MADRID, 06 SEP. (Bolsamania.com/BMS) .- Quizá Mario Draghi no fue a Jackson Hole el pasado sábado porque no tenía nada que ofrecerle a Ben Bernanke, o al menos nada que el presidente de la Reserva Federal de Estados Unidos (Fed) considere definitivo para solucionar una crisis de deuda soberana en Europa sin precedentes y que es el principal freno a la recuperación de la economía global. El plan contra la crisis que ha diseñado el Banco Central Europeo (BCE) y que previsiblemente presentará hoy Mario Draghi ha desatado, sin embargo, a este lado del Atlántico la esperanza de que la fórmula definitiva para salvar la Zona Euro ha sido hallada. Pero igual que es la “D” de definitiva podría convertirse de nuevo en “D” de decepción en este nuevo “Día D” en la travesía de la crisis. Una crisis que, como acaba de decir el ministro de Exteriores español, José Manuel García Margallo, es como el Titanic, aquel mítico barco que simbolizaba el poderío del capitalismo y que se hundió en su viaje desde Europa a Estados Unidos.

ASÍ EMPEZÓ TODO

26 de julio de 2012. Londres. El presidente del BCE, Mario Draghi, afirma tajante: “Haré todo lo que sea necesario para salvar el Euro, y créanme, será suficiente”. Estas declaraciones, bautizadas como “palabras mágicas”, del que aquel día fue más que nunca “Súper Mario”, desataron la euforia en las Bolsas y la convicción ante los inversores de que el BCE preparaba el plan de rescate para España e Italia, los dos focos de máxima tensión que amenazan la supervivencia de la Zona Euro.

Pocos días después, en la reunión mensual del BCE del 2 de agosto, Draghi sumaba otra decepción más en la larga lista de desengaños protagonizados por la autoridad monetaria europea. Pero los mercados, manipulados por la ausencia de volumen propia del verano, siguieron descontando el inminente plan de ayuda y, por ejemplo, el Ibex 35 cerraba agosto con una subida del 10%, mientras que se relajaban de manera significativa los costes de financiación de España.

Al calor de las intervenciones de los bancos centrales, no sólo en Europa, sino también en China o en Estados Unidos, donde la ansiada QE3 nunca llega pero tampoco acaba de ser descartada por completo, los inversores fueron poniendo todas sus expectativas en la reunión del BCE de hoy. “Draghi se quedó en casa (no fue a Jackson Hole) y rechazó la invitación de Bernanke para retocar los detalles de su plan integral contra los elevados costes de financiación de España e Italia”, comentaba el excéntrico analista estadounidense Jim Jubak, quien no obstante también ofrecía la versión menos optimista de la excusa de Draghi (“carga de trabajo”): “Se quedó en casa por la oposición de Alemania a sus planes”.

Además de con esa excusa de “carga de trabajo” para no asistir a Jackson Hole, Draghi siguió alimentando las esperanzas al hablar de compras de deuda a tres años en un discurso a puerta cerrada el lunes en el Parlamento Europeo. Las especulaciones sobre que su filtración fue intencionada cobran sentido si atendemos a la ligereza con la que se pronunciaron tras el discurso algunos miembros del hemiciclo de Estrasbrugo: “Él (Draghi) cree que no es una violación de los tratados (comprar deuda) y que se puede hacer bajo el marco legal actual (…). Habló de bonos a 3 años, no a 15 (para defender que no se trataba de financiar a los Estados)”. Jean-Paul Gauzes, el responsable de estas declaraciones, se vio obligado después a emitir un comunicado para aclarar que “Draghi no habló de ninguna operación futura del BCE”.

LAS FILTRACIONES Y LAS INCERTIDUMBRES

Draghi habría encontrado la fórmula mágica para esquivar la inflación de la que reniegan los alemanes, según unas nuevas DraghiLeaks publicadas ayer. Compras ilimitadas de deuda a tres años en el mercado secundario sí, pero esterilizadas, lo que significa que no será necesario emitir dinero como hace la Fed. El BCE utilizará los fondos bancarios depositados en sus arcas para efectuar estas compras en las que, además, y este es un detalle importante y positivo para los inversores, no será acreedor prioritario. Es decir, en caso de impago, el BCE no sería el primero en cobrar como lo ha sido hasta el momento.

