros auxilios, formación que impartirán en plena playa técnicos especializados en socorrismo a través de talleres gratuitos dirigidos a niños y adultos.

Durante el acto de presentación, Jesús Monclús, director de prevención y seguridad vial, ha señalado que “para prevenir este tipo de accidentes, como primera recomendación no hay que perder de vista a los niños cuando están en el agua y, en el caso de piscinas privadas, que se utilicen vallados perimetrales con cierres en las puertas y sin huecos por donde puedan acceder a la misma”.

También ha indicado como medidas clave: bañarse acompañado, no alejarse de la orilla en espacios acuáticos naturales, mojarse antes de entrar al agua, evitar las comidas abundantes antes del baño, no hacerlo si se siente mucho frío o cansancio, pedir ayuda cuando se ve a alguien en peligro y recordar que el número de emergencias es el 112. Además ha insistido en la importancia de sensibilizar a la población a través de acciones preventivas y material divulgativo.

Por su parte, el presidente de Adeac Bandera Azul, José Ramón Sánchez ha destacado que “todos los programas de la FEE, en especial Bandera Azul y nuestra red de 48.000 Ecoescuelas, comparten un concepto de sostenibilidad económica,
ecológica y social, que contribuye a un futuro común más viable, equitativo y aceptable, para nuestro planeta azul”.

Además, ha destacado que “este planteamiento se traduce en una defensa de la Vida y un uso racional de los recursos que la mantienen, con un enfoque participativo y positivo, que considera más eficaz: prevenir que curar; identificar y difundir las mejores prácticas; dar valor añadido y buscar sinergias con otras experiencias que concluyen con nuestros objetivos; trabajar en redes a todos los niveles, ofreciendo ventajas cooperativas permanentes más que ventajas competitivas temporales, y armonizar la importancia objetiva global y la urgencia subjetiva local de los problemas a la hora de priorizar nuestras acciones”.

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