La entidad no establecerá, a pesar de las especulaciones y siempre según estas filtraciones, ningún límite a los costes de financiación de los Estados miembros, de decir, no comunicará a partir de qué nivel en la rentabilidad de los bonos activaría las compras. Unicredit considera “extremadamente improbable” que se establezcan esas rentabilidades máximas. No hay mención alguna en las DraghiLeaks a posibles compras en el mercado primario por parte de los fondos de rescate (EFSF y ESM, por sus siglas en inglés), tal y como se había barajado.

Hasta aquí todo son filtraciones, especulaciones, rumores de un plan que algunos llaman “rescate light”, otros “rescate total”, el BCE “Monetary Outright Transactions” (cuya traducción más correcta sería Transacciones Monetarias Directas) y los de más allá “compras de deuda condicionadas”. Ese “condicionadas” es la clave, según el presidente de PIMCO, el mayor gestor privado de bonos del mundo. Bill Gross decía ayer, tras conocerse las filtraciones, que las condiciones que imponga el BCE determinarán el éxito del plan.

De lo poco que han dejado claro Draghi y otros tantos líderes europeos es que la ayuda de activará sólo si el Gobierno en cuestión la solicita y, al hacerlo, todo apunta a que se estará comprometiendo con unas condiciones en el terreno fiscal, es decir, más ajustes. De hecho, hoy el presidente del Gobierno de España, que ha repetido hasta la saciedad que esperará a conocer los detalles para decidir si se acoge a los planes del BCE, recibe en Madrid a la canciller alemana Angela Merkel para pedirle que las exigencias se limiten a cumplir con los objetivos de déficit impuestos por Bruselas.

“Todo hace pensar que el Gobierno español seguirá presionando para que no se le impongan nuevos compromisos y que Rajoy aprovechará la reunión con Merkel para ello. Como hemos dicho en anteriores ocasiones, creemos que los condicionantes para España en el caso más que probable de que solicite un rescate ‘light’ se limitarán a que el país cumpla los objetivos de déficit público recientemente establecidos para el periodo 2012/2014, algo que, tal y como están las cosas, con una economía cada vez más penalizada por la debilidad del la demanda interna, supone un enorme riesgo para un Gobierno que, hasta el momento, se ha mostrado incapaz de embridar el gasto público, tanto el de la Administración Central como el autonómico. Es, por tanto, previsible que el Gobierno, a pesar de los desmentidos, se vea forzado a adoptar nuevas medias si quiere recibir la ayuda exterior que tanto necesita”, resumen los expertos de Link Securities. El País asegura hoy que una de esas condiciones será bajar las pensiones.

El mercado da por hecho que España tendrá que acogerse a esas ayudas y, por ello, la reunión del BCE se perfila como un hito decisivo para el futuro económico de España: “Es incuestionable que España no puede financiarse en los mercados por sí sola, sin algún tipo de asistencia”, sentencia Daniel Pingarrón, Estratega de Mercados de IG Markets; y Link coincide: “España no tiene margen de actuación y, sean cuales sean las condiciones, se verá forzada a pedir ayuda con objeto de que se reduzcan sus costes de financiación”.

Recordamos que los rescates de Grecia, Portugal e Irlanda, que fueron inyecciones directas porque no son economías “too big to bail” como España o Italia, implicaron ajustes muy dolorosos.

La otra gran incertidumbre son las cantidades de deuda que está dispuesta a comprar el BCE. Hasta dónde está dispuesto a llegar Draghi, o hasta dónde puede llegar. De esto ni rastro en las DraghiLeaks.

MIEDO A LA DECEPCIÓN

Daniel Pingarrón, estratega de Mercados de IG Markets, advertía ayer que el movimiento al alza que se ha visto en las Bolsas a la espera de esta reunión siempre ha mantenido “grandes dosis de incertidumbre, considerando el amplio arsenal del que dispone el BCE y la escasa motivación demostrada en usarlo en el pasado”. Ejemplos varios: bajadas de tipos de interés, penalizar los depósitos bancarios overnight, nuevas subastas de liquidez a largo plazo para los bancos dentro del programa LTRO y flexibilización de colaterales, compras de deuda en el mercado secundario, e incluso, otorgar una ficha bancaria al MEDE).

El concepto “miedo a la decepción” es el que más predomina en los comentarios previos a esta reunión. José Luis Martínez Campuzano, estratega de Citi en España, advierte que ese riesgo es elevado tras subir las Bolsas mundiales en agosto entre un 5% y un 10%, y desde Nordea Bank en Bloomberg avisan: “Los inversores tienen un límite en su tolerancia a la ausencia de noticias”.

En resumen, los mercados esperan lo siguiente: “un más que probable recorte de los tipos de interés”, señala Martínez Campuzano; la mayor flexibilidad para inyectar fondos a la banca con los colaterales; y el anuncio de compra de deuda condicionado, a corto plazo y esterilizado. Eso sí, esperemos que los inversores sean conscientes de que no habrá mucha información sobre el tamaño del plan y el estatus del BCE como acreedor.

PREVISIONES DE LOS ANALISTAS

Unicredit prevé un plan de compra condicionado, enfocado a la deuda a tres años y sin estatus prioritario para el BCE. No prevé cambios en los tipos de interés.

Credit Suisse espera una bajada de tipos de interés de 25 puntos básicos, “aunque los mercados pondrán su foco en detalles sobre las compras de bonos”, recuerdan estos analistas, que esperan “aclaraciones, pero hay riesgo de decepción”.

Barclays sitúa también la clave en el diseño de las compras en el mercado secundario, sin objetivos en las rentabilidades, pero con condiciones previamente acordadas. Prevé una rebaja de tipos de 25 puntos básicos, hasta el 0,5%, y asegura que esta es la idea del consenso. Los analistas de BNP también prevén este recorte en el precio del dinero, pero Bloomberg acaba de hacer pública una encuesta realizada a 58 analistas, y las opiniones están muy equilibradas: 30 creen que sí habrá bajada de tipos y 26 apuesta por el “no”.

“Un recorte de tipos es posible porque reforzaría las medidas de estímulo (compras de deuda), probablemente anunciadas este jueves, y porque recordaría que el BCE es muy serio”, apuntaba a comienzos de semana para CNBC Thomas Murphy, socio de una firma de gestión independiente llamada Family Office Research and Management, que reconocía que el impacto de este recorte sería leve, “pero el gesto, simbólico”. Barclays no espera, sin embargo, cambios en los tipos de depósitos (0,00%), pero sí rebajas en las previsiones de crecimiento de la Zona Euro.

Daniel Pingarrón concluye su análisis de esta reunión del BCE con una advertencia: “Analizando el calendario que tenemos planteado para las próximas semanas (decisión de la Corte Alemana sobre la compatibilidad del ESM con la legislación germana, elecciones de la siempre euroescéptica Holanda, reunión de la Fed, Eurogrupo y del Ecofin, decisión de “la troika” sobre Grecia…), es posible que la de hoy no sea una cita tan definitiva”. Ante tantos frentes y matices, la “D”, de momento, es solo “D” de Draghi.

EUROPA A MEDIA MAÑANA

Poco importa lo que suceda hasta que a las 14:30 comience a hablar Mario Draghi, tras una reunión a la que, para demostrar su importancia, acude el presidente del Eurogrupo, Jean-Claude Juncker. Una presencia, cuanto menos, poco habitual. A media mañana, los índices esperan a Draghi con subidas de más del 1%. El Ibex 35 se anota un 1,41%, hasta los 7.599 puntos, después además de colocar el máximo esperado en su regreso al mercado de bonos desde hace semanas. España ha captado 3.500 millones de euros y además con importantes caídas en sus rentabilidades. No en vano, los bonos emitidos son a 2, 3 y 4 años, los vencimientos sobre los que previsiblemente actuará el BCE. La buena noticia es, por tanto, que los costes caen, pero la mala es que la demanda baja. Ayer mismo, por falta de demanda, la subasta a 10 años de Alemania no se cubrió. Los expertos hablan de exceso de papel en el mercado.

María Gómez
contador